De la serie Sport Places, 2005

El argumento central de esta exposición empieza en aquellos lugares dominados por la cultura masificada del ocio, en los puntos de venta de souvenirs frecuentados habitualmente por turistas devotos. Aquí encontramos las postales, con sus poderosas connotaciones nostálgicas, que el artista Ignasi López recontextualiza sutilmente. Y lo hace para que esas connotaciones dejen de ser un vago rumor y se materialicen en una realidad rotundamente visible. Las postales (1 euro), lejos de mostrar placeres gratuitos, ofrecen una imagen desolada de lugares de recreo, campos de fútbol, piscinas, asociados siempre a una cultura del bienestar que se nos muestra aquí venida a menos por el rigor del tiempo y el consiguiente descuido. Hay aquí un certero aroma otoñal, invernal incluso. Estas postales llegan desde el punto de venta de turno y se convierten, en la galería Travesía Cuatro, en eje vertebrador de una trama conceptual que nace de la noción benjaminiana de la reproductibilidad. Situadas en sus soportes giratorios y contiguas a fotografías de generoso formato, propician un permanente recorrido de ida y vuelta entre el original y su copia, a sabiendas de que el original es aquí la postal y que ésta no actúa como mero apéndice contextual de las fotografías. Más bien todo lo contrario (el grano que resulta de la ampliación de estas postales es una prueba delatora). Así, el coleccionista que se anime tiene la opción de comprar la obra original por un euro y una copia por dos mil en lo que supone, siempre desde la ironía, una reflexión desenfadada en torno a la imagen, en sintonía con la fractura perceptiva que, en las postales, nos produce el aspecto mustio de los campos de futbito o las piscinas inundadas de hojas.