Está claro que ambos son dulces, se fríen en aceite, tienen forma redonda y un agujero en el centro. Pero, ¿se parecen en algo más? ¿Cuál es la diferencia real entre un donut y una rosquilla? ¿Estamos ante un nuevo caso como el que enfrentó a magdalenas y muffins? Demasiadas preguntas para unos dulces de los que sólo deberíamos preocuparnos de acompañar de un buen café. Por eso, aquí va una breve explicación sobre qué es un donut y qué es una rosquilla para que no queden dudas.

¿Cómo son las rosquillas?

Rosquillas

Lo primero que me viene a la mente al escuchar rosquilla es la casa de mi abuela. Sus roscas, como las llama ella, se caracterizan por tener una masa consistente, ser menos dulces y, quizás, algo secas. Pero no todas son así.

Estas rosquillas tradicionales, que se remontan a la época del Imperio Romano, pueden ser más o menos esponjosas e incluso tener una masa de hojaldre. Algunas se rocían con azúcar mientras que en otras se bañan en huevo y merengue. Todo depende de la región en la que vivas. En Salamanca tienen las rosquillas de Ledesma. En Madrid las rosquillas tontas, listas, de Santa Clara y francesas son típicas de San Isidro. Y así con todas las provincias.

¿Cómo son los donuts?

Donuts

Si has visto Los Simpsons seguro que tiene viene a la mente alguna escena en la que Homer, o el jefe Wiggum, babea por un donut. Hoy en día son uno de los dulces más típicos de todo Estados Unidos aunque su origen de europa. Sus antepasados son el dulce holandés Oliebollen y el dulce aleman Berliner Pfannkuchen. De ahí que en España también los conozcamos como berlinesas.

Como pasa con todas las recetas famosas, el origen del donut que conocemos hoy en día es bastante controvertido. Aunque la teoría más aceptada habla de como un marinero americano llamado Hanson Gregory los inventó durante una travesía. Según la historia, Gregory estaba cansado de que el centro de sus bollos se quedase crudo así que decidió hacer un agujero en el centro con la ayuda de un pimentero.

Hoy en día los hay de todos los colores gracias a la interminable variedad de toppings que existen: glaseado de azúcar, bañados en chocolate, coco, canela… Y también existe una gran variedad de rellenos que hacen juego con su esponjosa masa: mermelada, nata, crema…

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