Image: David Villanueva vuelve a mojarse con su segundo disco, Esclavos del agua

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David Villanueva vuelve a mojarse con su segundo disco, Esclavos del agua

Decidido a desarrollar su carrera musical al margen de la industria, el editor de Demipage vende a través de El Cultural su nuevo álbum, grabado en directo junto a amigos como Santiago Auserón, Juan Carlos Mestre y Luis Eduardo Aute

3 junio, 2015 02:00

David Villanueva

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Envuelto en un cono de luz, David Villanueva sostiene dos cubos. Uno está vacío y el otro, lleno de agua. El primero es nuestro planeta, fatigado y seco. El segundo, el consumo desenfrenado de los recursos naturales por parte de la humanidad. Tocar sobre el escenario un buen puñado de canciones, rodeado de amigos como Luis Eduardo Aute, Santiago Auserón (Juan Perro) y Juan Carlos Mestre, es la manera simbólica que tiene el músico y editor de Demipage de revertir ese proceso de autodestrucción colectiva. Y, de paso, lo graba todo para dar forma a su segundo disco, Esclavos del agua.

El agua es una obsesión de Villanueva que también dio nombre a su primer disco, Planeta mojado (2012) y que, anuncia, cerrará con el siguiente una trilogía acuática. "El agua es la muerte y la vida. Para mí siempre ha sido un elemento importante. Mi padre era ingeniero y construía depuradoras. Me parecía magia que pudiera crearse agua cristalina y potable a partir de agua sucia y putrefacta. Todavía me fascina que podamos acceder a ella simplemente abriendo el grifo. ¡Si fuéramos conscientes del lujo tan grande que es eso...!".



Retrocedamos 25 años en el tiempo. Villanueva hizo sus primeros pinitos en la música cuando la Movida daba sus últimos coletazos. Idolatraba a Antonio Vega y formó una banda llamada Alicia en las ciudades, como la película de Wim Wenders. Ficharon por la multinacional Virgin y estuvieron en activo hasta 1995. "Todo fue muy edificante y excitante para lo jóvenes que éramos. Nos permitió viajar y conocer un montón de posibilidades nuevas, pero el aprendizaje musical dejaba mucho que desear". Villanueva se salió de la rueda de la industria bastante decepcionado y aparcó su carrera musical durante años, aunque siguió regando sus habilidades musicales con paciencia de artesano y siempre en la intimidad. "Sabía que si volviera a la música sería fuera de la industria", asegura. En 2012 se quitó el óxido con Planeta mojado, un disco-libro autoproducido. En el disco, canciones intimistas, de artesanía pop con querencia por el folk norteamericano y el rock latino. En sus páginas -ventajas de ser editor-, textos de Hubert Haddad, Santiago Auserón, Fernando Aramburu, Juan Gracia Armendáriz y Francisco Javier Irazoki, entre otros amigos escritores y músicos.

Ahora, Villanueva no sólo ha tenido la audacia de grabar un segundo disco, sino que además lo ha hecho en directo, con algunas canciones nuevas y otras del disco anterior. La grabación se hizo durante dos conciertos consecutivos en las Naves del Español de Matadero Madrid, en diciembre de 2014. Junto a él, una banda excelente compuesta por Basilio Martí al piano y los teclados, Anye Bao a la batería y la percusión, Javier Santana al bajo y Mayte Pizarro a los coros. Y con invitados de lujo: Santiago Auserón -en la canción Carnaval, Luis Eduardo Aute -en De gris- y Juan Carlos Mestre recitando, acordeón mediante, su poema "Cavalo Morto", dedicado al poeta Ledo Ivo. La última canción es una versión de Tom Petty, I won't back down, junto a The Greenwich Village, una veterana banda madrileña que lleva 30 años tocando rock americano y que fueron los primeros que invitaron a tocar a Villanueva en sus conciertos. Todo quedó registrado con un sonido impecable gracias a los técnicos Óscar Marañón y Jorge Gómez y a la mezcla final de Dani Alcover, así como en unos vídeos disponibles en YouTube.



"Todas las colaboraciones son accidentales, han surgido por su propio peso a través de la editorial o de Basilio Martí, que fue teclista de Antonio Vega durante 20 años", explica Villanueva. Desde que conoció a Auserón personalmente, Villanueva admira sobre todo "su implicación absoluta en todo lo que hace y su visión de la creación como un reto en el que jamás se alcanza la perfección". Y lo que piensa de Aute apenas puede expresarlo con palabras. La colaboración con él nació en un radiocasete: "Me invitó a su casa y me pidió que le grabara una canción". Se llama "De gris" y antes de cantarla juntos en el Matadero lo hicieron en un concierto de Aute en el Circo Price.

Madrid con otros ojos

Cuando sacó su primer disco, Villanueva decía que Madrid era "una ciudad muerta", "gobernada por gente que se come la ciudad a golpe de acotamientos de todo tipo y que no le interesa lo más mínimo la cultura". Después del 24-M, ve el futuro capitalino con otros ojos: "El mero hecho de que entre gente nueva y joven ya me parece un buen cambio. Espero que este marasmo cultural que ha habido en nuestra ciudad en los últimos 15 años no vuelva a suceder. Estoy harto de ver las estanterías de las bibliotecas llenas de telarañas. Quiero que la gente pueda encontrar en ellas las novedades que publicamos las editoriales y que se acostumbre a confiar en los agentes culturales y los bibliotecarios. Que haya un contacto directo entre la gestión y la oferta cultural, que todo sea más auténtico. Va a ser duro porque después de todos estos años hay muchas tuberías atascadas".

Decidido a desarrollar su carrera musical al margen de la industria, Villanueva ha optado por vender Esclavos del agua a través de El Cultural, tanto en CD como en versión digital. "Me gusta hacer las cosas a mi aire, ser quien decide la manera de gestionarlas. Ya que estoy fuera de la industria, ya que soy de verdad indie porque me lo pide el cuerpo y porque las discográficas no ofrecen hoy gran cosa, hablé con El Cultural y se nos ocurrió crear un canal alternativo de promoción y venta que además sirva para dar a conocer a otros artistas desconocidos. El Cultural es un soporte idóneo porque su razón de ser es precisamente mostrar cosas nuevas en el ámbito del arte, del teatro, del cine, de los libros y de la música".