Image: Colita: Antes era mucho más importante tener cultura que llevar un jersey de Cachemir

Image: Colita: "Antes era mucho más importante tener cultura que llevar un jersey de Cachemir"

Arte

Colita: "Antes era mucho más importante tener cultura que llevar un jersey de Cachemir"

La Fábrica rescata los retratos más divertidos e irónicos de la fotógrafa catalana

19 abril, 2010 02:00

García Márquez fotografiado por Colita

Alberto Ojeda
Acotar 40 años dedicados al oficio de fotografiar en unas pocas imágenes no es sencillo. Pero eso es lo que le pidió la editorial La Fábrica a Colita (Barcelona, 1940), para incluir a la fotógrafa catalana en su colección Photobolsillo. "Era imposible resumir en un libro de unas 60 fotografías toda mi carrera, en la que he tocado tantos temas: la ciudad de Barcelona, su cinturón metropolitano, su puerto, la Nova Canço, el flamenco, retratos por un tubo, de artistas, escritores, pintores...".

Entonces se dio cuenta de que, para atender esta propuesta, lo que realmente le apetecía era hacer algo divertido. "Con la que está cayendo ahora, no quería ponerme trascendente, así que he rescatado algunos de mis retratos más divertido e irónicos", afirma. Y no son pocos los que tiene, porque ha sido muy hábil siempre a la hora de ganarse la confianza de los retratados y que bajaran así la guardia.

"No es fácil, la verdad. Normalmente la gente, cuando vas a fotografiarla, pone cara de estreñida, como cuando están en el dentista", explica. Pero ella se las ha apañado para sacar su lado más desinhibido. Quizá el ejemplo más llamativo de esta capacidad de persuasión sea la foto de Gabriel García Márquez en calzoncillos, incluida en la selección. "Él, para escribir, se ponía un mono de obrero azul. Yo le pedí que se trajera uno para la sesión, y cuando se estaba cambiando le fotografié así, con los pantalones bajados". ¿No se enfadó? "Qué va, era un hombre encantador, se prestaba a todo".

Las instantáneas cargadas de simpatía se suceden: Gil de Biedma con sus perros, Gades y Alberti tan amigos en Roma, Orson Welles guiñando el ojo, Jorge Herralde flanqueado por sus secretarias con el culo en pompa... "Es que antes la gente no estaba tan obsesionada con su imagen, era mucho más importante tener cultura que llevar un jersey de Cachemir...", cuenta refiriéndose a los desenfadados años de la Gauche Divine.

Una Barcelona de color paloma sucia
Echa de menos aquella Barcelona de color paloma sucia. "Así la describía Gil de Biedma. Era una ciudad putera, portuaria, recóndita, cañí, flamenca, muy viva... Ahora, en verano, por la Rambla no se puede ni pasear, con tanto turista...". Aunque no quiere hacer concesiones a la nostalgia: "También es una maravilla que después de los Juegos Olímpicos cojas un autobús y en 10 minutos estés en la playa. La verdad es que a mí me sigue pareciendo la ciudad donde mejor se vive del mundo, y he disfrutado todas las épocas, de distintas maneras".

No hace mucho que dejó el piso del Ensanche -"con cristalitos de colores en las ventanas"- donde vivía. Acaba de instalarse en Gracia, con sus cinco gatos y sus dos perros, y ya prácticamente no atiende encargos profesionales. "Voy con una camarita automática y fotografío pequeños de detalles de mi vida: a mis animales, un balcón con ropa tendida y una botella de butano...".

Aunque también lleva entre manos un par de proyectos de envergadura. El primero es el rescate de fotógrafas pioneras, de todo el mundo, nacidas antes de 1940. Su intención, en cierto modo, es rescribir la historia oficial de la fotografía, en la que la aportación femenina aparece un tanto diluida. Y el segundo es sacar a relucir su visión de la Nova Canço, a la ella dio el barniz de glamour que le faltaba para competir a la Chanson francesa. Lo afirma con orgullo: "porque, dime tú, ¿quién ha sacado más guapo a Serrat que yo?"