Un momento del espectáculo de Sharon Eyal. Foto: Katerina Jebb / Teatros del Canal

Un momento del espectáculo de Sharon Eyal. Foto: Katerina Jebb / Teatros del Canal

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Sharon Eyal crea con sus bailarines un bello e impactante poema visual en los Teatros del Canal

'Into the Hairy' es un poema de una atmósfera subterránea y ritual, de sorprendente belleza, ejecutado por siete bailarines de alto nivel técnico.

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La compañía de Sharon Eyal actúa hasta este viernes en los Teatros del Canal con una de sus coreografías más recientes, Into the Hairy, un poema de una atmósfera subterránea y ritual, de sorprendente belleza, ejecutado por siete bailarines de alto nivel técnico capaces de interpretar el personal, exigente e impactante estilo de danza de la israelita.

El título de la pieza sería algo así como 'Hacia lo peludo', el único guiño humorístico que se permite esta composición. Es un viaje a las sombras, a una oscura ciudad doliente, diría que al inframundo dantesco, de la mano de siete almas que no paran de moverse ni un minuto de los 50 que dura la pieza, al ritmo de la música electrónica del galés Koreless, que en esa base mezcla cantos y guitarras para marcar quiebros con los que Eyal rompe simetrías o equilibrios de sus danzantes.

La pieza se organiza en varios cuadros donde procesionan en grupo sus bailarines -ataviados con mallas de encaje negro diseñadas por Maria Grazia Chiuri (de Dior)- dando paso a solos para lucimiento de estos. Todos tienen su momento. Y también se intercalan asombrosos engranajes donde los miembros de la compañía se enlazan para componer figuras fantásticas, como si se tratara de confeccionar un bestiario humano frente al espectador, que luego se desvanece.

Es muy hermoso de ver, y muestra una concepción del espectáculo muy visual y ritual, también performativo. A Eyal no le gusta la palabra coreografía, prefiere hablar de puesta en escena. Y este espectáculo obecede mucho mejor que los anteriores que hemos visto en Madrid OCD Love y Love Chapter II a esa concepción: representar “ensoñaciones” donde convergen la atmósfera, la música y las danza extenuante de sus bailarines. Ella está convencida de que cuánto más extremo sea el trabajo de sus bailarines, más sale la emoción.

Por otro lado, el lenguaje de Eyal es muy entretenido. Es cierto que la negritud con la que está iluminada la escena nos impide detectarlo con precisión. Los bailarines llevan sus rostros maquillados - toque muy teatral- y entre tanta oscuridad destacan sus manos, que cobran un protagonismo como pocas veces se ve en la danza contemporánea. Me recordaron las manos del baile flamenco.

Es justo nombrar al equipo de Sharon Eyal, básicamente la misma compañía de Love Chapter II con algún danzante más: Darren Devaney, Juan Gil, Alice Godfrey, Johnny McMillan, Keren Lurie Pardes, Nitzan Ressler, Héloïse Jocquevile, Clyde Emmanuel Archer, son bailarines de una precisión y un entrenamiento asombroso, se mantiene en media punta casi todo el rato, con desequilibrios deliberados que evocan a unos personajes fantasmagóricos o maltrechos. Las dinámicas de sus movimientos están estudiadas al milímetro, tanto como esos cuerpos esculpidos se diría con cincel.

 Into the Hairy

Teatros del Canal, hasta 28 de octubre 

Coreografía: Sharon Eyal
Cocreación: Gai Behar
Música original: Koreless
Vestuario: Maria Grazia Chiuri – Christian Dior Couture
Diseño de iluminación: Alon Cohen
Diseño de uñas y joyas: @prettybitchclawss
Bailarines: Darren Devaney, Juan Gil, Alice Godfrey, Johnny McMillan, Keren Lurie Pardes, Nitzan Ressler, Héloïse Jocquevile, Clyde Emmanuel Archer
Dirección de producción: Maya Manor
Manager de la compañía: Roy Bedarshi
Técnicos: Oren Elimelech, Yair Salman, Hillel Sharp
Coproducción: Montpellier Danse Festival, La Villette – París; Salzburger Festspiele – Austria; Sadler’s Wells – Londres; Julidans – Amsterdam; Spoleto Festival dei Due Mondi – Italia; MART Foundation – Nueva York; Dampfzentrale, Berna; deSingel, Amberes.