Cine

El mundo según John Malkovich

Estreno del polémico filme de Spike Jonze

5 marzo, 2000 01:00

Llega a nuestras pantallas uno de los experimentos cinematográficos más controvertidos de los últimos tiempos. A partir del próximo viernes el público español podrá opinar si Cómo ser John Malkovich es un fiasco o una obra maestra. En todo caso, el primer trabajo de Spike Jonze (nominado a los Oscar en tres categorías) no ha dejado indiferente. John Cusack, Cameron Diaz, Catherine Keener y el propio Malkovich encabezan este controvertido filme.

Plano subjetivo. Estamos dentro de John Malkovich. ¿Pagaría por seguir durante un rato al protagonista de Amistades peligrosas o En la línea de fuego? Ni Lewis Carroll podría haber imaginado una historia similar, un baile caótico entre el surrealismo y el absurdo que Spike Jonze (eminente artífice de anuncios publicitarios y vídeos musicales) ha colocado entre los principales candidatos a los Oscar en las categorías de Mejor Director, Actriz de Reparto y Guión Original.

Cómo ser John Malkovich, cuyo título original, Being John Malkovich, propone un gerundio categórico mucho más explicativo que la traducción española, se acerca (o al menos lo intenta) a una vanguardia con pretensiones de ruptura y transgresión. Producida por el líder de REM, Michael Stipe, reúne los principales elementos para entretener en una comedia con bastantes dosis de sensibilidad y denuncia. Es el caso de la oficina en la que se desarrolla la "escapada" hacia el mundo del actor, situada en la planta 7 (y media) del edificio Mertin-Flemmer del flamante Manhattan.

Los personajes han de moverse agachados como consecuencia de un techo agobiante, casi claustrofóbico. No estamos en una nave espacial ni en un zulo laberíntico. Son las dependencias de la LesterCorp. Ahí es donde el protagonista de esta disparatada historia, Craig Schwartz (John Cusack), encontrará el amor de Maxine (Catherine Keener) y el interior de John Malkovich, otro laberinto desde el que contemplaremos la vida cotidiana de nuestra sarcástica estrella, desde sus movimientos en la ducha hasta sus ejercicios de declamación. La historia ha sido escrita por la mano maestra de Charlie Kaufman.

Personajes y marionetas

Procedente de la literatura, ha sido capaz de alcanzar la química necesaria para formar, junto al también neófito Spike Jonze, una de las producciones más originales y provocadoras del más reciente cine norteamericano. Las marionetas que maneja el personaje de John Cusack se mueven a través de la sensibilidad de unos "dedos mágicos" que acabarán poniéndolo al borde de la indigencia. Los planos de sus movimientos, y la música que acompaña la extraña vida de esos seres, son algunos de los versos audiovisuales que Jonze ha conseguido en este ejercicio comprometido con un ritmo que pierde fuelle en los últimos minutos del metraje. En todo caso, el planteamiento sugiere un sereno eterno retorno hacia el ser único, una cómica placenta en la que se refugian los sentimientos más personales y sinceros del ser humano que huye despavorido de la rutina para refugiarse en el sueño irracional de la creación.

"Schwartz, Schwartz, Schwartz, Schwartz" es el único nombre (o apellido) al que responde la búsqueda del protagonista, un Cusack desesperado y tierno movido por el motor del amor que busca, entre el cómico desarrollo de la trama, las sofisticadas neuronas de Malkovich. Nada mejor en esta distorsionada peripecia interpretativa que encontrarse al protagonista inconsciente del filme en una larga fila de gente esperando, agachada por el escaso nivel de los techos, para deslizarse por los pasillos de su propio Yo.

Malkovich tendrá que averiguar el disparatado negocio que se está realizando en torno a su cotizada neurología sumergido en los pasillos del aburrimiento. Entrará en la historia con la misma naturalidad con la que los liliputienses protagonistas usurpan diariamente su personalidad. Todo el mundo acabará a los pies de una autopista, rodeados por el vértigo que producen los automóviles y marcados por el líquido escurridizo de la suplantación.

El propio Cusack advierte que la historia busca un juego premeditado, retorcido y "estúpido" que podría haber salido de la onírica creatividad de las estampas de Escher. Escaleras, puertas y pasillos se entrelazan en medio de unos diálogos que sirven de hilos invisibles y que manejan los subconscientes salidos de la imaginación del dúo formado por Jonze/Kaufman. "Sólo eran un puñado de ideas -señala el guionista- que me atraían. Las junté todas y a medida que iba avanzando se me ocurrían cosas nuevas. Algunas de las historias tomaron un rumbo distinto y fui incorporando correcciones y puntos de vista nuevos. Así llegué a la versión definitiva del guión".

Cómo ser John Malkovich será uno de los retos de la Academia de Hollywood el próximo 26 de marzo. Sus nominaciones al Mejor Director, Mejor Actriz Secundaria y Mejor Guión la convierten en un auténtico desafío para las conservadoras estructuras de la institución norteamericana, que tendrá que deshojar la margarita ante productos también arriesgados como American Beauty o El dilema. Catherine Keener competirá con Toni Collette (El sexto sentido), Angelina Jolie (Inocencia interrumpida), Samantha Morton (Acordes y desacuerdos) y Chloë Sevigny (Boys don’t cry). Musa incuestionable de Tom DiCillo, la actriz ha participado en películas como Johnny Suade, Vivir rodando, Caja de luz de luna y Una rubia de verdad. "Mi encuentro con Spike Jonze duró un par de horas, lo cual es poco habitual en él. Después del casting pensé que el reparto era muy bueno y que la película era totalmente original. El guión es un reflejo de su forma de ser". Otro de los rostros femeninos de la película es el de Cameron Diaz que en este trabajo realiza un papel de cierta complejidad. Busca la liberación en una vida atrapada por el trabajo. Incluso se identifica más con el papel masculino a la hora de enfrentarse con la realidad. Diaz, casi desconocida y embutida en sus rizos, aceptó este papel desde el desconcierto.

Encuentro inesperado

"Me habían contado muchas cosas de Spike -dice la actriz-, como que era una persona muy abierta y de un gran talento. Cuando tuve la ocasión de conocerlo no se parecía en nada a lo que esperaba". El encuentro con el director y su parecido con varios personajes la marcó considerablemente: "Fue en el Pacific Dining Car. Llegué con retraso. Un camarero me acompañó hasta su mesa. Allí estaba Spike. Daba cabezadas y me pregunté. ‘¿Quién es ese tío?’. Al principio se parecía a Robert De Niro, luego a Matthew McConaughey y más tarde a Kareem Abdul-Jabbal. No me lo podía creer".

Pero si hay un comportamiento que identifique el desarrollo del filme ése es el de John Horatio Malkovich, protagonista real o ficticio de una película que termina borrándole el nombre de tanto pronunciarlo. Podría ser cualquier otro actor de prestigio, pero esta delirante lotería ha recaído en el protagonista de títulos como Las amistades peligrosas, En la línea de fuego o El cielo protector. Quedan muy pocas cosas fuera del carácter del actor, su relación con el teatro, su amor por los clásicos o su infinita capacidad para la transformación. Malkovich es el principio y el final (prolongado final) de una obra que, sin buscar su idolotría, consigue subir a los altares del underground alternativo una cara perversa y una mirada estrábica. Cómo ser John Malkovich no es un manual de comportamiento pero, en el fondo de su amoral mensaje, lo parece. Ser uno mismo y buscar un camino propio parece ser el principio que rige toda la cinta. El resto es enajenar la conciencia en unas latitudes inapropiadas.

Por los "pasos" del director

Las facetas de John Malkovich son tan variadas como las caras de sus personajes. A su dedicación como actor y productor se añade la de director. El pasado otoño estuvo en Madrid para localizar algunos de los lugares por los que se desarrollará Pasos de baile, una película que tendrá entre su nómina de actores a Javier Bardem, Juan Diego Botto y Laura Morante. Para el anecdotario quedará la refriega que protagonizó durante una pelea en la calle Alcalá. Malkovich separó a dos improvisados púgiles sin que nadie le llamara a ese entierro. Todo ocurrió muy cerca del Círculo de Bellas Artes, lugar en el que presentará el próximo jueves Cómo ser John Malkovich. El actor norteamericano rodará la vida de un líder revolucionario sudamericano a través de la dura mirada de un policía que sigue sus pasos desesperadamente. El inicio será durante el mes de abril de este año y cuenta con el escritor Nicolas Shakespeare como guionista de lujo. No en vano Pasos de baile es el título en español de su novela The Dancer Upstairs. Si la mano mágica de los Oscar fuera favorable para la película de Spike Jonze su nombre permanecerá grabado para siempre en la historia del cine.