Image: El tesoro de Múnich sale a la luz

Image: El tesoro de Múnich sale a la luz

Arte

El tesoro de Múnich sale a la luz

6 noviembre, 2013 01:00

Cuadro inédito de Chagall descubierto en el piso de Múnich de Cornelius Gurlitt

Alemania descubre una valiosa colección de arte escondida en un piso de Múnich. Más de 1.400 pinturas de Picasso, Chagall, Dix y Renoir, entre otras joyas del arte europeo cuyo valor podría alcanzar los 1.000 millones de euros.

Fue durante una investigación fiscal cuando, en febrero de 2012, los agentes de Aduanas alemanes encontraban en un piso medio abandonado de Múnich, en muy buenas condiciones, más de 1.400 pinturas hasta el momento desaparecidas. Sigue siendo un misterio el por qué no hemos sabido nada hasta hoy.

En una multitudinaria rueda de prensa, la Fiscalía de Augsburgo ha hecho por fin públicos los primeros datos oficiales de una operación mantenida en secreto durante más de un año, hasta que la revista Focus desveló este domingo los primeros detalles: un anciano, Cornelius Gurlitt, hijo (y heredero) de Hildebrand Gurlitt, marchante de arte durante el régimen nazi, las almacenó durante décadas. 1.285 cuadros no enmarcados y 121 enmarcados de los grandes maestros del siglo XX como Picasso, Matisse, Marc Chagall y Otto Dix, pero también de Durero, Renoir y Courbet (el más antiguo data del siglo XVI).

En la colección, ha dicho durante la presentación la investigadora de la Universidad Libre de Berlín Meike Hoffman, "no hay sólo cuadros del denominado 'arte degenerado' -las obras de los 'clásicos modernos' confiscadas por los nazis a finales de los años treinta-, sino que también hay piezas de siglos anteriores".

El valor del conjunto de la colección podría superar los 1.000 millones de euros. Una de la mayores sorpresas ha sido descubrir entre las obras cuadros de cuya existencia no había ninguna prueba documental, como es el caso de una pintura alegórica de Chagall y un autorretrato de Otto Dix, ninguno de los dos catalogados. Durante la rueda de prensa, los investigadores mostraron imágenes de varias de las obras encontradas, como un aguafuerte de Canaletto con una vista de Padua o cuadros de Henri Matisse, Max Liebermann y Ernst Ludwig Kirchner. Arrinconadas en el piso junto a cuadros de Picasso, Marc, Nolde, Spitzweg, Renoir, Macke, Courbet o Beckmann.

La operación que ha llevado a las autoridades hasta los cuadros, según la fiscalía, comenzó un 22 de septiembre de 2010, en un rutinario control de pasajeros en el tren rápido que une Múnich y Zúrich. En ese tren viajaba Gurlitt con 9.000 euros en metálico, una cantidad permitida en aduanas pero que hizo sospechar a las autoridades alemanas, que iniciaron una investigación sobre una presunta evasión fiscal. La fiscalía no ha desvelado detalles de la misma, pero sí ha explicado que no fue hasta febrero del año pasado cuando se tuvo la autorización judicial para registrar el apartamento muniqués de Gurlitt y cuando se encontró la colección.

Tanto las autoridades judiciales y policiales como los expertos en arte implicados en el caso han subrayado la extrema dificultad de la investigación, ya que se trata de obras que desaparecieron hace más de setenta años y que en ese periodo han podido pasar por diferentes manos. De hecho, determinar la titularidad de los cuadros es -y será durante mucho tiempo, según han dicho- el punto más delicado de toda la investigación.

Hildebrand Gurlitt fue uno de los marchantes autorizados por el régimen nazi para vender las obras confiscadas de los museos y coleccionistas alemanes al ser consideradas 'arte degenerado', nombre bajo el que se agrupaba a impresionistas, surrealistas, cubistas o expresionistas. Si la familia guarda documentación que demuestre el pago al Reich por esas obras, como al parecer ocurre con algunos de los cuadros, será difícil que estas retornen a los museos de los que fueron expropiadas. No obstante, muchos de los óleos, acuarelas y litografías encontradas no pueden enmarcarse en ese 'arte degenerado' y se especula con que se trate de 'arte robado' por los nazis, es decir, piezas confiscadas en las viviendas de los judíos deportados o con las que los perseguidos por el régimen de Adolf Hitler 'pagaban' el permiso para salir del país.

Gurlitt, de quien se desconoce su paradero actual, y de quien ni siquiera se sabe si está vivo o muerto, sigue, por el momento, sin estar acusado de ningún delito y no hay ninguna orden de detención dictada contra él.