Image: Guerra en Siria: la película más larga y terrible del mundo

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Cine

Guerra en Siria: la película más larga y terrible del mundo

26 abril, 2018 02:00

Hiam Abbass en Alma Mater

Su estreno se ha convertido en un acontecimiento que, por desgracia, la espiral violenta de la vida real solo ha magnificado. La película Alma mater, dirigida por el belga Philippe Van Leeuw nos acerca desde la ficción a la guerra más cruel y brutal que conoce el mundo en el siglo XXI.

Su estreno se ha convertido en un acontecimiento que, por desgracia, la espiral violenta de la vida real solo ha magnificado. La película Alma mater, dirigida por el belga Philippe Van Leeuw nos acerca desde la ficción a la guerra más cruel y brutal que conoce el mundo en el siglo XXI, la enloquecida contienda civil de Siria. Desde que estallara en 2011 con unas revueltas pacíficas contra el régimen despótico del villano Bashar el Assad, han muerto más de medio millón de personas hasta diciembre de 2017 según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.

Alma mater convierte el conflicto en un drama íntimo en el que más que verlo lo sentimos en los huesos de una familia que vive encerrada y muerta de miedo mientras afuera se desata la barbarie. La actriz Hiam Abbass, una mujer de una fuerza épica con el carisma de las verdaderas estrellas, da vida a una abuela protectora y corajuda que se niega a abandonar su hogar y sobrevive aterrorizada con su marido y sus nietos en una casa en la que no entra la luz y donde la palabra guerra significa muerte y destrucción pero también restricciones de agua y un encierro claustrofóbico.

La vida sigue en Alma mater a pesar de las bombas y los cadáveres, dando a la guerra ese aspecto macabramente surrealista de todas las contiendas que confrontan las pequeñas e inevitables pasiones en el marco más amplio de una masacre que las hace parecer más ridículas pero que también las convierte en símbolos de que la humanidad siempre sigue viva. Esa niña que en el peor momento se lava el pelo, ese hombre que llora ante la perspectiva de su marcha y perder todo lo construido o ese abuelo hastiado que cierra los cortinas son el reflejo amargo de un filme que desemboca en una última y desoladora larga secuencia que nos muestra la barbarie en toda su crudeza.

Manifestaciones Apes / Ne pas plier, 1996-1998

Como la película "más larga de la historia", con sus 1001 días de duración en 2014, define el realizador Ossama Mohamed su filme de la guerra de Siria. En Silvered Water, Syria Self-Portrait, el sirio nos ofrece un testimonio impactante y necesario de esos mil días, que hoy son como mínimo el doble, de un dolor que no conoce fin. Las imágenes del horror son captadas por los propios sirios. Imágenes de torturas, de niños asesinados, de gatos aterrorizados entre las bombas, de adolescentes golpeados hasta la muerte por los sicarios del régimen y de policías que disparan a matar en las manifestaciones son el más contundente y poderoso alegato realizado hasta la fecha sobre la guerra.

Con tono poético, la película no evita la violencia y al mismo tiempo propone una reflexión sobre la utilidad de mostrarla. Silvered Water, Syria Self-Portrait nos ofrece un caleidoscopio de la guerra posible gracias a los móviles y la profusión de cámaras para acabar siendo un crudo relato de la propia desolación del autor del filme, superviviente en París y roto por dentro para siempre.

Con un tono más cercano al reportaje televisivo, Los desaparecidos de Siria: el caso contra Assad, de Sara Afshar, disponible en Filmin, se centra en las numerosas pruebas contra el régimen del tirano. Al igual que sucedió con los nazis, que como buenos alemanes documentaron y catalogaron con primor su completo catálogo de barbaridades, al parecer el régimen de Assad tiene la misma manía burocrática, lo cual favorece la actividad de los investigadores del régimen. En estas película lo más terrible es que a veces uno no sabe si sentir más compasión por los vivos o los muertos.

Una imagen de la película Siria: una historia de amor

Los desaparecidos de Siria: el caso contra Al Assad tampoco es una película de fácil digestión. El corazón del filme está en la masiva filtración de fotografías de cadáveres por parte de un tal "César", nombre en clave, un matarife del régimen que se pasó al otro bando llevándose documentación muy comprometedora. Como veíamos en Silvered Water, donde con frecuencia escuchamos a los protestantes quedarse atónitos por la brutalidad empleada para disuadirlos, los revolucionarios no esperaban una reacción tan cruel por parte del dictador. El testimonio de una de las víctimas, un hombre con la expresión destruida que relata en primera persona las atrocidades más inimaginables, resulta inolvidable.

Hay muchas películas sobre refugiados y la forma en que la tragedia siria se ha trasladado a las fronteras europeas. Hace poco, se estrenaba Marea Humana, del chino Ai Weiwei, aún en cines. Voy a destacar la mejor, también en Filmin, Siria: una historia de amor, dirigida por Sean McAllister, narra a lo largo de cinco años la destrucción de la pareja formada por Amer y Ragdha, disidentes históricos del régimen que se conocieron siendo unos adolescentes en una prisión para acabarse casando y teniendo un hijo para ver cómo el conflicto los destruía por completo.

Protagonizada por una pareja de intelectuales sofisticados y decididamente cool, es un espectáculo de una tristeza infinita ver cómo una guerra se carga por completo a dos personas bellas para dejarlas hecha una ruina. Contada como si fuera un drama íntimo y doméstico, lo cual hace que tenga algún punto en común con Alma mater aunque la familia de Siria: una historia de amor no tenga nada que ver (para entendernos, sería como contar la historia desde Pozuelo o Malasaña), es desgarrador ver cómo la sangre, la muerte y la violencia son como una gangrena que no deja títere con cabeza y lo pudre todo aunque no lo toque directamente.

@juansarda