Hoy os voy a contar cómo enfriar las copas correctamente porque estamos en fin de semana y después de cinco días de trabajo intenso te apetece celebrar que es viernes noche marcándote unos copazos en casa con los colegas, porque sí, porque un día es un día y la botella de whisky del bueno que tienes en el mueble hay que disfrutarla.

Sacas el juego de vasos tan monos que te regaló tu madre, o aquellos que pusieron de oferta en el Ikea que siempre que sean bajos y anchos te harán el apaño y abres el congelador en busca de hielo. ¡Uhmmm! ¿Estás seguro de que quieres usar esos hielos que están ahí desde ni se sabe en una cubitera sin tapar junto al túper de albóndigas y los filetes de merluza? Yo de ti me lo pensaría, la hielo le encanta absorber olores y sabores de todo cuanto le rodea y a medida que se derrite acaba siendo una especie de infusión de todo cuanto pilla a su paso. ¿De verdad quieres eso es tu whisky de 12 años o en un gin tonic con tu ginebra favorita?

Cómo enfriar las copas correctamente

Los consejos sobre cómo enfriar las copas corrrectamente que os dejo a continuación obviamente también sirven para enfriar otras bebidas como refrescos, zumos o tés helados. Eso sí, ni se os ocurra ponerlos en práctica con vinos o con cervezas, que eso es otra historia y ya hace algún tiempo que os contamos cómo hay que servir la cerveza.

Pero a lo que íbamos:

  • El hielo es agua congelada, por lo tanto es algo barato que puedes hacer todas las veces que sea necesario, así que no dejes los cubitos de hielo en el congelador por los siglos de los siglos, pues los cubitos viejos siempre van a ser una mala opción. Una buena práctica es hacer hielo una vez por semana ahora en verano o con más frecuencia si usas hielos a diario, pero cuando pongas a congelar cubitos nuevos deshazte de los viejos.
  • Si las cubiteras no tienen tapa, ponles papel film por encima y cuando pasadas unas horas los cubitos se hayan congelado, pásalos a una bolsa con cierre zip que los proteja de lo que tienen alrededor. Una buena solución es usar bolsas para cubitos en las que ya quedan bastante protegidos.
  • En general, el hielo tendrá siempre mejor sabor si utilizas agua que hayas hervido previamente usando el método que os contamos cuando os enseñamos cómo hacer cubitos de hielo transparentes.
  • El tamaño importa, normalmente las cubiteras ya permiten hacer hielos de tamaño adecuado, pero si te entra un alarde de creatividad y decides hacer hielos usando, por ejemplo, moldes de silicona con formas, recuerda que el hielo flota en el agua y es muy desagradable beber de un vaso con un enorme trozo de hielo golpeándote los dientes cada vez que das un sorbo.

Cómo enfriar las copas sin aguarlas

A veces, aunque hayamos conseguido hacer unos hielos que no dejen sabores extraños, no interesa que el hielo nos agüe la bebida y para eso también hay soluciones:

  • Una que estaba de moda hace unos años eran unos “cubitos” hechos con plástico apto para uso alimentario rellenos de un gel que se congelaban y servían para enfriar las copas sin que soltasen ningún líquido. Estos cubitos son reutilizables, pero tienen el engorro que después de disfrutar de la copa toca “rescatarlos” y lavarlos para congelarlos de nuevo y que estén listos para próximos usos.
  • Para muchos combinados, se pueden utilizar cubitos de hielo hechos con zumos de sabores que ya estén en la copa o congelar gajos de lima, limón o naranja o congelar fresas y frambuesas. En general, las uvas blancas enteras son perfectas para la mayoría de bebidas, pues siempre y cuando no presenten roturas en la piel, al descongelarse apenas soltarán líquido por lo que no darán sabor y no aguarán la bebida.
  • Para los gin tonics, una buena solución es hacer hielos de tónica.

Imagen | Serious Eats

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