Restaurantes

Así se come en Colósimo, una de las tortillas mejor valoradas de Madrid

Los restaurantes no siempre siguen una línea de estabilidad en calidad. Os contamos nuestra experiencia tras la última visita a Colósimo.

7 octubre, 2022 09:23

Mi última visita a Colósimo no ha sido tan buena como las anteriores. Servicio por debajo de lo esperado y cocina que falla en varios aspectos, para un comensal que sigue pagando una media de 50 euros por persona.

No es fácil escribir estas líneas cuando un servidor tenía un gran recuerdo de su primera visita a Colósimo hace solo tres años. Encontrarse con un restaurante que me ha gustado tanto y que ha caído en calidad de esta forma es mala noticia para todos.

Hoy Colósimo es un restaurante en el que la calidad de la cocina no está a la altura de sus precios, en el que el servicio falla, se olvida de lo que se pide, no se sabe el único fuera de carta, vuelve constantemente a mesa a preguntar qué se había pedido y en el que no queda papel para secarse las manos en los baños a última hora del servicio (y no hay secador). Esa dejadez que se nota hasta en la vajilla, astillada y con rotos, que aparece incluso en las copas. Lo que uno podría esperar encontrarse en un bar de 15 euros, pero no en un restaurante de 50.

La cocina de Colósimo

Colósimo siempre ha destacado por su cocina tradicional elaborada con elegancia y ese toque moderno. Un sitio al que acudir cuando apetece tortilla, ensaladilla o croquetas, pero las queremos en un ambiente elegante y agradable. Hoy en día sigue siendo igual, pero las elaboraciones, sabores y presentaciones no cumplen con las expectativas.

Pincho de tortilla de patata

Pincho de tortilla de patata

La tortilla de patata (3.5 € el pincho), que un día fue la mejor de Madrid, sigue siendo una de las mejores. Con una textura muy melosa y agradable en el interior, consigue un punto perfecto de cocción. Sin embargo, un ligero sabor amargo enturbia la experiencia, ¿tal vez una variedad de aceite no acertada para la fritura de la patata? No sé de dónde venía ese amargor, pero no es agradable. El pan que lo acompaña llegó cuando ya me había acabado el pincho. Bien, podría ser sobresaliente si no fuese por el fallo del amargor.

Después con una correcta ensaladilla (9 €), bien elaborada y con un sabor agradable. Con la tortilla de patata es posiblemente lo mejor de la carta. Bien.

Las croquetas desestructuradas

Las croquetas "desestructuradas"

Seguimos con unas croquetas (12 € la ración de 6 unidades), que aunque de sabor están bien, de croquetas tienen poco. Están totalmente rotas y excesivamente aceitosas, tanto por fuera como por dentro, porque al romperse se han tragado todo el aceite. En la foto se puede ver cómo esto es el ejemplo de lo que un restaurante nunca debería servir. La bechamel se ha salido completamente por fuera y cogerlas es misión imposible, un desastre. Suspenso.

Steak Tartar en Colósimo

Steak Tartar en Colósimo

Después llega el steak tartar (16.50 €), aunque habíamos pedido primero chipirones. Insistimos en ello, pero igualmente nos sirven el tartar primero. El plato es correcto, por supuesto sin preparación en sala pese a su precio para los escasos 200 gramos de carne que suponen. Está bien, pero es uno de esos platos sin alma, donde la elaboración aporta poco. La salsa no está bien integrada ni medida en cantidad, y acaba chorreando por debajo. Aprobado.

Chipirones rellenos de sepia

Chipirones rellenos de sepia

Por último, llegan los chipirones rellenos de sepia y caldo de coñeta (17 €), un tipo de cangrejo de mar. Un plato también correcto, sin demasiado sabor, donde el relleno de sepia es una pasta que al cortar sale despedida del chipirón y que no parece estar bien pensado. Aprobado.

La tarta de queso de Colósimo

La tarta de queso de Colósimo

Acabamos con su famosa tarta de queso, que está buena. Es para los que valoran más el dulce que el sabor a queso, con una cremosidad muy buena en la parte central, pero demasiado sólida en el borde. Notable.

La carta de vinos está muy bien, con una selección interesante de vinos que se salen de la línea más convencional, aportando originalidad y calidad. Además, están en una muy buena relación calidad-precio.

En definitiva, Colósimo se ha convertido en un buen lugar para desayunar un pincho de tortilla (siempre teniendo en cuenta que el amargor del que hablo fuese una cosa muy puntual), pero su cocina aporta poco y el servicio no está a la altura de la categoría de este restaurante.