El tenor Joel Prieto en 'El caballero de Olmedo'. Foto: Javier del Real

El tenor Joel Prieto en 'El caballero de Olmedo'. Foto: Javier del Real

Música Lo mejor de 2023

Un gran festival llamado música clásica

Mientras se multiplicaban los certámenes y nombramientos, el año daba obras enjundiosas como 'La nariz' en El Real o 'Jenufa' en el Palau de les Arts y La Maestranza

24 diciembre, 2023 21:48

La música llamada clásica sigue funcionando a trancas y barrancas. Pero la luz nunca se apaga afortunadamente. Gracias entre otras cosas a la esforzada labor de artistas de raza. Como los integrantes del Cuarteto Quiroga, forjadores de un disco de alto interés (Átomos) en el que se alojan obras breves, enjundiosas y maestras tocadas con una fuerza y una precisión desusadas.

Como las que afloraron en una de las representaciones operísticas más celebradas del año: la de La nariz de Shostakóvich, con la que el Real se incendió materialmente. O las que recrearon las bellezas y accidentes de la magistral Jenufa de Janácek en sendas producciones del Palau de les Arts y la Maestranza.

Buena cosecha asimismo la obtenida en el capítulo de estrenos líricos, con La Regenta de Marisa Manchado; Lazarillo, de David del Puerto; y El caballero de Olmedo, de Arturo Díaz Boscovich. Todas, por cierto, sustentadas en nuestro patrimonio literario. Habría que añadir La muerte del industrial, una distopía tecnológica, de Jorge Fernández Guerra, estrenada en la siempre tan imaginativa Fundación Juan March. Se espera que la próxima temporada sea tan productiva en este orden de cosas, con proyectos en marcha o a punto de fructificar.

En el capítulo creativo se presentaron buenas perspectivas, con estrenos de jóvenes y prometedores compositores 

En el Real se aguarda con fruición la presentación de dos óperas muy importantes del siglo XX: La pasajera de Weinberg y El Rey Lear de Reimann. Al tiempo que La Zarzuela, con nueva directora artística recién estrenada, Isamay Benavente, emprende una nueva y prometedora singladura. 

En otros tramos del capítulo creativo se presentan también buenas perspectivas, con estrenos de jóvenes y prometedores compositores instalados en diversos puntos del país: Núñez Hierro, Quislant (ganadores ambos del Premio Princesa Sofía), García Tomás, Vega, Mendoza… Y parece que cada vez en mayor medida parte del público va entrando, aunque muy lentamente, por el aro. 

Se multiplican, lo que es también buena señal, los festivales de música del más diverso tipo. Junto a los clásicos y más importantes cabe señalar la cada vez más acusada relevancia del Bal y Gay de A Mariña en Lugo y la paulatina toma de posición de los más noveles, como el de La Rioja, en su tercera edición, y el Atrium de Cáceres, en su segunda. Pululan por toda nuestra geografía. En el ámbito especializado en la música sacra mencionemos la Semana Religiosa de Cuenca, que parece volver por sus fueros con un nuevo director, Andoni Sierra, al frente

En el apartado de decesos, siempre lamentable, se nos han ido profesionales y amigos inolvidables, como el tenor Pedro Lavirgen y el crítico Joaquín Martín de Sagarmínaga. En compensación, y sin que su recuerdo nos abandone, pudimos disfrutar de estupendas sesiones musicales, como las ofrecidas por la Filarmónica de Berlín y Kirill Petrenko, la Nacional con obras de Thomas Adès, con el propio compositor en el podio, y la misma orquesta en manos de su titular, David Afkham, que recrearon con muy buena mano el tercer acto de Parsifal de Wagner. Y las distintas convocatorias que nos ofrecieron aquí y allí conciertos celebratorios del centenario de El retablo de Maese Pedro de Falla.

[Cuarteto Quiroga, música sin concesiones retóricas para celebrar sus 20 años]

Y cómo no recordar y celebrar, y esto se ha hecho y se está haciendo con buena disposición, los aniversarios de Ligeti, uno de los grandes nombres de la composición del siglo XX, y los de dos de las más importantes sopranos de la historia moderna: Maria Callas y Victoria de los Ángeles, presentes en conciertos, conferencias y programas de radio