
El poderoso grupo que por fin sale del ostracismo
El poderoso grupo bodeguero que por fin sale del ostracismo
Vinos nuevos y muy buenos, enoturismo de calidad, muchas ideas para el futuro. El Grupo Solar de Samaniego reaparece con toda energía.
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La bodega Solar de Samaniego se funda en 1972 en Laguardia, en Rioja Alavesa. Más o menos en la misma fecha en que Muga se instala en el Barrio de la Estación de Haro o Marqués de Cáceres hace su aparición en Cenicero.
Y se pone la comparación, porque estas dos últimas se han hecho muy conocidas, combativas, con gran presencia y éxito en el mercado; mientras que Solar de Samaniego decidió bajar el periscopio, y sumergirse. Recuerdo haber bebido alguna botella de esta marca, concretamente algún rosado en botella alargada tipo Rin, en algún restaurante. Y luego, nada.
Su dinámica era otra, su negocio principal se llama Club de Solar de Samaniego con unos 25.000 clientes que les compran, al menos un par de cajas, de 12 botellas cada una, al año. Y, además, no pierden comba. En 1982 se funda la D.O. Ribera del Duero, y fue casi a principios de los 90 cuando empieza el movimiento de bodegas hacia esa zona vinícola.

La obra de Guido Van Helten en la Bodega Solar de Samaniego.
Pues bien, en 1989 ellos desembarcan en Roa, en plena Ribera Burgalesa, y fundan Durón, y visionarios se hacen también con 100 hectáreas de buenos viñedos. Con ellos hacen vinos igualmente buenos, pero perfil de comunicación bajo.
¿Y a qué se debe ese ostracismo autoimpuesto? Probablemente a la personalidad de sus propietarios. Son la familia Alonso, los dueños de los famosos Laboratorios Alter, propietarios de patentes poderosas como Couldina. Su filosofía es que nunca han querido aparecer, hasta la cuarta generación, joven y con dinamismo, que es la que le está dando la vuelta, abriéndose a las innovaciones, al enoturismo, a volver a la restauración y a elaborar vinos modernos y nuevos.
Curiosamente a la presentación ante la prensa de estos vinos nuevos, de paraje y parcela, acudieron en representación del Grupo: César León, Cesar León asesor de marketing y comunicación de la empresa; y José Hidalgo, quizá el enólogo más importante de España, que han sabido contratar para darle ese giro que la firma necesitaba. En representación de la familia propietaria, no apareció nadie. Y si consultas la página web del grupo no existe ninguna referencia a Alter ni a la familia.
Bueno, será su filosofía; y eso que su historia es muy interesante y de superación. El abuelo de la actual generación y fundador del Grupo Solar de Samaniego era Juan José Alonso Grijalba, oriundo del pueblecito riojano de Baños de Río Tobía. Tenía una farmacia y un laboratorio de viticultura en Logroño.
En el 39, terminada la Guerra Civil, se traslada a Madrid, eligen una gran parcela en la calle Mateo Inurria, junto a la actual Plaza de Castilla. Un descampado donde no había más que un gran depósito de agua del Canal de Isabel II y enfrente se estaba construyendo las instalaciones del extinto Diario Ya. Juan José Alonso pone en pie allí una ciudad con viviendas, colegio, economato, instalaciones deportivas, y se lleva a casi todo el pueblo de Baños del Río Tobía. Había nacido Laboratorios Alter, que sigue siendo una potencia.
En 1968, vuelven por su tierra y compran la finca La Escobosa, que había perteneciente a la familia de Félix María de Samaniego, el reconocido fabulista. Y cuatro años después ya está la bodega. Luego Durón, después una larga trayectoria, y por fin, en 2015 se hace la revolución.
En esas fechas, comienzan la trasformación de la bodega, no sólo desde el punto de vista vinícola; sino también estético. Se cuenta con arquitectos, paisajistas, los viejos depósitos de cemento del 72, ahora absolutamente de moda de nuevo, se decoran, embellecen, crean las bases para el enoturismo de calidad. Además, comienzan la modernización de sus vinos.
Hace unos días presentaron sus nuevas elaboraciones de paraje y de parcela de ambas bodegas. Para empezar, de la mano de José Hidalgo, se nota la diferencia entre los riojas y los riberas, los primeros más finos y pulidos y los segundos más potentes y estructurados. El primer vino de paraje de Solar de Samaniego es Valcavada 2019.

Valcavada 2019.
Tiene una nariz fina y elegante, fruta roja madura, pero con una gran sensación de frescura. En boca aparece como muy equilibrado, de paso sedoso. P.V.P. 40 euros.
El paraje en Ribera es Durón Óptimo 2019. En nariz tiene un punto mineral, con gran presencia de fruta roja como cerezas y grosellas, maduras, tiene casta, pero no es nada rudo. La boca es sabrosa, larga y potente. Muy envolvente. P.V.P. 40 euros.

Durón Óptimo 2019.
Los vinos de parcela son, en Rioja, Musco 2019. Presenta una gran intensidad aromática, frutas rojas y negras maduras, especias y recuerdos de guindas en aguardiente. En boca aparece con cuerpo, estructura, tanino aun combativo, pero de buen paso. P.V.P. 35 euros.

Musco 2019.
Cerramos con Durón Cueva del Raposo 2020, de Ribera del Duero. Es un vino con buena intensidad en nariz. Un vino complejo con mucha fruta, tonos minerales, recuerdos de la madera y se nota la presencia de un 14% de cabernet sauvingon. La boca aparece ese equilibrio entre la potencia y una fina acidez que le hace fresco. P.V.P. 35 euros.

Durón Cueva del Raposo 2020.
Aunque fue en 2015 cuando las cosas empezaron a moverse en firme, da mucho gusto volver a dar la bienvenida a este grupo que tiene muchas cosas que decir.