Saludables

Tarta de queso vegana, sin azúcar, sin lactosa y sin gluten

Te proponemos una cheesecake o tarta de queso vegana sin azúcar, sin gluten y por supuesto sin lactosa apta para todos los públicos.

5 marzo, 2018 19:05

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La idea de esta tarta de queso vegana proviene de mi antojo, no resuelto, de comer cheesecake desde que supe de mi intolerancia a la lactosa. La tarda de queso siempre había sido de mis pasteles favoritos y, en el camino de descubrimiento que estoy recorriendo desde que soy consciente de esta intolerancia, empecé a investigar sobre el tema.

Ingredientes para la tarta de queso vegana

Para la base

  • Dátiles, 150 g
  • Almendras crudas con piel, 200 g
  • Sirope  de ágave, 2 cucharadas

Para el relleno

  • Anacardos, 250 g
  • Leche de coco con más del 15% de materia grasa, 200 g
  • Agua coco (la sacaremos de la misma lata que la leche de coco), 100 ml
  • Sirope de ágave, 75 ml
  • Aceite de coco, 50 ml
  • Vainilla en polvo (biovegan), 1/4 cucharadita
  • Zumo lima o limón, 2 cucharaditas

Para la cobertura

  • Frutos rojos, 125 g
  • Semillas de chía, 1 cucharada
  • Zumo de limón, 1 cucharadita

Los anacardos se utilizan en la cocina vegana como sustituto de los productos lácteos, con ellos se pueden hacer quesos, yogures y pasteles.

Esta  tarta de queso vegana os dejará muy sorprendidos. No miento si os aseguro que es el mejor pastel que he hecho en mi vida.

Preparación de la tarta de queso vegana

01: Pasos previos

Lo primero que debemos hacer es poner en remojo los anacardos. Los colocamos en un bol y los cubrimos con agua, los tendremos en remojo un mínimo de 8 horas.

Este paso es muy importante, si no lo hacemos la textura de la crema no será la correcta y el resultado no será satisfactorio.

Lo segundo que debemos hacer, es poner la lata de leche de coco en la nevera durante unas 24h. Es muy importante que la leche de coco contenga más del 15% de materia grasa para que cumpla su función. Al poner la leche de coco en la nevera lo que conseguiremos es que nos quede separada la parte grasa de la parte acuosa; la parte grasa del coco quedará en la parte superior de la lata y el agua en el fondo.

02: Preparación de la base

Ponemos en el vaso de la picadora los dátiles y las almendras y picamos muy bien. Se irá formando una especie de pasta pegajosa. Añadimos también el sirope de agave y volvemos a picar.

Si los dátiles están un poco secos los pondremos a hidratar primero; esto se hace poniendo los dátiles en un bol con agua (que el agua cubra los dátiles) durante una media hora. Pasado este tiempo desechamos el agua y ya tenemos los dátiles listos para hacer nuestra base con la consistencia que necesitamos.

Una vez tengamos nuestra base de dátiles, almendras y sirope de agave bien picada, vertemos la mezcla en el molde y, con la ayuda de una cuchara, vamos integrando bien todos los ingredientes hasta que se forme una masa que se pueda trabajar bien. Lo veréis enseguida porque se empieza a apelmazar.

Con la ayuda de una lengua vamos repartiendo la mezcla por la base del molde, es importante que vayamos presionando para que quede bien compacto. Nos podemos ayudar con las manos para presionar y terminar de compactar la base.

Debemos intentar que el grosor de la base sea el mismo en toda la superficie del pastel.

A continuación, ponemos el molde con la base en el congelador y mientras tanto preparamos el relleno.

03: Preparación del relleno

Escurrimos los anacardos que teníamos en remojo y los lavamos bien bajo el grifo. Los ponemos en el vaso de la batidora.

Abrimos la lata de leche de coco, esta en concreto contiene un 17-19% de materia grasa. Con una cuchara vamos retirando la parte superior de la leche de coco (veréis que es como una crema) y la introducimos en el vaso de la batidora.

No tiréis el agua que queda en la parte inferior de la lata porque la necesitaremos para después.

A continuación, añadimos en el vaso de la batidora (junto a los anacardos y la crema de coco) el sirope de ágave, el aceite de coco, la vainilla en polvo, el agua de coco y el zumo de lima o limón.

Batimos bien a máxima potencia hasta que nos quede una crema sin grumos.

Sacamos el molde que teníamos en el congelador con la base de dátiles y almendras y vertemos la mezcla anterior. Es importante repartir bien por toda la superficie del molde.

A continuación, cogemos el molde por los lados y damos unos pequeños golpes contra la encimera para asentar bien la mezcla y que no quede aire.

Lo cubrimos con un film y lo llevamos al congelador mientras preparamos la cobertura.

04: Preparación de la cobertura

Para preparar la cobertura solo tenemos que poner en el vaso de la picadora los arándanos, la cucharadita de semillas de chía y la de zumo de limón. Lo picamos todo bien hasta que quede una salsa como en la fotografía.

Sacamos el molde del congelador y añadimos la cobertura de arándanos por encima. Debemos dejarlo durante un mínimo de 4 horas en el congelador para que adquiera la consistencia deseada.

05: Desmoldado y presentación

Es importante que el molde en el que coloquéis la  tarta de queso vegana sea desmontable para que nos quede perfecto a la hora de desmoldar.

Para disfrutar de esta tarta de queso sin lactosa, hay que sacarla del congelador y dejarlo a temperatura ambiente durante una media hora. Pasado este tiempo tendrá la consistencia perfecta para consumirlo.

Resultado

El resultado es un cheesecake sin ningún tipo de producto lácteo ni de origen animal, con una textura y un sabor que nada tiene que envidiar al del cheesecake original.

Una opción, que hago a menudo, es prepararlo en moldes pequeños para tener siempre listos unos mini cheesecakes veganos. Aguanta en el congelador 1 mes tranquilamente.

Este cheesecake requiere de una preparación previa, no es una receta que podamos improvisar un día cualquiera. Para organizarnos bien el tiempo lo que acostumbro a hace es es comprar un día todos los ingredientes, poner la lata de leche de coco en la nevera y por la noche dejar los anacardos en remojo. Así, a la mañana siguiente, podemos preparar el cheesecake y lo tendremos listo para consumir de postre en la comida.

Es una tarta apta para todos los públicos; intolerantes a la lactosa, celíacos, intolerantes a la proteína de la leche y veganos. Además contiene muy poco azúcar; únicamente unos 100ml de sirope de agave y el azúcar natural de los dátiles.

Os animo a prepararlo porque el resultado es espectacular.