Un momento de la obra 'Coup fatal'

Un momento de la obra 'Coup fatal'

Stanislavblog

'Coup fatal', el concierto danzado afro-europeo que Platel debería aligerar

La obra que inaugura la 43.ª edición del Festival de Otoño une la tradición lírica occidental con la riqueza musical del Congo.

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La restauración por el belga Alain Platel de su concierto danzado Coup fatal vistió ayer la inauguración de la 43.ª edición del Festival de Otoño de Madrid (FO) de sonidos congoleños fusionados con clásicos barrocos europeos bajo la dirección del guitarrista Rodríguez Vangama.

Una pincelada multicultural con la que la mexicana Marcela Díez, en su primer año como directora del Festival, ha abierto esta edición de acento deliberadamente hispanoamericano.

Coup fatal es esencialmente una celebración popular tejida con buenos y variados mimbres que une la tradición lírica occidental con la riqueza musical del Congo.

Sin embargo, esta fiesta afro-europea no contagió anoche su energía al público de Madrid, que me pareció lo recibió con tibieza, quizá debido también a su larga duración, al borde de las dos horas. Amén de que el patio de butacas no logró ayer completarse.

Aun así, estamos ante un espectáculo de gran belleza, con prodigiosos y versátiles artistas, y considero que inspirador, especialmente ahora que el FO apuesta por la hispanidad, —aunque veremos si Díez continúa al frente—, pues revela que el arte es un terreno fértil para alianzas de artistas de estilos alejados.

Rodríguez Vangama con su guitarra eléctrica de mástil doble controla el concierto milimétricamente dando paso a las intervenciones de sus estupendos músicos y cantantes del Congo (xilófonos, kalimbas o pianos de pulgar, timbales y tambores y guitarras) que, a su vez, provocan vistosas y atléticas danzas de un ensemble uniformado con trajes de pantalón acampanado que nos asombra con sus movimientos de cadera y sus sensuales flexiones.

El saxofonista Fabrizio Cassol y el guitarrista Rodríguez Vangama son los autores de los arreglos que adaptan a los estilos congoleños las partituras barrocas. Es bastante sorprendente ver cómo Monteverdi es adaptado a guitarra eléctrica y piano de pulgar, por ejemplo, mientras emplean otros instrumentos para piezas de Vivaldi, Bach, Gluck o Händel (su Lascia ch’io pianga pone un emotivo término al espectáculo).

Las arias recaen en el contratenor sudafricano Coco Díaz, de dulce voz y dominio escénico, pero hay también dos cantantes-bailarines que cumplen un papel fundamental a la hora de guiar todo el concierto.

El blues y el jazz se cuelan en este sorprendente fresco musical con temas como To be young, gifted and black, de Nina Simone, interpretado por tres bailarines desde el patio de butacas.

Una escena de 'Coup fatal'. Foto: Zoé Aubry

Una escena de 'Coup fatal'. Foto: Zoé Aubry

Platel distribuye al combo en el foro, tras sus instrumentos, y mueve a los bailarines sobre un escenario decorado con cortinas de tiras (confeccionadas con casquillos de balas empleadas en las guerras civiles que ha asolado el país) que le permiten crear bonitas composiciones disponiendo a los bailarines tras ellas. Creo, sin embargo, que la primera parte peca de coreografías repetitivas y que es ahí donde es posible aligerar la pieza.

En su parte final, el coreógrafo viste a la formación con coloristas trajes adornados con profusión de corbatas. Evocan con este estilo a los sapeurs, protagonistas de un movimiento de Brazzaville que se remonta al siglo XX y que en su origen imitaba la vestimenta de los dandis europeos a fin de integrarse en las esferas sociales coloniales, pero que fue evolucionando hacia la provocación, convirtiéndose en una corriente social identitaria que fue reprimida durante el gobierno de Mobutu, cuando vestir con corbata y traje estaba prohibido.

Platel ya estrenó esta obra en 2014 cuando fue programada poco después en Sevilla. El coreógrafo belga, director del extinto Les Ballets C de la B, lo produjo a raíz de un viaje a Kinsasa, donde fue invitado a presentar uno de sus montajes.

Lo cierto es que la inspiración del espectáculo recuerda a experiencias musicales más antiguas y de gran éxito como la célebre Misa Luba, ideada por el fraile franciscano belga Guido Haazen e interpretada y grabada en 1958 por Los Trovadores del rey Balduino, un coro de adultos y niños de Kamina que comenzaron desde improvisaciones colectivas a adaptar la misa en latín en los estilos y formas de canciones tradicionales de la zona, demostrando la riqueza y variedad musical de las distintas etnias y comunidades del lugar.

Coup fatal

Teatros del Canal. Hasta el 9 de noviembre

Dirección artística y puesta en escena: Alain Platel
Dirección musical: Fabrizio Cassol
Director de orquesta: Rodriguez Vangama
Composiciones: Fabrizio Cassol, Rodriguez Vangama, a partir de Händel, Vivaldi, Bach, Monteverdi, Gluck, con la colaboración de Coup Fatal
Escenografía: Freddy Tsimba
Iluminación: Carlo Bourguignon
Sonido: Guillaume Desmet
Vestuario: Dorine Demuynck
Fotografía: Chris Van der Burght
Asistente de dirección artística: Romain Guion
Asistente de puesta en escena: Éléonore Bonah
Intérpretes: Coco Diaz (contratenor), Russell Kadima (voz), Boule Mpanya (voz), Fredy Massamba (voz), Deb’s Bukaka (balafón), Jolie Ngemi (danza), Cédrick Buya (percusión), Bouton Kalanda (likembe), Silva Makengo (likembe), Erick Ngoya (likembe), Brensley Manzo (guitarra), Évry Madiamba (percusión y calabaza) y Rodriguez Vangama (guitarra eléctrica, balafón)
Producción (reposición 2024): Comédie de Genève
Distribución (España): DOC ART project
Producción en la creación (2014): KVS-Bruselas y les ballets C de la B
Coproducción en la creación: Théâtre national de Chaillot —París, Holland Festival— Ámsterdam, Festival de Aviñón, Theater im Pfalzbau, Torinodanza, Ópera de Lille, Wiener Festwochen