Una persona cocinando huevos revueltos

Una persona cocinando huevos revueltos semenovp iStock

Saludables

Ni leche ni mantequilla: el truco para hacer unos huevos revueltos muy cremosos sin sumar ni una sola caloría

Con solo un ingrediente, es una receta que nos puede solucionar desde el desayuno hasta la cena.

Más información: Huevos revueltos con calabacín, receta sencilla para toda la familia

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Unos huevos revueltos cremosos, que casi se puedan untar sobre el pan, pueden ser un manjar de dioses; unos huevos revueltos pasados de cocción y resecos pueden ser una experiencia cercana a la de masticar una goma de borrar. La diferencia entre una cosa y otra está en un pequeño truco que es mucho más sencillo de lo que solemos pensar.

No es necesario ni añadir leche, ni nata ni mantequilla, sino que la clave está en los propios huevos y en qué orden los echamos a la sartén. Es tan fácil como no echar todo el huevo a la vez y hoy vamos a contarte la técnica paso a paso.

Un tesoro de la alimentación

Desde el punto de vista nutricional, el huevo es uno de los alimentos más completos y versátiles que existen. Aporta proteínas de alto valor biológico, es decir, con todos los aminoácidos esenciales que el cuerpo humano necesita. La calidad de éstas es tal que, según explica la Fundación Española de la Nutrición, la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) la toma como término de referencia para definir las proteínas.

La clara del huevo es la parte que concentra la mayor cantidad de proteínas, mientras que la yema contiene la mayor parte de las vitaminas y minerales, así como grasas saludables, entre ellas fosfolípidos como la lecitina, beneficiosos para el sistema nervioso. Además, es fuente natural de vitamina D, B12, selenio y colina, esta última esencial para la función cerebral. A pesar de su contenido en colesterol, estudios recientes han demostrado que su consumo moderado no afecta negativamente los niveles de colesterol en sangre en las personas sanas.

Gastronómicamente, el huevo es mucho más que un simple alimento. Por su capacidad para transformar texturas y ligar ingredientes, el huevo es la base de infinidad de elaboraciones, desde salsas emulsionadas como la mayonesa o la holandesa, hasta postres como flanes, bizcochos o merengues.

Ingredientes para hacer huevos revueltos cremosos

  • Huevo, 3 ud
  • Aceite de oliva virgen extra, 1 cucharadita (o menos, para engrasar la sartén)
  • Sal, al gusto
  • Pimienta negra molida, al gusto

Paso 1

Separamos la yema de uno de los huevos y la reservamos. A continuación, batimos la clara de ese huevo junto con los otros dos huevos enteros. Añadimos sal y pimienta al gusto y seguimos batiendo hasta que la mezcla esté bien homogénea.

Paso 2

Engrasamos ligeramente una sartén antiadherente con el aceite de oliva virgen extra y la colocamos sobre el fuego más bajo posible. Es importante que la temperatura sea muy suave para lograr una textura cremosa.

Paso 3

Vertemos la mezcla de huevos batidos en la sartén caliente. Comenzamos a remover suavemente con una espátula de silicona, haciendo movimientos circulares. A medida que la mezcla empieza a cuajarse, cambiamos el tipo de movimiento y, con ayuda de la espátula, llevamos lentamente el huevo desde los bordes hacia el centro de la sartén, con movimientos envolventes, evitando romper demasiado el cuajado para que no se formen grumos secos ni trozos demasiado pequeños.

Paso 4

Cuando los huevos estén casi listos, pero todavía ligeramente líquidos, incorporamos la yema que habíamos reservado. Mezclamos con rapidez para integrarla, y retiramos inmediatamente la sartén del fuego. El propio calor residual terminará de cuajarlos hasta que estén en el punto perfecto.

El truco más "saludable"

Existen varios trucos muy populares para conseguir unos huevos revueltos cremosos. Podríamos separarlos en dos grupos, trucos que añaden ingredientes grasos como nata, queso, leche o mantequilla para suavizar la textura y evitar que el revuelto se reseque y, por otro lado, trucos que se basan en el control de la temperatura.

El que hemos visto hoy, que yo se lo vi por primera vez a la chef Verónica Gómez, finalista de MasterChef 10 junto con María Lo, no utiliza productos lácteos ni grasa adicional, sino que utiliza las propiedades de la yema del huevo para dar esa cremosidad extra que buscamos, además de un control de la temperatura en todo momento, para conseguir unos huevos revueltos cremosísimos sin necesidad de sumar calorías más allá de las de los propios huevos. A nivel logístico, esto tiene otra ventaja y es que podemos hacerlos en cualquier momento sin preocuparnos de tener otros ingredientes en la nevera o de tener que abrir un envase del que solo vamos a usar una pequeña cantidad.

Guarniciones sencillas para los huevos revueltos

Esta receta que acabamos de ver es perfecta para una cena saludable y rápida de hacer si se acompaña con alguna guarnición sencilla y saciante a base de hongos o vegetales. La idea es complementar la ración de proteínas que aportan los huevos con alimentos que aporten fibra, vitaminas y minerales.

  • Espárragos verdes al ajillo. Lavamos y cortamos los extremos duros de los espárragos. Los salteamos en una sartén con unas gotas de aceite de oliva, sal, pimienta y un diente de ajo picado durante 4-5 minutos, hasta que estén tiernos, pero aún crujientes. Se pueden espolvorear con un poco más de pimienta negra al final. Perfecta para estos días de primavera en los que los espárragos están en temporada.

  • Ensalada de tomate cherry, aguacate y hojas verdes. Mezclamos hojas verdes frescas (lechuga, rúcula, espinacas...) con tomates cherry cortados a la mitad y dados de aguacate. Aliñamos con una vinagreta sencilla de aceite de oliva virgen extra, limón y una pizca de sal. Aporta frescura y grasas saludables. Una opción perfecta para una cena de verano.

  • Champiñones salteados con cebolla. Cortamos champiñones frescos y media cebolla (nos vale también una chalota) en tiras finas. Los cocinamos juntos en una sartén con un poco de aceite de oliva, sal y pimienta hasta que estén dorados. Esta combinación es puro umami y combina fenomenal con los huevos.

  • Boniato al horno con hierbas aromáticas. Cortamos el boniato en rodajas gruesas, lo disponemos sobre papel de horno, rociamos con aceite de oliva, sal, pimienta y nuestras hierbas aromáticas secas favoritas. Horneamos a 200 °C durante unos 20 minutos o hasta que estén dorados. Aportan un toque dulce y son muy saciantes.