En España muchos tenemos la costumbre de cenar tarde y eso hace que cuando llega el momento de hacer la cena no haya ganas de muchas complicaciones. Necesitamos cenas que le gusten a toda la familia, que se hagan rápido, que se hagan con ingredientes que normalmente tenemos en casa y que no nos supongan mucho esfuerzo.

Y es que con una bolsa de guisantes congelados, un trozo de jamón y poco más se le puede dar una buena alegría a un plato de pasta que nos quedará vistoso y será aplaudido hasta por los más pequeños de la casa.

Propiedades de los guisantes

Según la Fundación Española de la Nutrición "Una ración media de guisantes tiene casi tanta proteína como un huevo entero (aunque es de menor calidad), menos de un gramo de grasa, y nada de colesterol. Además, es fuente de minerales tales como el fósforo y el potasio.

En cuanto a las vitaminas, hay que destacar su contenido en tiamina, niacina, folatos, y fundamentalmente en vitamina C (si bien una parte considerable de la misma puede perderse durante el proceso de cocción). Los folatos contribuyen al proceso de división celular y a la formación normal de las células sanguíneas. Además, contribuyen al crecimiento de los tejidos maternos durante el embarazo. De ahí la importancia de ingerir alimentos con altos niveles de ácido fólico en este periodo tan crítico. El consumo de una ración de guisantes cubre el 38% y 23% respectivamente de las ingestas recomendadas de tiamina y niacina en hombres de 20 a 39 años con actividad física moderada.

Tampoco podemos olvidar su aporte a la dieta de aminoácidos como la leucina, la lisina, la fenilalanina, la arginina, o la alanina. 

Cómo hacer tortellini con jamón y guisantes

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Ingredientes

  • Tortellini de queso, 300 g
  • Guisantes congelados, 200 g
  • Jamón serrano o ibérico, 150 g
  • Queso mascarpone o tipo Philadelphia, 2 cucharadas
  • Fécula de maíz, 1 cucharadita
  • Cebolla mediana, 1 ud
  • Leche, 1 vaso (250 ml)
  • Aceite de oliva virgen extra, 2 cucharadas
  • Mantequilla, 1 cucharada
  • Sal
  • Pimienta recién molida
  • Perejil fresco

Si quieres que la receta sea vegetariana puedes substituir el jamón por un huevo duro por comensal.

Paso 1

Ponemos a calentar una sartén con una cucharada de mantequilla y dos cucharadas de aceite de oliva virgen extra. Cuando la mantequilla se haya fundido y la mezcla de grasas esté caliente pero sin llegar a humear, añadimos la cebolla cortada en brunoise con una pizca de sal, pero sin pasarnos, que luego el jamón aportará la suya. La dejamos pochar a fuego medio-bajo hasta que esté tierna pero sin que llegue a coger color tostado.

Paso 2

Mientras se va pochando la cebolla, aprovechamos para cocer los guisantes en agua hirviendo con sal al gusto. Si quieres que los guisantes no pierdan su bonito color verde al cocerlos, añade al agua de cocción una cucharadita de azúcar y un par de cucharadas de vinagre. Cuando estén tiernos, los escurrimos y los reservamos.

Paso 3

Cuando la cebolla esté tierna, añadimos el jamón cortado en taquitos y lo rehogamos ligeramente para que se mezcle con la cebolla. Añadimos los guisantes que tenemos reservados y los mezclamos también.

Paso 4

Apartamos la cebolla, el jamón y los guisantes hacia un lado, añadimos el mascarpone o el queso en crema en el hueco que hemos dejado libre y removemos hasta que se disuelva en los líquidos de la sartén. Cuando se haya formado como una salsita lo mezclamos todo.

Paso 5

Disolvemos la cucharadita de fécula de maíz en el vaso de leche fría y lo echamos también en la sartén. Mezclamos todo y dejamos cocinar a fuego lento para que vaya espesando la salsa.

Paso 6

Mientras se termina de hacer la salsa cocemos la pasta siguiendo las instrucciones del paquete y cuando esté lista la escurrimos reservando el agua de cocción y la devolvemos a la olla.

Paso 7

Probamos la salsa, rectificamos de sal si fuese necesario, añadimos pimienta molida al gusto y la echamos en la olla bañando la salsa. Removemos bien y, si vemos que la salsa ha espesado mucho y nos cuesta integrarla con la pasta añadimos algunas cucharadas del agua de cocción que habíamos reservado hasta que tengamos una textura melosa. Espolvoreamos con perejil fresco picado y servimos inmediatamente.