Image: El thriller de autor asalta la cartelera

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Cine

El thriller de autor asalta la cartelera

13 octubre, 2017 02:00

Daniel Craig protagoniza La suerte de los Logan

Steven Soderbergh y Tomas Alfredson buscan atrapar al espectador desde polos opuestos del cine de suspense: el primero, con una enérgica comedia criminal y el segundo, con la tensa captura de un asesino en serie.

Esta semana Steven Soderbergh y Tomas Alfredson compiten en la cartelera con dos películas que se acercan al suspense desde perspectivas diametralmente opuestas. El ecléctico director norteamericano, como ya hiciera en la trilogía que abrió la entretenida Ocean's Eleven, narra en La suerte de los Logan la preparación y ejecución de un complejo robo, aunque en esta ocasión no se trata de desvalijar un casino de Las Vegas sino la caja fuerte de un circuito de la Nascar, competición automovilística de gran éxito en Estados Unidos. Además, la glamurosa pandilla de cacos liderada por George Clooney, Brad Pitt y Matt Damon aquí es sustituida por un simpático grupo de personajes que vienen a reflejar la cara amable de esa Norteamérica profunda, blanca, algo paleta y con escaso futuro que tanto da que hablar en la era Trump.

Los personajes principales, los hermanos Logan, representan el arquetipo del sueño americano roto en mil pedazos. Jimmy (Channing Tatum) era la estrella deportiva de su instituto, pero acaba de perder su puesto de trabajo en la construcción por una lesión de rodilla. Su hermano Clyde (Adam Driver) es un veterano de Irak que perdió un brazo en la contienda y que trabaja en un deprimente bar de carretera mientras no para de quejarse de la mala suerte de la familia. Ambos deciden tomar las riendas de su vida y en compañía de un divertidísimo Daniel Craig, que interpreta al especialista en cajas fuertes Joe Bang, diseñan un plan tan metódico como disparatado.

El suspense que llegó del frío

Michael Fassbender protagoniza El muñeco de nieve

Si Soderbergh vuelve a mostrar su talento tanto para la comedia como para mantener al espectador pegado a la butaca, a través de un ritmo endiablado y de un eficaz juego de ocultación narrativa, Tomas Alfredson continúa dotando de una frialdad sobrecogedora y quirúrgica a su puesta en escena en El muñeco de nieve.

Tras la vuelta de tuerca al vampirismo que supuso Déjame entrar (2008) y la gélida deconstrucción del espionaje de El topo (2011), ambas adoradas por la crítica, el director sueco, ya inserto por completo en la maquinaria de Hollywood, regresa a la cartelera con El muñeco de nieve, adaptación de una de las novelas protagonizadas por el siempre huraño detective Harry Hole del maestro del noir noruego Jo Nesbo.

En la película, el detective, interpretado por Michael Fassbender, se enfrenta a un asesino en serie cuyas víctimas son siempre madres de familia que han estado teniendo una aventura extramatrimonial. Su signo de identidad es el muñeco de nieve que deja en los jardines de las mujeres desaparecidas. Con la ayuda de la brillante agente Katrine Bratt (Rebeca Ferguson), el policía ira encajando las piezas del rompecabezas a partir de antiguos casos sin resolver en una carrera contrarreloj.

Producida por Martin Scorsese -que en un principio iba a ejercer de director-, la película está rodada en los gélidos paisajes noruegos de la región de Rjukan y en las ciudades de Oslo y Bergen. En el reparto también aparecen JK Simmons, Charlotte Gainsbourg y Val Kilmer y la banda sonora está firmada por Jonny Greenwood, miembro de Radiohead y compositor habitual para Paul Thomas Anderson.

@JavierYusteTosi