
Un plato que adoran hasta los más pequeños iStock
Ni pollo ni atún: la cena proteica y barata con 2 ingredientes que preparo en solo 10 minutos y sin esfuerzo
Una receta muy sencilla que es como decirle hola al buen tiempo.
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- Total: 10 min
- Comensales: 2
Cuando yo era pequeña, la llegada de la primavera significaba que el caldo gallego y otros platos contundentes se tomaban "vacaciones" hasta después del verano y daban a paso a otros más ligeros y apetecibles en los días de buen tiempo.
Al llegar esta época del año, mi madre, que no era de complicarse mucho con las cenas cuando mi padre estaba de viaja, preparaba mucho la receta que os compartimos en este artículo. Un plato sencillo, que puede comerse caliente o frío, de hecho, muchas veces lo hacía al mediodía, mientras preparaba la comida, y así por la noche ya no se encendía el fuego y lo único que había que fregar eran unos pocos platos.
Una receta mediterránea y... china
Muchos años después, descubrí que aquella sencilla cena hecha con huevos y tomates, dieta mediterránea en estado puro, es también uno de los platos más populares de la cocina china "que de verdad se come China", no como el arroz tres delicias que es más una cosa de los restaurantes chinos de aquí.
Hay que decir que el plato chino, que se llama Xīhóngshì chao jīdàn, no es una receta que proceda de una tradición milenaria como otras de la gastronomía de este país, sino que es fruto de influencias occidentales. En China se comían huevos revueltos desde hacía cientos de años, pero no fue hasta hace más o menos un siglo y por la creciente presencia de restaurantes de cocina occidental cuando los chinos empezaron a utilizar los tomates en sus elaboraciones.
El tomate no tardó en integrarse completamente en la cocina diaria de las casas y esta receta se convirtió en un plato muy popular que se consolidó a mediados del siglo XX. Este revuelto de huevos con tomate era muy barato, fácil de preparar y se necesitaban ingredientes que se podían encontrar en cualquier mercado. Un plato que, en la actualidad, es una de las primeras recetas que los chinos aprenden a cocinar.
Hay varias formas de cocinarlo, pueden cuajarse los huevos directamente con el tomate ya cocinado, o pueden cocinarse por separado y mezclarse en el último momento y, opcionalmente, se pueden añadir otros ingredientes como cebolleta, ajo, jengibre rallado, unas gotas de salsa de soja -que potenciará el sabor del tomate-, alguna salsa picante como la famosa Lao Gan Ma que aportarán nuevos matices de sabor.
Incluso puede jugarse con especias mediterráneas como orégano, tomillo o romero, que le darán unos matices mas "de aquí". En mi casa se le solía poner orégano y era como comer un revuelto de pizza, pero con muchas menos calorías, claro.
Una cena rápida y proteica
Esta receta combina dos ingredientes muy sencillos, económicos y con magníficas propiedades nutricionales, por un lado, los huevos, que son el ingrediente principal, son la fuente de proteínas de alto valor biológico por excelencia, esto significa que contienen todos los aminoácidos esenciales que nuestro cuerpo necesita adquirir a través de la dieta porque no es capaz de producirlos por sí mismo.
Por otro lado, el tomate es un ingrediente con muy bajo aporte calórico, pero rico en micronutrientes. Es especialmente conocido por su contenido en licopeno, un antioxidante con propiedades antiinflamatorias y posibles beneficios en la prevención de enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer. Además, aporta vitamina C, vitamina A, y potasio, todos importantes para el buen funcionamiento del sistema inmunológico, la piel y la regulación de la presión arterial.
En China, la receta se haría sofriendo el tomate en aceite de girasol o de cacahuete, pero como estamos en España y lo que buscamos es hacer una cena saludable que no resulte pesada, lo que haremos será utilizar una mínima cantidad de aceite de oliva virgen extra, de este modo, tendremos un plato saciante, ligero y rico en proteínas.
Se puede acompañar con una ensalada de hojas verdes o, si se desea preparar la receta como plato principal para una comida, se puede acompañar de un bol de arroz blanco (carbohidratos rápidos) o arroz integral (carbohidratos de liberación lenta y mayor aporte de fibra).
Ingredientes para hacer unos huevos revueltos con tomate
- Huevos, 4 ud
- Tomate maduro, 300 g (un par de tomates que no sean enormes)
- Cebolla o cebolleta picada, 2 cucharadas (opcional, se puede omitir o usar un diente de ajo muy picado según gustos)
- Aceite de oliva virgen extra, 1 cucharada
- Sal, al gusto
- Pimienta molida, opcional
- Cebollino o perejil fresco picado, opcional
Paso 1
Lavamos bien los tomates y los cortamos en dados no muy grandes, pero tampoco diminutos. Reservamos. Picamos la cebolleta en brunoise, si la usamos.
Paso 2
Ponemos los huevos en un bol, añadimos una pizca de sal (y pimienta si nos gusta) y los batimos hasta que estén bien mezclados, con una textura uniforme, pero sin demasiado aire.
Paso 3
Engrasamos ligeramente una sartén antiadherente y la ponemos a calentar a fuego medio-alto. Cuando esté caliente, vertemos los huevos batidos y cocinamos removiéndolos con suavidad hasta que estén casi cocidos los huevos revueltos pero aún cremosos. Retiramos del sartén y reservamos.
Paso 4
En la misma sartén, ponemos la cucharada de aceite y sofreímos la cebolla de verdeo durante unos 30 segundos, luego incorporamos el tomate troceado y salteamos durante 3 o 4 minutos, hasta que los tomates empiecen a deshacerse y formar una salsa. Sazonamos con sal y pimienta al gusto.
Paso 5
Volvemos a incorporar los huevos a la sartén con el tomate y cocinamos todo junto durante un par de minutos a fuego no muy alto y removiendo de vez en cuando para que los sabores se integren, pero manteniendo la textura de los huevos para que no acaben resecándose.
Paso 6
Retiramos del fuego y servimos caliente, a mí me gustan más así, aunque también se pueden comer fríos. Opcionalmente, se pueden espolvorear con un poco de cebollino fresco picado.
Más tomate y proteínas para cenar
Con el buen tiempo, los tomates están en temporada, esto quiere decir que, aunque ahora, gracias a los invernaderos, tengamos esta hortaliza todo el año, es en esta época cuando más deliciosos están, así que es el momento perfecto para incluirlos en muchas cenas:
- Ensalada de atún, tomate, cebolla y huevo duro. Por un momento, he dudado sobre si incluir esta receta o no, pero luego he pensado que, aunque sea una "receta viejuna", la ensalada "especial" de los bares de toda la vida siempre merece ser recordada. Solo hay que mezclar tomate cortado en gajos con atún en conserva, preferiblemente, al natural, huevos cocidos, cebolla en juliana y hojas de lechuga. Aliñamos con aceite de oliva, vinagre y sal. Es una cena simple, pero es ligera, saciante, rica en proteínas y con grasas saludables.
- Pechuga de pollo a la plancha con salsa de tomate natural. Fácil y rico.Cocinamos filetes de pechuga de pollo salpimentados a la plancha y los servimos con una salsa rápida hecha con tomate fresco rallado, una pizca de sal, unas gotas de aceite de oliva, ajo y orégano. Es una preparación rápida, baja en grasa si se controla el aceite, y con excelente valor proteico. Se puede acompañar con calabacín o berenjena a la plancha o arroz integral.
- Tosta proteica de revuelto de tomate y espinacas. Podemos usar claras de huevo para una opción con más proteína o huevos enteros. Salteamos tomate picado y espinacas frescas con una pizca de sal y unas gotas de aceite, cuando evapore el líquido, añadimos las claras o los huevos batidos salpimentados y cuajamos el revuelto. Lo servimos sobre una tostada de pan integral con unas láminas de aguacate.
- Garbanzos salteados con tomate, pimiento y huevo poché. Salteamos garbanzos cocidos de bote con dados de tomate natural y pimiento rojo asado, salpimentamos al gusto y servimos con un huevo poché encima.