Navarro Baldeweg: 'Hacer,maneras de hace'r, 2018. Foto:  Juan Navarro Baldeweg, VEGAP, Madrid, 2025

Navarro Baldeweg: 'Hacer,maneras de hace'r, 2018. Foto: Juan Navarro Baldeweg, VEGAP, Madrid, 2025

Arte

Navarro Baldeweg: el azar del hacer, el hacer del azar

CentroCentro en Madrid acoge una excepcional muestra de su pintura, dibujos y maquetas de este arquitecto-pintor destinado a hacer más amables los espacios con su arte.

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La obra artística de Juan Navarro Baldeweg (Santander, 1939) me ha llevado a hacer las dos afirmaciones que dan título a este escrito, pues una obra pictórica, escultórica, arquitectónica, instalativa y conceptual como la suya solo se puede emprender con el designio de transformar el azar en hacer, a sabiendas de que se trata de un hacer impregnado de azar.

Navarro Baldeweg. Hacer y azar

Centrocentro. Madrid. Comisario: Ignacio Moreno Rodríguez. Hasta el 14 de diciembre

O sea, se trata de transformar la casualidad en causalidad, y la causalidad en casualidad. Fue justamente un azar lo que hizo que nos conociésemos allá por el año 1969 cuando me convertí, de golpe y porrazo, con veintidós años, en profesor de Estética y Composición en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura (ETSAM), de la que ya era profesor Juan Navarro, y coordiné el Seminario de Generación Automática de Formas Plásticas en el Centro de Cálculo de la Universidad de Madrid (CCUM), en el que también él participó.

En el CCUM, entre el 1970 y 1973, hice con el Apostolado de El Greco lo que muchos años después se llamaría pixelización y elaboré una gramática de los patios renacentistas, también llamados platerescos, que muy bien conoce Juan Navarro Baldeweg, según se desprende de su excepcional Palacio de Congresos y Exposiciones de Castilla y León, que realizó en Salamanca entre 1985 y 1992. Esas casualidades azarosas pusieron las bases a nuestra relación y, en mi caso, el gran interés que ya entonces me suscitó su obra.

La exposición que se puede ver en el Palacio de Cibeles alberga pinturas –que con sus colores y formas aspiran a hacer habitable el lugar donde se encuentren–, maquetas, como sus espléndidas Estructuras de luz cenital, además de variadas imágenes de su creación arquitectónica y de fotografías de sus obras más conceptuales...

Entre estas hay una que me impresionó cuando la vi en los años setenta, creo que en la galería Buades, donde nos encontrábamos a menudo. Esa obra fue La columna y el peso, fotografía en la que la columna se destaca como el elemento pesado, en tanto que el peso –minúsculo en comparación con la columna– es de una levedad alucinante.

Navarro Baldeweg: 'La columna y el pes'o, 1973. Foto:  Juan Navarro Baldeweg, VEGAP, Madrid, 2025

Navarro Baldeweg: 'La columna y el pes'o, 1973. Foto: Juan Navarro Baldeweg, VEGAP, Madrid, 2025

En esa obra nos descubre Juan Navarro su interés por la ley de la gravedad que hace pesadas las cosas y que es uno de los condicionantes fundamentales de las obras de arquitectura, de los edificios. Un peso igualmente ligero aparece en Rueda y peso, obra en la que el peso impide que la rueda gire. El tema de la gravedad aparece también en Aro dorado y en Peso compartido, con la rueda que se apoya en un dedo de la mano del artista. En Dos pesos vuelve sobre la cuestión de la ley de la gravedad expresada escultóricamente.

En Marea encontramos de nuevo dos ruedas –símbolos del movimiento circular–, a las que es tan aficionado el arte de Juan Navarro. En ese caso están unidas por una larga cuerda en cuyo centro se destaca una redonda vela de cera. Obviamente, cuando se enciende la vela la llama desafía a la ley de la gravedad, se sustrae a su imperio.

No cabe duda que esa ley básica de la física mecánica es de gran importancia para un arquitecto como él, como pone en evidencia la fantástica y matemática cúpula que cubre el ya mencionado Palacio de Congresos y Exposiciones de Castilla y León.

La pintura…, fruto del hacer y del azar, conecta con dos vertientes del arte que pudo experimentar Juan Navarro en su juventud, gracias a la obra de su padre, que pintaba paisajes con maestría, y a sus tempranos estudios en la madrileña Academia de Bellas Artes de San Fernando.

Con el tiempo la pintura de Navarro Baldeweg se fue haciendo más colorista, deslumbrante y arquitectónicamente figurativa

Me refiero a la combinación que hace del action painting con el estructuralismo compositivo, como se ve en sus Paisajes (1990-1992) y, cómo no, con la arquitectura. “En toda pintura hay una encarnación implícita de una habitación y su habitante”. Esta afirmación de Juan Navarro nos da una de las claves de su pintura, como evidencian sus cuadros de 2017: Torre, Noche, Duende, Aspa, Luz en formación, Torre y nubes.

“Se crean las imágenes”, nos dice también Juan Navarro, “para ahuyentar la angustia de lo infinito”. El infinito…, esa es una de las preocupaciones metafísicas de nuestro artista. Con el tiempo su pintura se fue haciendo más colorista, deslumbrante y arquitectónicamente figurativa.

Navarro Baldeweg: 'Nota intacta', 2024 . Foto: Juan Navarro Baldeweg, VEGAP, Madrid, 2025

Navarro Baldeweg: 'Nota intacta', 2024 . Foto: Juan Navarro Baldeweg, VEGAP, Madrid, 2025

Hay en ella mucho de explosión cromática y de control geométrico; de tradición y vanguardia; incluso de la tradición vanguardista que amanece con el impresionismo de un Monet y, sobre todo, con la obra de Matisse.

Otra aportación que figura en la exposición de Centro-Centro es el de maquetas en las que los edificios aparecen en sus rasgos compositivos esenciales. Me refiero a Arquitecturas elementales con luz cenital (1990), Estructuras de luz cenital (1990-1992) y Estructura de luz en la luz, I y II (1990, 1999).

Navarro Baldeweg: 'Rueda y peso', 1973. Foto: Juan Navarro Baldeweg, VEGAP, Madrid, 2025

Navarro Baldeweg: 'Rueda y peso', 1973. Foto: Juan Navarro Baldeweg, VEGAP, Madrid, 2025

Esas maquetas nos invitan a introducirnos en su arquitectura. Quiero empezar destacando el Auditorio del Centro de Congresos de Castilla y León, en Salamanca, la primera gran realización arquitectónica de Juan Navarro que pude ver. Soy de familia salmantina y a menudo íbamos a visitar a nuestra familia de Salamanca, en cuya Universidad hicieron la carrera de Derecho mi padre y mi madre. Además, una de mis principales investigaciones fue, como he dicho, sobre los patios platerescos, tan significativos en esta ciudad.

En el Auditorio de Juan Navarro admiré cómo acertaba a combinar lo clásico con lo vanguardista, lo tecnológico con lo poético, lo impactante con lo delicado. Desarrollos arquitectónicos muy diferentes llevó a cabo en su Centro para las Artes Escénicas de la Comunidad de Madrid (2000-2008), cuya fachada se abre a las anchas calles como un libro desplegable compuesto de hojas pictóricas, o en su Biblioteca Hertziana, de Roma.

Imposible sintetizar aquí la variada obra de Navarro Baldeweg, su pensamiento estético, su trayectoria desde el Santander de su Museo de Altamira al Madrid de su biblioteca Pedro Salinas, cerca de la Puerta de Toledo. Se necesitaría para ello no solo su Espejo sonoro (1970-1972), sino hacer de él un espejo que atesorase toda clase de rostros, edificios, paisajes y, también, llegado el caso, toda clase de fantásticos espejismos.