El Cultural

El Cultural

Arte

Ernesto Ventós, el coleccionista que hizo del olfato un arte

3 enero, 2020 14:16

Perfumista, coleccionista y artista, el empresario Ernesto Ventós ha fallecido a la edad de 74 años, según ha informado la Fundación que lleva su nombre, por causa de un infarto de miocardio. Esta triste e inesperada noticia coincide también con la muerte del galerista y editor Joan de Muga. Ambos fueron grandes referentes del mundo del arte barcelonés que llora hoy sus pérdidas.

Sordo desde la infancia, Ernesto Ventós (Barcelona, 2945-2020) comenzó sus conocimientos como perfumista de la mano de su padre, siguiendo la tradición familiar. Formado entre Francia y Suiza, fue en la exposición Suggestions olfactives, celebrada en 1978 en la Fundación Joan Miró de Barcelona, cuando empezó a idear su colección olorVISUAL bajo una peculiar y personal manera de concebir el arte basada en el olfato.

Consciente de que los artistas plásticos solían trabajar con  los sentidos de la vista principalmente e, incluso, del oído o del tacto, según explicó él mismo en más de una ocasión, Ventós se planteó qué pasaría si se le diera prioridad al olfato. A partir de esta premisa, basándose en el recuerdo olfativo que las obras despertaban en él, el coleccionista logró reunir a lo largo de toda su vida una amplia colección con trabajos de artistas nacionales e internacionales con nombres como Salvador Dalí, Miquel Barceló, Joan Brossa, Oleg Dou, Pep Agut, James Clar, Jannis Kounellis, Robert Mapplethorpe, Eugenio Merino, Ignasi Aballí, Sergi Aguilar, Carmen Calvo,  Maria Girona, Huan Zhang, o Manel Armengol.

Activamente implicado en el mundo del arte, además de empresario, en lo personal, Ernesto Ventós realizó también sus propias obras artísticas bajo el pseudónimo de Nasevo, palabra surgida de unir nas, nariz en catalán, y el acrónimo de sus iniciales, evo. Hoy la Fundación que lleva su nombre se despedía de él así: "Perfumista, creador de colección olorVISUAL, NASEVO y Presidente de la Fundación que lleva su nombre. Como Ernesto decía siempre: "en la vida todo huele", y como a él le gustaría, no dejemos de oler".