Elena Rybakina besa el título de Wimbledon.

Elena Rybakina besa el título de Wimbledon. REUTERS

Tenis WIMBLEDON

Rybakina, la campeona de Wimbledon de Moscú que superó el veto a Rusia y no condena la guerra

Elena Rybakina, nacida, criada y con residencia en Moscú, tiene nacionalidad de Kazajistán y ganó este sábado el primer Grand Slam de su carrera.

9 julio, 2022 22:13

Grandes nombres del tenis mundial como Daniil Medvedev, Andrey Rublev, Karen Khachanov, Victoria Azarenka, Aslan Karatsev, Daria Kasatkina o Aryna Sabalenka se quedaron fuera de la edición de 2022 de Wimbledon. Ni siquiera se les permitió competir bajo bandera neutral. Elena Rybakina lo hizo con la de Kazajistán, a pesar de haber nacido y vivir en Moscú. Ahora es la nueva miembro del All England Tennis Club tras vencer a Ons Jabbeur.

A sus 23 años ganó el primer Grand Slam de su carrera. Nació en Moscú, pero representa a Kazajistán desde hace cuatro años, cuando siguió el ejemplo de otros compatriotas y atendió al dinero que había encima de la mesa. "Disculpa, pero no he oído bien la pregunta y mi inglés no es el mejor. Solo puedo decir que represento a Kazajistán, y allí la gente creyó en mí. Hoy he visto banderas y me han apoyado. No elegí dónde nací. No sé qué responder a este tipo de preguntas", responde cuando le cuestiona si condena la guerra y la invasión de Vladimir Putin en Ucrania.

Paradojas del destino, Rybakina ingresa en el historial el año en el que la organización prohibió jugar a los representantes rusos y bielorrusos. Rompió a llorar en la rueda de prensa al acordarse de sus padres. Ambos viven en Moscú también y dice que "estarán ahora muy orgullosos". Bulat Utemuratov deseaba poner a su país en el mapa deportivo e invirtió en la raqueta. Ha conseguido su primer gran éxito provocando una imagen que en Reino Unido condenan como propaganda de Putin.

Elena Rybakina llora en rueda de prensa.

Elena Rybakina llora en rueda de prensa. REUTERS

Se refieren al momento en el que Kate Middleton le entregó el trofeo. La justificación de Wimbledon para la exclusión general de los rusos había sido negarle a Putin cualquier posibilidad de un golpe de propaganda. Una campeona forjada en Rusia que acepta el mayor premio del tenis de manos de la futura reina de Gran Bretaña. La decisión de vetar a los tenistas de los dos países citados provocó que la ATP y la WTA no hayan otorgado puntos.

Rybakina cambió su bandera a cambio de apoyo económico y de representar a ese país en el ámbito deportivo. Es una práctica común en ese país fronterizo con Rusia, que también nacionalizó a Mikhail Kukushkin, Alexander Bublik y Yulia Putintseva entre otros tenistas conocidos a nivel internacional. Lo curioso es que, a su yo de 18 años, a esa Elena que aún no había tomado la decisión de cambiar de nacionalidad, nunca le hubieran permitido participar en este torneo.

Así lo consiguió

La presión derribó a la tunecina, que cayó ante el peso de su propia historia. Hizo un primer set prácticamente perfecto, al que colaboró también una Rybakina que cometió 17 errores no forzados, pero después de ese 6-3 que le dejaba a un paso del título, se fue. Con todo el público esperando una victoria por la vía rápida de una jugadora con diez victorias seguidas en hierba y con el estatus de número dos del mundo, el cañón de golpes ganadores de Rybakina comenzó a funcionar.

La mejor sacadora del circuito dio su primer manotazo con una rotura en el primer juego del segundo set y, con esa dosis de confianza, fue imparable. Se creyó que podía hacer partido y a Jabeur le entró la ansiedad. La kazaja le apabulló con 22 golpes ganadores en el segundo y tercer sets y no se dejó amedrentar por el intento de ensuciar el encuentro de Jabeur. La tunecina, más nerviosa que nunca en el torneo, comenzó un carrusel de quejas y peticiones de ojo de halcón tardíos que no despistaron a Rybakina. Una racha de tres juegos seguidos y un primer punto de partido aprovechado finiquitó el Wimbledon de Jabeur y coronó a la kazaja.