Imagen | Pedro Maisterra y Belén Valbuena,  'encuentros' en la galería

Imagen | Pedro Maisterra y Belén Valbuena, 'encuentros' en la galería

Arte

Pedro Maisterra y Belén Valbuena, 'encuentros' en la galería

Las esculturas de María Luisa Fernández y Mar Cubero dialogan en el nuevo ciclo de exposiciones de Maisterravalbuena, que pone el foco en la capacidad de la galería para crear comunidad

10 agosto, 2020 11:41

Cuando las galerías de Madrid reabrieron sus espacios en mayo, Maisterravalbuena nos sorprendió con un proyecto diferente. Pedro Maisterra y Belén Valbuena salían del confinamiento con la programación de junio a febrero de 2021 cerrada y encriptada en un cartel que había diseñado el artista Néstor Sanmiguel. En él aparecen los nombres de los 30 artistas participantes y las fechas, aunque las combinaciones sólo las sabremos dos días antes de cada inauguración. En la primera de las muestras, se cruzaron las calles de Amalia Avia y Sarah Grilo. En la segunda, las esculturas de Ana de Fontecha, Meuser, Christina Mackie y Sergi Aguilar. Y en la que se inaugura ahora, la tercera, los trabajos de Mar Cubero y María Luisa Fernández. Cada proyecto está abierto al público 3 semanas –de lunes a tres sábados después- y está titulado con diferentes definiciones de la palabra “Encuentro”: “Acto de encontrarse”, “Coincidir en un punto dos o más cosas, a veces chocando una contra la otra”, “Por lo general inesperado”…

Pregunta. ¿Cómo surge la idea de este ciclo de Encuentros?

Pedro Maisterra. Fue fruto del confinamiento, de una reflexión pausada sobre nuestra actividad como galeristas. Poco a poco nos dimos cuenta de que había cuestiones que nos surgían que las podíamos plantear a través de una nueva programación que pusiera en valor el espacio de la galería como el lugar de reunión que siempre ha sido. Un encuentro entre el coleccionista y el especialista con el artista y la obra, bajo el requisito del mutuo interés por el arte y el deseo de pertenencia, de formar parte de una comunidad.

Belén Valbuena. No queríamos reabrir la galería y programar como siempre, sentimos que ante una situación excepcional teníamos que responder con una programación que también lo fuera, de ahí la idea de realizar un ciclo de exposiciones que se diferenciara de la exposición al uso, sin inauguraciones ni clausuras y que pudiera favorecer la experiencia íntima ante la obra de arte estando presente la sorpresa y el descubrimiento.

P. ¿Participan todos los artistas de la galería?

B.V. De los treinta participantes, veinte expondrán en la galería por primera vez. Uno de los objetivos de este programa era situar en un nuevo contexto el trabajo de nuestros artistas relacionándolo con el de otros que no son de la galería, por lo que era importante que el número de artistas invitados fuera elevado.

Vista del 'II Encuentro' (Sergi Aguilar, Ana de Fontecha, Christina Mackie y Meuser)

P. Los artistas invitados pertenecen a generaciones y estilos muy diferentes, de una joven Ana Fontecha a dos pintores consagrados como Luis Gordillo y Soledad Sevilla. ¿Cuál ha sido el criterio para seleccionar a los participantes?

B.V. Nos gustaba mucho la idea de poder contar con artistas tan dispares en edad y en estilo como pueden ser Costus, Mar Cubero, Nancy Spero, Eduardo Paolozzi o Amalia Avia, y ver cómo sus obras podían generar asociaciones nuevas solo por el hecho de darles un nuevo contexto inesperado.

“Hay otras formas de experimentar el arte alejadas de la aceleración que acompaña a las inauguraciones”. Pedro Maisterra

P. M. La ausencia de una narrativa preconcebida nos permitió salirnos de la lógica de la exposición al uso, dándonos una gran libertad a la hora de seleccionar a los artistas. Las exposiciones de Encuentro se van ideando una vez que los artistas ya han dicho que sí al proyecto. Los temas se van formando en tiempo presente y de forma coral a través de las conversaciones que se van produciendo con ellos, produciéndose emparejamientos que de otra forma no hubieran ocurrido.

Cara a cara de María Luisa Fernández y Mar Cubero

P. El 10 de agosto comienza el diálogo entre las escultoras Mar Cubero y María Luisa Fernández, ¿cómo nació esta relación?

P. M. De la misma manera que el de Sarah Grilo y Amalia Avia. La idea se fue gestando de forma natural a medida que íbamos conversando sobre el proyecto con las artistas. En este caso hubo además un componente emocional ya que el trabajo de María Luisa Fernández ha sido un referente importante para una generación de escultoras jóvenes que, como Mar Cubero, están interesadas en las cualidades procesuales de materiales sencillos como puede ser la madera. Otra cuestión interesante de este encuentro fue la idea de María Luisa de que fuera Mar quien eligiera sus obras para la exposición. Se produce así una relectura de su trabajo a través de la mirada de una artista de una generación diferente a la suya. 

María Luisa Fernández: 'Marco', 2016

P. ¿En qué se acercan y se alejan sus trabajos?

P.M. Las dos están interesadas en formas de trabajo que potencien las cualidades naturales de materiales sencillos, les interesan procesos que no enmascaren las características básicas que definen esos materiales como puede ser su peso, la forma o su color. Siendo los procesos similares, quizá la gran diferencia entre sus prácticas esté en el contenido que sugieren sus obras. A María Luisa Fernández le interesa confrontar la sencillez de las formas de sus esculturas con un mensaje que suscita cuestiones de corte social y económico, como puede ser la recepción de la cultura. En la obra de Mar Cubero el contenido va unido inextricablemente a la forma y al material, residiendo su fuerza en la propia literalidad del objeto. 

P. El ciclo comenzó con el diálogo de dos pintoras más históricas, le siguió una muestra de escultura de autores bastante consolidados... ¿Qué hilo argumental siguen las muestras planteadas?

B.V. Es la propia relevancia de la obras la que suscita los hilos argumentales. En el primer encuentro, que para todos fue inesperado, se unió el trabajo de Amalia Avia con el de Sarah Grilo. Este emparejamiento se fue formando en nuestras cabezas conforme íbamos seleccionando la obras, y no al revés. En ese proceso podría haber pasado algo que nos hubiera llevado a otro emparejamiento diferente y que sin duda hubiera sido igual de relevante ya que es la calidad de las obras la que los sustenta. Esa es la fuerza del arte, cuando las obras son buenas nada puede salir mal. 

"La clave es estar constantemente planteando nuevos contextos, más que buscar nuevos artistas". Belén valbuena

P. ¿Están todas las obras a la venta?

B.V. Si, prácticamente todas.

P. Hace poco, hablando de este giro respecto a la programación habitual de la galería, comentábamos la importancia de sorprender a los coleccionistas y atraer nuevas compras, ¿de qué manera?

P.M. Esa atracción puede responder a la propia dinámica del ciclo que reivindica formas de experimentar el arte alejadas de la aceleración que se suele producir cuando se inaugura una exposición. Creemos que esa dosificación de información que se produce en Encuentro, revelándose poco a poco a través del hallazgo, tiene un gran poder de seducción ya que vincula al coleccionista con la obra de una forma más personal e intima derivando en muchos casos a la adquisición de la obra.

B.V. Quizá más que nuevas compras, Encuentro provoca nuevas formas de comprar más personales, es decir, no tan obvias. Tienen que ver con la propia experiencia con la obra de arte.

El secreto para mantenerse

P. ¿Cómo puede una galería mantener una relación estable con un coleccionista cuando ya ha tiene en sus fondos a todos los artistas que representa?

P.M.  Creemos que más que una galería no puede ser estanca, tiene que estar continuamente experimentando diferentes modelos de exposición que provoquen más dinamismo en su programa al introducir nuevos artistas y que generen lecturas más ricas sobre el trabajo de los que ya representa. 

B.V. Un claro ejemplo de lo que comenta Pedro es la exposición que realizamos junto con la galería Leandro Navarro de Antonio Ballester Moreno y Benjamín Palencia hace dos años. Se mostró simultáneamente en las dos galerías y coleccionistas nuestros de compraron por primera vez una obra de Benjamín Palencia, saliéndose por completo de su campo habitual que es el arte contemporáneo. Y también se produzco un fenómeno más interesante, si cabe: coleccionistas nuestros que nunca habían comprado trabajos de Antonio Ballester Moreno, que es el artista que sí representamos, se decidieron por primera vez a adquirir por primera vez una obra suya. Fue el sorpresivo emparejamiento con Palencia lo que les llevó a dar ese paso. La clave es estar constantemente planteando nuevos contextos, más que buscar nuevos artistas por el solo hecho de serlos.

Mar Cubero: 'Sin título', 2015

P. ¿Qué ha significado el confinamiento y la pandemia del Covid-19 para la galería?

B. V. Nuestro sector siempre responde de forma generosa y cómplice en los momentos difíciles, en especial ante proyectos ilusionantes que se salen de la norma habitual como puede ser Encuentro. A pesar de las grandes dificultades causadas por el confinamiento, fue increíble ver cómo los artistas, las galerías, los legados y las familias que participan y colaboran en el ciclo, se implicaron al máximo a través de un email, una llamada de teléfono o una conferencia por zoom.

P. La galería continúa abierta en pleno agosto, ¿hay actividad en este mes?

P.M. Llevamos dos años abriendo la galería en agosto pero esta es la primera vez que vamos a tener incluso más actividad que un mes regular: el sábado 8 de agosto desmontamos el tercer encuentro y ese mismo fin de semana montamos el cuarto encuentro que comenzará el lunes 10 de agosto.

@LuisaEspino4