El Cultural

El Cultural

Arte

¿Qué historias esconden las fotografías?

'Basado en historias reales' muestra las historias que hay detrás de las imágenes de García Rodero, Pomés, Pérez Siquier o Madoz

30 octubre, 2020 17:23

Una mañana de verano de 1959 Leopoldo Pomés llamó por teléfono a Karin Leiz, su mujer. “Paso a buscarte en 10 minutos y nos vamos a Castelldefels. Hoy el sol está tapado por las nubes y el día tiene esa luz que estoy esperando hace tiempo”, le dijo con voz urgente. Le hizo una petición especial: que llevara el bañador blanco. Cuando llegaron, la playa estaba vacía, “casi fantasmagórica”, recuerda Leiz. Casi de manera intuitiva se encaminó hacia la orilla del mar, Pomés le pidió que inclinara la cabeza y entonces apretó el botón de su cámara. “La atmósfera blanquecina resultaba inquietante, como el presagio de algún suceso inesperado. Capturó el instante. La foto existía”, añade Leiz. Esta es la historia que esconde Imagen blanca (1959), una de las piezas que se exponen en Basado en historias reales, muestra que inaugura la Fundación Foto Colectania con la que acerca al público parte de su gran colección fotográfica.

Esta temporal, que se podrá ver hasta el próximo 28 de febrero, reúne obras de Helena Almeida, Joan Fontcuberta, Cristina García Rodero, Chema Madoz, Cristina de Middel, Isabel Muñoz, Ramón Masats o Gervasio Sánchez. Lo particular de ella es que son los propios autores, o sus familiares, los que nos cuentan lo que cada una de las imágenes guarda detrás de lo que vemos. “Casi podemos describir al autor leyendo lo que escriben”, asegura Irene Mendoza, comisaria y directora artística de la fundación. Durante este recorrido Txema Salvans nos acerca a su serie de imágenes que retrata la prostitución de carretera y nos habla “de la distancia de la cámara y el retratado, de la luz plana que refuerza el carácter de las escenas o el momento de la espera”, comenta Mendoza.

Chema Madoz: 'Sin título', 1985. © Chema Madoz / Vegap

Tampoco podemos dejar de mirar esa imagen en la que Pérez Siquier inmortaliza a una mujer gitana echándole un mal de ojo, esa otra en la que Ricard Terré se escapa al backstage del Liceo o una de las imágenes del proyecto Afronautas de Cristina de Middel. “En 1964, todavía eufórica por la recién ganada independencia, Zambia lanzó su primer programa espacial. Afronautas está basado en la documentación de un sueño imposible que sólo vive en las imágenes. Basándome en esta increíble pero cierta noticia de hace 50 años, reconstruyo las escenas que podrían haberla documentado entonces y refuerzo su veracidad añadiendo a esa certeza mi carga personal y el fruto de mi imaginación”, describe De Middel. 

Y así hasta casi un centenar de piezas divididas en cuatro secciones. La primera, titulada Álbum personal, contiene imágenes que nos acercan a “las experiencias más personales e íntimas de los fotógrafos”, comenta Mendoza, y vemos así sus entornos más próximos. La otra historia de las fotografías es el corazón y para ello la comisaria ha seleccionado obras de iconos como Joan Colom o Humberto Rivas junto a piezas menos conocidas. Los textos que las acompañan hacen que esos paisajes, situaciones o personajes más desconocidos adquieran nuevos significados para el espectador.

Cristina de Middel: 'Bambuit', 2011 © Cristina De Middel / Magnum Photos y, a la derecha, Helena Almeida: 'El perdón', 1993 © Helena Almeida

En la tercera parte se contrapone lo real y lo imaginario con imágenes como la de Ferran Freixa en la que nos muestra un mar con forma de rostro o la de Gérard Castello-Lopes donde una piedra parece estar flotando en el mar. Aquí también se incluye una imagen de Cristina García Rodero tomada en el desierto de Tabernas, escenario almeriense donde se grabaron una gran cantidad de spaghetti western durante los años 60 y 70. Así recuerda la propia García Rodero aquel momento que surgió de manera imprevista: “Esperaba con toda la paciencia del mundo que unas gallinas se acercaran a una niña en ese particular escenario cuando, al fondo, vi un caballo revolcarse en la arena. Salí corriendo, me olvidé de la niña y de todo y pude fotografiar las dos últimas vueltas. El caballo era muy blanco y destacaba sobre el atardecer. Había participado en los tiroteos a la carrera y disfrutaba de su libertad”.

Tras estas escenas difusas que mantienen el misterio flotando el ambiente se cierra la exposición con Historias construidas, una selección de imágenes en la que los autores intervienen colocándose como sujetos de la composición, creando fotomontajes, construyendo bodegones o mostrando mundos oníricos. En definitiva, una muestra que invita a imaginar.

@scamarzana