Xavier Sabata, durante 'Pierrot Lunaire'. Foto: A. Bofill

Xavier Sabata, durante 'Pierrot Lunaire'. Foto: A. Bofill

Música

La obra 'Pierrot Lunaire', una "explosión en el jardín" de Schoenberg

El contratenor Xavier Sabata presenta en La Abadía (dentro de la programación del Teatro Real) su versión de la ópera del compositor vienés.

22 febrero, 2024 02:01

Ante una nueva interpretación del Pierrot Lunaire de Schoenberg, obra singular e inquietante, la imaginación nos lleva a esa “explosión en el jardín” que decía el historiador Carl Emil Schorske.

El irracionalismo atonal o arbitrio derivado del abandono de las estructuras clásicas proporcionó al compositor una materia indeterminada sobre la que trabajó durante años y que dio lugar a obras singulares y rompedoras, antecedente del nuevo sistema de los doce sonidos, que no se destapó por completo hasta bien entrados los años 20, concretamente hasta las Piezas para piano de 1924 del propio Schoenberg.

Pierrot Lunaire permanece como un faro de una estética y de un pensamiento. Su estructura es muy curiosa, ya que viene constituida realmente por tres grupos o partes de siete melodramas cada uno escritos para voz hablada, piano, flauta, pícolo, clarinete y clarinete bajo, violín, viola y violonchelo.

'Pierrot Lunaire' muestra un juego preciso, una espiritualidad aguda, un instinto genial y restos del clasicismo

El recitado o parlato, que no canto, discurre con la sugerente estructura del llamado sprechstimme y sigue los poemas del poeta simbolista belga Albert Giraud en la traducción alemana de Hartleben.

En las palabras se perciben influencias, entre otros, de Wilde y Laforgue. Cada poema tiene trece versos. Humor negro, onirismo, morbidez, mal gusto, sadismo, crueldad… De todo hay en la extraña música. La fantasía de la mano creadora se percibe en el tan variado y sugerente tratamiento instrumental.

Juego preciso, espiritualidad aguda, instinto genial, y, curiosamente, restos de un extraño clasicismo, veía en la obra Alexis Roland-Manuel. En todo caso es una composición afín al cabaret berlinés, que se estrenó precisamente en la capital de Alemania el 12 de octubre de 1912 con la participación de la actriz vienesa Albertine Zehme.

En unos días y dentro de la programación del Teatro Real, en este caso en colaboración con el Teatro de La Abadía, se pondrá de nuevo en Madrid esta sugerente e inquietante composición. Será del 22 al 25 de este mes. El experto y buen conocedor de la música contemporánea que es Jordi Francés gobernará a un grupo de solistas de la Orquesta de aquel coliseo.

La voz narradora será la del tan activo y versátil contratenor Xavier Sabata, amigo de aventuras de este tipo. Recordemos su Viaje de invierno de Schubert. El concepto y, en este caso, la dirección escénica son suyos. El espacio y la iluminación, de Cube.bz, y el movimiento, de María Cabeza de Vaca.

[Schönberg, a estudio]

El timbre de mezzo, de sorprendentes irisaciones y ricas vetas penumbrosas del contratenor no hay duda de que ofrecerá nuevas luces y acentos a la obra. Según apunta el propio artista, su lectura trata de resaltar la curiosidad de Pierrot, un personaje envuelto en la soledad y el silencio. Pierrot dialoga con la figura de Narciso a partir de pasajes de Ovidio, “este consumiéndose para conocerse y aceptarse; y aquel aislándose, construyéndose un avatar para esconder el sufrimiento que conlleva no sentirse nunca en casa”. Sorprendente