¿O quizás sería más correcto “Sushi de tarta”?

El caso es que tengo una amiga que está completamente obsesionada con el sushi. Tuvo una época en la que comía sushi en el trabajo casi todos los días. Hace poco ha sido su cumpleaños y no le iba a hacer una tarta cualquiera, así que le hice una tarta de sushi, claro está.

La base de la tarta es un bizcocho. Podéis ponerle tanto esfuerzo como queráis, pero la decoración en sí ya es bastante trabajo, así que yo he comprado una de esas mezclas ya preparadas para hacer bizcocho a las que sólo hay que añadirles agua. Para los sushis utilicé un bizcocho mucho más pequeño de color blanco, aunque también podéis usar dos o tres sobaos pasiegos.

Preparación

Pues allá vamos: Lo primero es preparar los bizcochos. Yo prefiero hacerlo la noche anterior para que no se me acumule todo el trabajo en un mismo día. Lo dejamos tapadito con papel film toda la noche y queda estupendo.

Después comenzaremos haciendo la base de la tarta, que va a ser el bizcocho grande y hará de “plato” del shushi. Yo le he recortado los bordes para hacerla más rectangular. Si hacéis esto no tiréis los bordes a la basura, que al final os contaré qué podéis hacer con ellos.

Ponemos ahora el bizcocho en la bandeja donde lo vayamos a presentar. Yo me la he fabricado con un trozo de cartón forrado de albal. Si la hacéis de un tamaño que os quepa en alguna caja que tengáis, perfecto porque así luego podréis meterlo en la caja y transportarlo facilmente.

El bizcocho lo podéis preparar como más os guste. Podéis abrirlo por la mitad y rellenar de nata o lo que se os ocurra. Yo lo que he hecho es simplemente pintarlo por encima y por los lados con caramelo líquido disuelto en agua, simplemente porque me tenía que aguantar hasta el día siguiente y si no se puede quedar muy seco. Después derretimos en el microondas el chocolate de cobertura y pintamos la tarta con una brocha (la mía es de esas de silicona). Si no tenéis una brocha podéis simplemente usar una cuchara y luego con un tenedor hacer las rallitas para que parezca como de madera. Limpiamos rapidamente con papel de cocina el chocolate que haya caído en la base y metemos la base en la nevera.

Mientras tanto hacemos el sushi con el bizcocho de color claro. Lo primero de todo, cortamos un par de rectángulos de un poco menos de 1cm de grueso y los dejamos aparte, para que luego nos hagan las veces de “tortilla japonesa”.

Ahora desmigamos el resto del bizcocho. Echamos en un recipiente aparte el philadelphia y la mantequilla y los metemos en el microondas unos 30 segundos hasta que se ablanden y podamos mezclarlos. Añadimos el azúcar glass a la mezcla y removemos bien. Vamos añadiendo esta mezcla a nuestro bizcocho desmigado poco a poco y mezclamos con las manos hasta que se puedan hacer bolas que mantengan la consistencia sin deshacerse. Metemos esta mezcla en el congelador durante 15 minutos para que sea más manejable.

Sushi Maki:

Sacamos la mezcla del congelador, creamos un cilindro y lo cortamos en rodajas tamaño sushi. Aplastamos el fondant negro y enrollamos las bolas, recortando con unas tijeras los bordes que sobresalgan. Ponemos un poco de coco rallado en un plato y “mojamos” la parte de arriba de los sushis. Ya sólo nos queda poner unos trocitos de cucherías de colores en el centro. Yo he puesto un minilacasito verde, un trozo de nube rosa y un pegote de azúcar de decoración roja.

Tamago (tortilla japonesa sobre arroz):

Hacemos unos bloques de bizcocho con la mezcla anterior, que sean un poco más pequeños que la “tortilla”. Los rebozamos en coco rallado y ponemos la tortilla encima, rodeándolo todo con un trozo de fondant negro.

Reposa-palillos:

Este lo he hecho simplemente dándole forma a la mezcla del bizcocho.

Resultado

La tarta ha triunfado. No os voy a engañar, lleva mucho trabajo y puede llevar a momentos de estrés si algo no sale como planeado, pero si la preparáis con tiempo tendréis éxito asegurado y efecto WOW garantizado.

En realidad podéis hacerla con muchos otros ingredientes diferentes. Se me ocurre que, por ejemplo,  en vez de fondant negro podéis usar también tiras de chucherías de esas de azúcar de color verde, o bolitas de colores para hacerlo estilo “california roll”.

Ah! Y si os ha sobrado bizcocho, añadirle la mezcla de philadelphia mantequilla y azúcar, hacer bolas y rebozarlas en coco o en virutas de chocolate blanco. En una bandeja aparte todas juntas quedan espectaculares y al ser bocaditos individuales se acabarán en un abrir y cerrar de ojos.

 

Tiempo: 2 horas (sin contar con hacer el bizcocho)

Dificultad: 4/5

Digestión: 3/5

Precio: 7,50€

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