Luis González, CEO de Le Cocó

Luis González, CEO de Le Cocó

Vinos

El vino “friki” que conquista Malasaña: la elección secreta del responsable de la bodega de Brodis

Luis González, director de Grupo Le Cocó y alma de la bodega de Brodis, apuesta por un blanco gallego con carácter que rompe moldes y redefine lo que entendemos por autenticidad en copa.

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En Malasaña, ese barrio donde siempre pasa algo y donde los locales parecen surgir al ritmo de la curiosidad y el buen gusto, hay un restaurante que lleva tiempo sonando entre los que disfrutan de comer y beber sin etiquetas.

Se llama Brodis y su fórmula es sencilla: cocina honesta, ambiente relajado y vinos con carácter. Al menos sobre el mantel, porque lo que ocurre en la copa es un poco más especial.

Más que un acompañamiento, la carta de vinos de Brodis es un manifiesto. Aquí no hay grandes nombres ni etiquetas de moda, sino referencias singulares y de pequeña producción, seleccionadas por su autenticidad y, sobre todo, por su capacidad para dialogar con los platos.

Así, cada vino encuentra su lugar, desde la barra o la sala hasta los momentos informales de tapeo que hacen del restaurante una de esas paradas inevitables en el mapa madrileño.

Maridaje kebab en Brodis

Maridaje kebab en Brodis

Esa sensibilidad por los detalles también se nota en su apuesta inclusiva y consciente. Brodis es un lugar donde el maridaje no entiende de etiquetas ni restricciones. En su cocina también hay espacio para quienes buscan opciones veganas sin renunciar al sabor ni a la creatividad. Es parte de una filosofía que invita a todos, veganos o no, a compartir mesa sin complicaciones.

Entre las propuestas más celebradas están el falafel con pesto de cilantro, el hummus de calabaza y mango con pan naan y endivias, o unas irresistibles bravas de gnocchi que demuestran que aquí se cocina con cabeza, corazón y una buena dosis de curiosidad. Platos pensados para picar, compartir y disfrutar entre amigos, con la libertad de quien simplemente busca pasarlo bien alrededor de una mesa.

En cuanto a los vinos, destacan los que ellos mismos definen como “frikis”: botellas que rompen moldes, que se salen de la norma y que acompañan bien los sabores vegetales y especiados de los platos. No se trata de vinos difíciles, sino de vinos con alma, con historia, que acompañan, elevan y emocionan.

BRODIS Local

BRODIS Local

En un Madrid cada vez más abierto a nuevas formas de comer, Brodis se consolida como un restaurante sin etiquetas, urbano y auténtico. Un lugar donde lo importante no es definirse como vegano, carnívoro o curioso, sino sentarse, disfrutar y brindar con una copa en la mano.

Como dice el propio equipo, “lo nuestro siempre ha sido darle una vuelta a lo esperado”. Y en ese gesto sencillo, el de compartir mesa, probar algo distinto y dejarse llevar por el ambiente del barrio, Brodis ha encontrado su mejor maridaje: el de la buena comida, los vinos auténticos y la hospitalidad sin fronteras.

Un albariño que rompe moldes

Eido da Fonte no es solo el vino favorito de Luis González, director de Grupo Le Cocó y responsable de la bodega de Brodis. Es, en sus palabras, uno de esos albariños que te obligan a parar, oler y prestar atención.

Elaborado en Rías Baixas, este blanco responde a la identidad atlántica de la zona, pero con un punto de sorpresa que lo aleja del perfil más clásico: frescura, fruta muy marcada y una expresión aromática que engancha desde la primera copa.

“Es uno de los albariños que más me ha sorprendido en los últimos tiempos. Presenta un color limpio y reflejos amarillo-verdosos, y es tremendamente aromático”, explica González. “Tanto en nariz como en boca, deja un recuerdo a melocotón y albaricoque que le aporta personalidad frente a los albariños de corte más clásico”.

Albariño Eido da Fonte

Albariño Eido da Fonte

Ese carácter goloso de fruta de hueso, sostenido por una buena acidez, lo hace especialmente versátil para maridar con la cocina de Brodis, desde los platos veganos con notas herbáceas y especiadas hasta propuestas más marinas o de barra.

Un vino que también entra por los ojos. Luis destaca un detalle nada menor para un restaurante de espíritu urbano como este: “El diseño de la botella (blanca y muy llamativa) gana protagonismo en la sala y, unido a su excelente relación calidad-precio lo posicionan como un referente entre los vinos blancos de cualquier restaurante”.

Dentro de la selección de vinos singulares y “frikis” de Brodis, Eido da Fonte encaja a la perfección. Es accesible pero con carácter, aromático pero equilibrado, diferente sin resultar excesivo.

El tipo de vino que permite al sumiller salirse del guion, sorprender al cliente que cree que ya conoce cómo sabe un albariño y, al mismo tiempo, ofrecer una referencia sólida para quienes simplemente buscan un blanco rico, fresco y con personalidad. Precio; 13,90 euros