Hay restaurantes que marcan un antes y un después. El Rincón de Juan Carlos en Tenerife es, sin lugar a dudas, uno de ellos. No es por casualidad que este restaurante situado en Los Gigantes consiguiese entrar en la lista de los 100 mejores restaurantes de España, y es que estamos ante una experiencia gastronómica que todos los amantes de la cocina tendrían que vivir.

Como enamorado de la gastronomía y de Tenerife, he de decir que mi visita a El Rincón de Juan Carlos ha tardado demasiado en llegar. Visito anualmente la isla en busca de nuevos restaurantes y para revisitar aquellos que me enamoran. El Rincón de Juan Carlos es tan rincón y se ha convertido en un éxito tan grande que conseguir mesa no es nada fácil.

Y aquí la primera recomendación, si tienes pensado una visita a Tenerife mira con mucho tiempo la reserva en el restaurante, porque están siempre llenos. Aunque mi recomendación es que vayas a Tenerife para conocer El Rincón de Juan Carlos, pues es uno de esos restaurantes que solo por sí mismos ya merecen organizar un viaje. Y de paso descubrimos una de las mayores joyas de España: la isla de Tenerife.

El Rincón de Juan Carlos: cocina canaria de vanguardia

La cocina canaria es posiblemente una de las más desconocidas para los peninsulares. Poco más que el gofio es lo que conocemos, y todavía muchos se pierden en la definición exacta de esta harina de cereales tostados.

El producto es el protagonista en El Rincón de Juan Carlos

Coger las recetas clásicas y más representativas de dicha cocina canaria y elevarlas a nivel vanguardista con técnica no es nada fácil. Aunque Juan Carlos Padrón le quita peso y le resta importancia afirmando que es mucho más sencillo de lo que parece, que al final no es más que recuperar lo que hacían nuestras madres y abuelas y aplicar técnicas modernas de cocina.

Para mí Tenerife fue un gran descubrimiento culinario que me llevó a entender cómo esa recuperación de la tradición de la que habla Juan Carlos es un proceso mucho más simple de lo que parece. Es, de hecho, lo más natural que existe. El resto de cosas es luchar en contra del camino por el que nos lleva la gastronomía.

Brioche con caviar, un clásico de El Rincón de Juan Carlos

Y de esto trata El Rincón de Juan Carlos, de reencontrarnos con la tradición, de recuperar el respeto por el producto, de volver a encontrar ese pescado que hacía tantísimos años que no probábamos o de sorprendernos con lo que nunca hubiésemos pensado sorprendernos.

El Rincón de Juan Carlos es la muestra de que la sencillez puede ser el grado más elevado de la complejidad. Un brioche con caviar, un emparedado de rabo de toro o unas espinacas nos pueden recordar que no es necesario envolver de adornos un plato para disfrutar, que el disfrute no se encuentra en la diversidad de salsas y picos de sabores que se dan la mano en el paladar.

Juan Carlos y Jonathan Padrón

De la mano de Juan Carlos siempre va su hermano Jonathan Padrón, encargado de los espectaculares panes (y con los que hay que tener mucho cuidado porque uno podría comerse varios kilos) y de los Petit four que invaden la mesa para dar final a una cena de escándalo. Ojo a esto porque el festival no tiene igual, jamás he visitado un restaurante con tanta variedad y calidad en sus Petit four. Avisado está el comensal, pero es posible que incluso tenga que priorizar porque el banquete es grandioso.

Un restaurante donde el producto tiene un papel protagonista, en el que las raciones están muy bien pensadas y cuidadas para poder llegar al final de un largo menú sin sentir ningún tipo de saturación, en el que uno solo tiene que sentarse y disfrutar de una experiencia que le va a cambiar la vida.

La sala y el vino

Una de las señas de identidad de El Rincón de Juan Carlos es lo familiar que hoy por hoy sigue siendo el restaurante.

Ya hemos visto que de la cocina se encargan los hermanos Juan Carlos y Jonathan Padrón, pero con quienes más contacto tendrá el comensal será con María José Plasencia y Raquel Navarro, sus mujeres. Todo queda en familia.

María José y Raquel llevan la sala con una mezcla perfecta que equilibra la elegancia de un restaurante de alta cocina con la cercanía que requiere un lugar tan especial como este. Uno siente a la vez el calor de lo acogedor y la perfección de las explicaciones de cada plato.

Mención aparte tiene la bodega, un recorrido por los mejores vinos nacionales tanto de la península como de canarias. No solo maridaremos platos con vinos de Jerez, sino que podremos descubrir auténticas joyas vinícolas como Los Llanos Negros de La Palma o Bimbache de El Hierro.

Pichón a la brasa en El Rincón de Juan Carlos

El Rincón de Juan Carlos es uno de esos restaurantes que bien merecen una visita, tanto si se tiene pensado viajar a Tenerife como si no. Es un lugar único de los que te hacen disfrutar y de los que quedan para siempre grabados en la memoria.

Lo mejor de la cocina canaria