Reportajes gastronómicos

Una ruta gastronómica para descubrir la Costa Oeste de Estados Unidos

¿Te vas a conocer la famosa Costa Oeste estadounidense? Estos son algunos de los restaurantes que no puedes dejar de visitar en tu viaje. 

1 septiembre, 2022 10:40

El Big Sur. La Highway 1. Los Ángeles, San Francisco o Santa Bárbara. Son algunas de las paradas de uno de los viajes más estimulantes que existen, el que recorre, bordeando el mar, la Costa Oeste americana. Un viaje que se suele hacer en coche y que permite parar en puntos icónicos como el fotogénico Bixby Bridge o Point Lobos en Carmel at the Sea, donde se encuentra una reserva natural de leones marinos. 

Si importante es conocer todos estos reclamos, también lo es saber dónde merece la pena comer. Estas son nuestras recomendaciones:

San Francisco, meca gastronómica

La ciudad más al norte de California, también es una de las más estimulantes. Y no solo por sus numerosos reclamos turísticos, como el icónico Golden Gate Bridge o la prisión de Alcatraz, sino porque allí hay una escena gastronómica de lo más interesante. 

No son pocos los chefs que se han instalado en la ciudad y han triunfado. Casos como el de Michael Tusk y su restaurante Quince o de Benu, el templo asiático de Corey Lee, ambos galardonados con tres estrellas Michelin, por no hablar de la cocina de fuego de Joshua Skenes en Saison.

La ciudad luce un panorama de lo más apetecible con respecto a alta gastronomía. Pero los precios, si los comparamos con los grandes restaurantes de España, son bastante altos. Por ello te vamos a contar otras opciones, igualmente fantásticas a precios más asumibles.

Una de las últimas grandes sensaciones ha sido Abacá, el restaurante del hotel Kimpton Alton. El chef Francis Ang trae toda la sabiduría de su Filipinas natal, para crear un menú a medio camino entre la cocina filipina y la californiana.

En un ambiente de lo más cosmopolita y rodeado de plantas, puedes disfrutar de una propuesta gastronómica contemporánea, que va desde las brochetas típicas de los puestos callejeros, como el de longganisa (de cerdo, parecida a la nuestra) con yema de huevo para mojar o de lengua y mermelada de champiñón, a platos como la lumpia (rollitos) de cerdo y kétchup de mango fermentado o el pancit (similar al yakisoba) con gambas, mejillones, vieiras de la bahía y salsa XO

Los fines de semana y las mañanas organizan un brunch. Aquí lo más interesante es que se puede probar la repostería y bollería filipina de Ang, que cada día tiene más adeptos. Sus habilidades se demuestran en bocados como la ensaymada, una especie de primo del croissant, con la misma técnica de laminado, relleno de ube, un tubérculo filipino de un llamativo color púrpura.  

Otro restaurante no menos interesante, también se encuentra en un hotel, concretamente en San Francisco Proper, en pleno centro de la ciudad. Se llama Villon y allí, el chef Jason Fox, lleva a otro nivel la cocina californiana, con altas dosis de creatividad y productos de temporada, muchos de ellos procedentes del norte del estado donde también se cultivan vegetales y cítricos japoneses o italianos.

Allí lo mismo puedes disfrutar de una torre de mariscos, tan típica de San Francisco, que de un fantástico steak tartar con kimchi de pera, pasando por platos memorables como el pato glaseado en miel, que se sirve con su magret, confit e hígado, acompañado de coliflor, ruibarbo y nibs de cacao.

También puedes apostar por sus platos especiales concebidos para dos, que traen a la sala y trinchan delante del comensal, como el cordero a la parrilla que asan sobre secuoya y sirven con polenta ahumada y cebollas gratinadas.

¿El final perfecto? Sube a Charmaine's, la coctelería de autor en la azotea del hotel, para disfrutar de tragos y el skyline de San Francisco como telón de fondo. 

¿Mono de dim sum? Entonces tienes que poner rumbo a la zona de Fisherman's Wharf. Aquí se encuentran infinidad de restaurantes especializados en marisco, sobre todo en cangrejo de la bahía y sopa clam chowder, pero también, sitios imprescindibles como Palette Tea House. Fundada por las familias creadoras de Koi Palace y Dragon Beaux, es un auténtico despliegue de cocina cantonesa de primera calidad, tomando como filosofía el yum cha chino, la tradición de reunirse en torno al té. 

Su gran apuesta son los dim sum y los baos. De gambas y salsa XO, de cerdo Pekín, de langosta, de wagyu, abalone... Todos los rellenos son caseros y están riquísimos. No te pierdas los baos de ternera a la pimienta negra o un curioso lotus wrap con arroz glutinoso y abalone. De postre, pide sus dumpling al vapor de yema de huevo. No habrás probado algo igual. 

¿Una última parada carnívora? Dirígete a International Smoke House, de los chefs Michael Mina y Ayesha Curry. Los viajes de ambos por el mundo, han devenido en un asador donde no solo la carne es protagonista, sino también los pescados, mariscos o verduras, con elaboraciones viajeras en muchos casos.

Entre sus platos emblema hay varios diferentes pero imprescindibles, como una sopa de coco y cangrejo thai, que acompañan con un pan de maíz o su shellfish platter, con gambas, cangrejo, langosta y ostras que pasan por la brasa. No hay que perderse las famosas costillas americanas, que aquí preparan en tres versiones, con la clásica salsa barbacoa, al pastor mexicano o bañadas en salsa coreana gochujang con sésamo. 

Si eres amante del dulce y del chocolate en particular, no puedes dejar de llevarte chocolate de Ghirardelli, una de las marcas estadounidenses más famosas del país, que nació en San Francisco. 

Paraíso de las cadenas fast food 

California y buena parte de Estados Unidos, es un paraíso para los amantes de la comida fast-food, que ojo, no por ser comida rápida, ha de ser de mala calidad. Se cuenta que precisamente en este estado, a mediados del siglo XX es donde se creó el concepto de comida rápida. Aquí nacieron McDonald's, Taco Bell o Carl's Junior.

Y esas las conocemos bien en España, por lo que vale la pena acercarse a conocer otras cadenas que solo existen allí. Una de las más aclamadas en todas las ciudades de la Costa Oeste, es In-N-Out Burger. Nació en 1948, incluso antes que el gigante de Ronald McDonald que lo hizo en el 55. En la localidad de Irvine, un matrimonio abrió su primer establecimiento con la fórmula de recoger con el coche, drive-thru, de ahí el nombre. 

Hoy cuentan con más de 300 restaurantes repartidos por California, Nevada, Utah y Texas. La propuesta es sencilla. Calidad, precio y rapidez. Solo cuentan con tres tipos de hamburguesas, la simple, la cheeseburger y la doble, patatas fritas y bebidas. Nada más y nada menos. ¿El secreto de su éxito? Que están realmente buenas y vienen aderezadas con una salsa spread, cuya receta sigue siendo secreta. La encontrarás en ciudades de la ruta como Los Ángeles o San Francisco. 

En 1983 nacía otra de las grandes apuestas de la comida rápida, Panda Express, esta vez, con origen en China. El primero lo hacía en Glendale, California. En 2020 alcanzaron la friolera de 2000 restaurantes abiertos. La idea es pedir en diferentes formatos como bowls, platos o platos grandes, en los que eliges una base de arroz, noodles o verduras.

A estas preparaciones, puedes añadir uno o dos principales y la elección se hace difícil.  Pollo kung pao, pollo a la naranja o teriyaki, cerdo con judías negras, ternera y brócoli o gambas picantes, entre otros. ¿El resultado? Fantástico y a un precio irrisorio. 

¿Amante de las alitas de pollo? Entonces tienes que dejarte caer por Buffalo Wild Wings, una cadena de 1982, especializada en los sports bar y estas delicias de pollo. Las tienen tanto tradicionales, como deshuesadas y bien picantes. Además, en la carta tienen perritos calientes elaborados con pollo, pizzas o hamburguesas. En Los Ángeles tienen un restaurante situado en el mismo paseo de la fama de Hollywood.

Dos grandes opciones en Santa Bárbara

De Santa Bárbara dicen que es la Riviera estadounidense y no pueden estar más acertados. La población junto al mar tiene de todo para ser considerada como una de las reinas del verano. Playas infinitas, palmeras finas y altísimas, Stearns Wharf, el muelle más antiguo de California, todavía hoy operativo y coquetas casitas y mansiones. 

Con vistas al océano y a este marco incomparable que proporcionan las palmeras, se encuentran dos restaurantes. Uno de ellos es el japonés Oku. Se sirven de materia prima de pescadores locales, para crear una atractiva carta de sushi, sashimi y rolls.

Aquí es buena opción probar el clásico California roll, que al contrario que aquí se suele preparar con salmón, el original se hace con carne de cangrejo. No pasan desapercibidas tampoco sus lollipops, unos rollos sin arroz, con salmón, alga kombu y hoja de shiso

A apenas unos pasos de este, puedes acercarte a conocer el fantástico mexicano Flor de Maíz. El lugar por dentro parece trasladarte a una hacienda mexicana con sus techos altos. En la carta, no faltan clásicos de la cocina del país azteca como el guacamole o los esquites, además de ceviches, empanadas o quesadillas. ¿Una recomendación? Prueba los tacos de camarón con queso fundido y kale y las memelitas de costilla de cerdo con salsa verde. No te arrepentirás. 

Conviene no perder aquí la pista también a sus vinos. La región se está poniendo al nivel de zonas como Napa o Sonoma en la producción y tienen opciones fantásticas para disfrutar en restaurantes, además de la posibilidad de visitar bodegas.