El director británico Simon Rattle. Foto: Rui Camilo

El director británico Simon Rattle. Foto: Rui Camilo

Música

Simon Rattle, director de orquesta: "Mozart estaría horrorizado de que sigamos tocando su música"

Con motivo de su 70 cumpleaños, el maestro británico vuelve a España con la BRSO, formación alemana que lidera, en una gira que pasará por Madrid, Barcelona y Valencia.

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Fue una tarde de octubre de 1970 cuando Sir Simon Rattle (Liverpool, 1955) escuchó por primera vez a Rafael Kubelík dirigir la Symphonieorchester des Bayerischen Rundfunks (BRSO). Era un adolescente, pero esa tarde le cambió la vida. Nunca había visto semejante simbiosis entre una orquesta y su director, no tan apasionada ni amable.

Unas semanas después volvió a ver a Kubelík en Londres dirigiendo la Filarmonía, pero ya no era lo mismo. Entonces se dio cuenta de que un director invitado no podía crear esa familiaridad: había que quedarse.

Su carrera despegó en Birmingham, donde ayudó a situar a la sinfónica de la ciudad en el mapa internacional. Luego llegaron dos podios clave: la Filarmónica de Berlín (2002–2018) y la London Symphony Orchestra (2017 –2023).

Incluso ahora, a sus 70 años, sigue apostando por crear una familia musical: desde 2023 dirige la BRSO, con la que ha emprendido una gira que parte de su ciudad natal, y pasa por Birmingham y Londres antes de continuar hacia Alemania, Francia y España, donde del 19 al 22 de noviembre recalará con un programa doble en Madrid, Barcelona y Valencia.

Con motivo de la gira, El Cultural habla con el icónico director, que cierra el círculo al situarse al frente de una de las orquestas por las que se enamoró de la dirección.

Pregunta. El 19 comienza su programa en Ibermúsica con Taras Bulba de Janácek. Cuando dirige esta rapsodia, ¿le influye su larga relación con la música checa?

Respuesta. Sí. Es una pieza que descubrí gracias a Kubelík. Aunque Janácek era prorruso, la historia trata sobre lo que ahora es Ucrania, por lo que el sacrificio desesperado que transmite ha cambiado. Janácek es la razón por la que quise convertirme en director de ópera: siendo estudiante dirigí La zorrita astuta entre bastidores, y esa fue también la primera ópera que dirigí con 20 años. Al dirigir tan joven, la música te afecta profundamente, pasa a formar parte de tu ADN.

P. Hay experiencias que marcan…

R. Sí. Escuché a Mahler con once años y contraje el virus incurable de la dirección. Con Bruckner también: con 15 o 16 años escuché a Rudolf Schwarz tocar la 7.ª Había sido prisionero en Auschwitz y Belsen, y cuando los nazis se enteraron de que era director, le rompieron los brazos. Verle dirigir, con problemas de movilidad y una visión profundamente honesta me marcó. Acabó siendo mi mentor.

Simon Rattle dirigiendo a la BRSO. Foto: Rui Camilo

Simon Rattle dirigiendo a la BRSO. Foto: Rui Camilo

P. En la Sinfonía n.º 2, que dirigirá en varias ciudades españolas, ¿Schumann lucha con la depresión?

R. Totalmente. Su Adagio de la Sinfonía n.º 2 es la música más triste jamás escrita. Pero lo que la hace única es que en ningún momento es autocompasiva. Simplemente parece decirnos: "Sí. El mundo es así". Es una música impaciente, puro nervio. Para tocarla hace falta imaginación, humildad. Hay muchas orquestas brillantes en el mundo. Pero muy pocas tienen la cualidad poética de la BRSO.

P. ¿Cómo describiría el sonido y la personalidad de la BRSO?

R. Hay una humanidad especial en su forma de tocar. A pesar de las dificultades de tener su sede en una emisora de radio, cuidan mucho los unos de los otros. Tocan al menos cinco conciertos al año de música contemporánea y han creado una orquesta interna de instrumentos de época. Los músicos son inteligentes y creativos. El peligro de una orquesta institucional es que puede destruir esa creatividad. Ellos le han dado la vuelta.

"El 'Adagio' de la 'Sinfonía n.º 2' de Schumann es la música más triste jamás escrita. Pero no es autocompasiva"

P. Siempre ha apoyado a compositores vivos. ¿Por qué?

R. Toda la música es contemporánea, o lo ha sido. Mozart estaría horrorizado de que sigamos tocando su música. Diría: "¿No tenéis compositores de vuestro tiempo?". Cada generación tiene músicos asombrosos. A algunos los he descubierto más bien tarde, como a Betsy Jolas, que a sus 99 años va a venir a uno de los conciertos de la gira. La conocí cuando tenía 80, y me fascinó hasta tal punto que quise conocer su música.

P. En 2026 estrenará un concierto para piano de Francisco Coll con Kirill Gerstein. ¿Qué le atrajo de su obra?

R. Que es él mismo, y que es profundamente español.

Simon Rattle durante un concierto con la BRSO. Foto: Astrid Ackermann

Simon Rattle durante un concierto con la BRSO. Foto: Astrid Ackermann

P. El documental Rhythm is it! se ha vuelto icónico. ¿Le influye aún aquella experiencia al frente de los berliners?

R. Hay imágenes inolvidables, y dirigir Le Sacre fue el primer paso de un proyecto educativo muy poderoso. La Filarmónica de Berlín tuvo que salirse de su zona de confort, no sabíamos si iba a ser un éxito o una catástrofe. Pero a la mañana siguiente todos estuvimos de acuerdo: no podíamos hacer solo uno de esos proyectos, había que hacer más. Estuvimos 10 años.

P. Ha dicho que el humor puede salvar un ensayo.

R. Totalmente. En Berlín, si hacía una broma, se perdía la tensión. En cambio, en Inglaterra el humor nos une, nos libera y nos permite profundizar en las emociones. Pero sé que es una forma muy británica de afrontarlo.

P. Ha tenido una vida plena: tres matrimonios, cinco hijos... y, como director, es símbolo de renovación.

R. Siento que estamos sobreviviendo. Pero sería una pena no vivir en familia; lo fácil sería aislarse, aunque, como diría Harnoncourt: "No es lo que la música dice, es lo que esta significa". Si solo haces música, ¿de qué va esto? Más vale que tengamos una idea.