Chus-Visor

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El Cultural

Chus Visor: "Dicen que los novelistas son vanidosos pero ¡hay cada poeta!"

Gasta Chus Visor (Madrid, 1945) trazas de perdedor canalla y sentimental, aunque lo suyo, en realidad, haya sido leer, editar y vivir, sí, vivir de la poesía desde hace más de 45 años.

26 junio, 2015 02:00

Como cada mañana, Jesús García Sánchez, más conocido como Chus Visor (Madrid, 1945), amanece en la librería homónima de Isaac Peral 18, adonde acuden letraheridos, amigos y poetas (no siempre por este orden) en busca de consejo, nuevos títulos o simplemente un saludo que suele convertirse en charla en una tasca cercana, entre cafés, cerveza tostada y gin tonics. Allí, Visor, “el ISBN más confiable que existe, tapa dura y corazón tierno”, confiesa que no ha leído el libro que le han dedicado amigos como Marsé, Caballero Bonald, Ana Merino o Gimferrer, “porque me da vergüenza. Yo soy un escéptico, no me creo nada”.

- ¿Cuál es su secreto para vivir de la poesía más de cuarenta años en un país que tan poco lee, ni poesía ni nada?
-Bueno, yo es que no estoy de acuerdo con eso, nunca lo he estado. Hay muchos lectores de poesía, piense si no en los 45 años de Visor, o en los 250.000 ejemplares vendidos del libro de Sabina.

-¿Y qué cree que le diría el joven que en 1969 creó la editorial Visor con su hermano Miguel al veterano que es hoy?
-Que ha tenido mucha suerte, sobre todo eso. Yo empecé a editar para leer los libros que no encontraba en España, pero la suerte ha influido muchísimo, aunque no te viene todos los días, te la tienes que buscar.

-¿Jamás pensó en abandonar?
-No, nunca, es mi vida. Desde que empecé hasta ahora es lo único que he hecho, me he dedicado por entero, sábados, domingos, noches. No me ha dado ni tiempo para pensarlo. Además, tampoco he tenido un altibajo tan serio como para mandarlo todo a tomar por culo, ni siquiera en los tiempos de la crisis más cruel, hace cinco años.

-¿Fueron esos años lo peor de esta aventura? ¿Y lo mejor?
-Lo mejor son los amigos de verdad que he conocido gracias a la poesía y lo peor también son muchos amigos que se han quedado en el camino porque no les he publicado un libro. Dicen que los novelistas son vanidosos, pero ¡hay algunos poetas! ¡Si es que son de una vanidad que no se puede ni imaginar! No creo que la gente sea así, no lo puedo creer.

Vanidad de los poetas

La cosa es que en aquel 1969 no tan lejano sólo existían en España sellos como Adonais o El Bardo, pero ésta sólo publicaba autores españoles y Adonais, una editorial maravillosa, tenía poca difusión y poca tirada. A Visor, además, le venía de lejos, tal vez por aquel cura que en su juventud le hacía aprender versos de Góngora, Lorca y Panero. Y por el poeta uruguayo Julio Campal, buen amigo, que a finales de los 60 le aconsejaba leer poetas imposibles de encontrar en aquellos tiempos en los que en España la gran poesía se agazapaba donde habita el olvido. Y él, crítico de poesía del Diario “Madrid”, se asoció a su hermano Miguel y lo revolucionó todo con su nueva editorial, que, para empezar, rompió con lo establecido gracias al diseño de Alberto Corazón y a ese negro que es su sello.

-Su primer título fue Una temporada en el infierno, de Rimbaud, en versión de Gabriel Celaya. ¿El tiempo ha sido justo con su poesía social?
-En absoluto, y eso que Celaya es un poeta estupendo, aunque hoy esté casi olvidado. El problema es que escribió más de cien libros y no todos son buenos. La gente toma más partido por Blas de Otero, que seguramente sea más poeta, y escribió menos.

-¿Pero no están recuperando ahora esa poesía social algunos jóvenes poetas?
-Bueno, la gente está escribiendo poesía social otra vez, aunque menos que antes. Además, están haciendo poesía casi como los de Podemos, que no se sabe si es política o no. La poesía social de Gabriel o de Blas, por ejemplo, tenía un bagaje cultural importantísimo y ahora escriben poesía social pero no sabes si es poesía, si es social o es política; son poemas muy raros de gente que tiene mucho éxito.

-Sí, tienen muchos lectores.
-Sí, y es algo que no me explico: ¿cómo hay tantísimos de estos poetas que venden bastante, pero que son mediocres? No quiero dar nombres, pero están en lo más alto de las listas de los más vendidos y son poetas infames casi todos.

"Los jóvenes escriben una poesía social que dudas si es poesía, si es social y si es política"

-¿Tanto como infames?
-Sí, no los puedes leer. En el mejor de los casos son letras de canciones. Yo no sé dónde los venden porque a mí no me los han pedido en la librería nunca. No sé, escriben para otro tipo de lectores y eso es algo que nos tenemos que replantear todos, pero a mí me ha pillado ya mayor. El problema es que lees a estos poetas y te mueres de risa.

-¿Por qué?
-Porque lo que escriben lo podría hacer cualquier chico de bachiller. No es un problema de sencillez: Blas de Otero parece sencillo, pero tras su aparente simplicidad hay conocimiento, tradición, palabra. Los de ahora no, los de ahora sí son así de sencillos, sin nada detrás. No sé adónde van a ir los nuevos lectores de poesía. Porque si se pone de moda que estos son los buenos, las nuevas generaciones de lectores lo tienen claro.

-Volviendo entonces a la buena poesía, es imposible separar Visor del éxito de la poesía de la experiencia...
-La poesía de la experiencia siempre tiene un punto a su favor, y es que se entiende bien. La gente intenta leer un poema de un Gamoneda y como no entiende nada piensa que la poesía es incomprensible y abandona, pero cuando leen a otros como Benedetti, y lo entienden perfectamente y les llega, saben que esa poesía sí les gusta.

Sin cuotas que valgan

-Veo que sigue tan libre y lenguaraz como siempre, que no teme meterse en líos, como cuando fue de los primeros en editar como poesía libros de Bob Dylan, Leonard Cohen o Sabina. ¿No temía provocar la ira de los puristas?
-Bueno, yo he defendido muchas cosas indefendibles pero al final el tiempo me ha dado la razón. El problema es saber dónde está el límite de la poesía, quién determina qué poeta es bueno y cuál no. Yo empecé a leer como poetas a Bob Dylan, al que ahora proponen cada año para el Nobel, y a Leonard Cohen, que ganó el Príncipe de Asturias, y me parecen tan buenos o mejores que los demás. Como Sabina, como Vinicius de Moraes, como Pablo Guerrero. Quizá lo que haya cambiado sea el lector de poesía, que antes era un poco elitista, y despreciaba la subliteratura y la cultura popular. Y la cultura popular no deja de ser cultura.

"La poesía femenina en España no está a la altura, no tiene figuras comparables a Ana María Matute o Martín Gaite"

-Más campos de minas. Por ejemplo, al hablar de los poetas jóvenes que ahora destacan, ha dicho que aún no han escrito un libro esencial, como en su tiempo y a su edad hicieron los Gimferrer o Colinas.
-Lo sigo pensando, porque Pedro Gimferrer escribió Arde el mar con 30 años o con menos, y eso no lo ha hecho ninguno de los jóvenes; lo mismo hizo Luis García Montero con Habitaciones separadas; Colinas con su Sepulcro en Tarquinia; Guillermo Carnero con Dibujo de la muerte; Siles escribió Canon con 22 años. Ninguno de los jóvenes ha escrito todavía ningún libro muy significativo que yo conozca, ninguno, y ya tienen cerca de 40 y de 45. Hoy incluso es un joven poeta Martínez Sarrión y ronda los 80 años.

-¿Así, sin excepciones, ninguno está bien?
-No, claro que algunos me gustan. Hay algunos que están bien, incluso muy bien, como el último de Antonio Lucas, el premio Loewe, que es un libro muy importante, pero sin la categoría de los que he mencionado antes, y Lucas es de los mejores. Tampoco lo ha hecho José Luis Rey, uno de los que más me gustan, y que ha publicado libros que están muy bien, pero que aún no ha cuajado ese gran libro que nos debe.

-También niega la mayor, que exista un importante movimiento de poesía femenina en España, a pesar de las Rosetti, Andreu, Ana Merino, Elena Medel, a las que ha publicado.
-Sí, pero no tiene nada que ver que sean mujeres. Lo siento, pero creo que la poesía femenina en España no está a la altura de la otra, de la masculina, digamos, aunque tampoco es cosa de diferenciar. Desde luego, si vas a coger a las poetas desde el 98 para acá, es decir, todo el siglo XX, no ves ninguna gran poeta, ninguna, comparable a lo que suponen en la novela Ana María Matute o Martín Gaite. No hay una poeta importante ni en el 98, ni en el 27, ni en los 50, ni hoy. Hay muchas que están bien, como Elena Medel, pero no se la puede considerar, por una Medel hay cinco hombres equivalentes.

Sin miedo a la polémica

-¡Qué barbaridad! De todas formas, usted tampoco se libra de reproches. Por ejemplo, le acusan de manipular premios literarios y dárselos a sus amigos:

"Me acusan de manipular premios los que no ganan, pero a quienes ofenden es a los jurados"

-¿Sabe quiénes me acusan? Los que no ganan. Lo peor es que con estas tonterías a quienes están insultando es a los miembros de los jurados, a los Caballero Bonald, Joan Margarit, Brines... Por ejemplo, el otro día estuve en el premio Gil de Biedma, que ganó Santiago Castelo y quedó finalista Andrés Barba. Se habían presentado 500 libros, así que para 498 poetas yo soy un hijo de puta, un cabrón. ¡Pero si sólo hay que ver el catálogo de Visor, ver cuánta gente poco o nada conocida ha ganado premios! No sé, por ejemplo, el año pasado el de Burgos, un chico de Extremadura, o el de Cuenca, una chica de Salamanca, pero no, esos no cuentan. Incluso hemos tenido que cambiar las bases del premio de Burgos para evitar suspicacias. Aunque, la verdad, si se presenta alguno de los mejores poetas, no sé, Vilas o González Iglesias, lo normal es que ganen, pero por su calidad.

-Bueno, también hace unos días se publicaba que Visor había presionado para que sus autores apareciesen en una antología.
-Ah, eso es lo de ese chico que es más tonto cada día, Manuel Rico. Si tengo 900 libros de poesía publicados y una antología reúne a los 40 mejores poetas de Hispanoamérica, y de esos, 9 están en Visor, malpiensa que la editorial ha debido de presionar o algo así. ¡Será tonto! Pero como lo publica en “El país”, la gente se lo cree, aunque sea una idiotez.

Y sigue así, hablando a rajatabla, sobre todo de poetas y amigos a los que admira, como José Emilio Pacheco (“un renovador del coloquialismo y el mejor poeta de lo ecológico. Uno de los maestros”); Caballero Bonald (“el intelectual más importante que hay en España”), Ángel González (“la ironía, la sencillez pero llevada a un extremo nada sencillo; es la búsqueda siempre de la palabra”); Juan Gelman o García Montero (“el poeta más significativo en España e Hispanoamérica de los últimos 20 años”).

-¿Y ahora, qué?
-Ahora, el futuro, mucho por leer, nuevas colecciones por lanzar. Todo.

@nmazancot