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Arte

El MoMA rinde tributo a Marina Abramovic

La artista es, no hay duda, la madre de la performance. El Museo de Arte Moderno de Nueva York le dedica una retrospectiva

12 marzo, 2010 01:00

Museum of Modern Art, Nueva York (EE.UU.). Del 14 de marzo al 31 de mayo de 2010. www.moma.org

El trabajo de Marina Abramovic es uno de esos pocos que habitualmente se consideran indiscutibles. El lugar que ocupa en el ámbito de la performance y del body art es el de una de las artistas que con mayor criterio ha sabido conciliar la profundidad conceptual con la realidad vital verdadera de los seres humanos. Nacida en Belgrado, hoy Serbia, en 1946, desde finales de los años sesenta ha venido tratando temas universales, más o menos luminosos, más o menos delicados, con los que todos nos podemos asociar. Asuntos políticos que dimanan de la historia de su país y a los que se vinculan motivos biográficos, desplazamientos culturales a partir de sus continuos viajes por todo el mundo y del perenne intercambio entre Oriente y Occidente, la violencia como método en las sociedades contemporáneas, la vida y el sexo y la muerte, el lugar de la mujer... Marina Abramovic ha tocado un variadísimo espectro de palos. Y lo ha hecho desde un lenguaje que ha revitalizado constantemente, siendo una referencia fundamental para las generaciones venideras, sobre las que todavía hoy, tras cuatro décadas de trayectoria, ejerce una enorme influencia.

La obra de Abramovic es bien conocida en España. Recientemente ha realizado una exposición en La Fábrica con fotografías y vídeos que documentan acciones realizadas en uno y otro contexto. La exigencia voraz del mercado ha hecho que el registro de las acciones y su posterior venta por precios desorbitados sea hoy moneda común en la práctica del sector privado. Algunas de esas fotografías y vídeos procedían de la performance que la artista realizó en las instalaciones de la Universidad Laboral de Gijón, un edificio construido durante la dictadura por el arquitecto Luis Moya y en cuyas cocinas se trabajó en torno al tema de Santa Teresa de Ávila. También en la Laboral se mostró 8 Lessons on Emptiness with a Happy End ("Ocho lecciones sobre el vacío con final feliz"), una pieza que refleja la preocupación de la artista por la exposición constante a la violencia a la que están sometidos los niños y cómo las representaciones de la violencia se han instalado cómodamente en el acervo visual cotidiano. También el Artium de Vitoria mostró en 2005 un conjunto importante de trabajos de la de Belgrado, que incluía su aplaudida Count on us ("Cuenta con nosotros"), una multiproyección que documenta una acción realizada en su ciudad natal en 2003 y en la que prende fuego a una estructura de madera con la forma de la estrella soviética de cinco puntas para, tras cortarse la melena, pasar a recostarse en su interior.

La exposición retrospectiva que ahora le dedica el "modern" de Nueva York es una cita fundamental. Cuenta con alrededor de cincuenta trabajos que cubren toda la carrera de la artista, desde sus primeras intervenciones y piezas de sonido hasta sus trabajos más conocidos en el ámbito de la performance y la videoinstalación. Sus trabajos con su ex pareja artística y sentimental Ulay ocupan, por supuesto, un lugar importante en la exposición. Pero el acierto del proyecto es que todos los días se representará una performance con actores que han sido contratados para la ocasión y que han pasado por el visto bueno de la artista. Será la primera vez que estas acciones se vuelvan a realizar, lo que constituirá una vuelta de tuerca en el estudio de cómo documentar, archivar, presentar y difundir los trabajos realizados en el ámbito de la acción.