En España no todas las sopas son calientes, ni todos los buñuelos son postres, por eso hoy os presentamos unos buñuelos de calabacín y queso gorgonzola ideales para comenzar una comida con buen pie. Un platazo distinto y muy original, que sale de los clásicos buñuelos de bacalao, donde la única dificultad que tienen radica en conseguir rebozar las bolitas de calabacín sin que se rompan para conseguir unos formidables buñuelos de calabacín llenos de contrastes gracias al gorgonzola.

En España, históricamente, los buñuelos (tal y como los entendemos hoy en día, ya que de otra forma pueden interpretarse, por ejemplo, como croquetas) suelen ser dulces (muy consumidos en Semana Santa) o de bacalao. Y muy raramente, de verduras. Aunque esta última opción es la menos demandada supone, sin embargo, todo un éxito en cuanto a la utilización de verduras se refiere.

¿A qué niño no le gusta una croqueta cremosa, ligeramente sazonada y con todos los beneficios que tienen los vegetales? Correcto. Y lo mejor que tienen, además, es que aunque en este caso sean de calabacín, pueden utilizarse cualquier trozo de verdura que se haya quedado rezagado en el fondo de la nevera.

Lo que sí es casi imprescindible es el toque de queso gorgonzola. A ver, no lo es tanto y bien se podría ahorrar, utilizar otro queso o rellenarse, por ejemplo, de jamón; pero la cremosidad y el toque salino del queso azul resulta fundamental.

Una explosión de sabores que os aseguro provocará serias disputas acerca de quien se quedará con el último. Lo mejor de todo es que es muy fácil de hacer y sólo se necesitan dos consejos importantes: escurrir bien el agua que pueda tener la verdura utilizada y evitar moverlos mucho en el rebozado para que no se desmoronen nuestras bolitas.

Ahora bien, dicho esto, no quita que nos podamos dar un homenaje "buñuelil" de vez en cuando. Y tenemos la suerte de contar con buenísimos restaurantes que, probando y probando, consiguen verdaderas genialidades.

Archiconocidos son los buñuelos de Paco Quirós (Grupo Cañadío) que pueden comerse en La Primera; o en el recién abierto Papúa Colón donde rompen el dogma de los buñuelos de brandada y lo cambian por ajoarriero; o por qué no, coger un coche e ir a Cañitas Maite en Albacete para probar una multitud de ricos y suculentos platos entre los que se encuentra un buñuelo de queso hecho con leche cruda de cabra, trufa, pistacho y membrillo.

Cómo hacer buñuelos de calabacin y queso gorgonzola

Ingredientes

  • Calabacín, 1 ud
  • Cebolla, 1/4 ud
  • Huevo campero, 1 ud
  • Queso gorgonzola, 2 cucharadas
  • Bicarbonato, 1 cucharadita
  • Harina, 6 cucharadas
  • Sal, c /s
  • Pimienta negra, c/s
  • Aceite de oliva suave para freír

Paso 1

1

Con la ayuda de un robot de cocina triturar el calabacín junto con la cebolla y sacar a un colador. Prensar bien para que suelte todo el agua posible, reservar el agua. 

Paso 2

Mezclar en un bol todos los ingredientes de la pasta de los buñuelos: harina, bicarbonato, huevo, sal y el agua de escurrir el calabacín y la cebolla. 

Paso 3

Mezclar también las verduras trituradas y el queso gorgonzola y mezclar a conciencia. Tendrá que quedar una pasta densa, si vemos que es demasiado densa añadir un poco de agua, pero teniendo cuidado porque si no, no podremos freír los buñuelos. 

Paso 4

Con la ayuda de dos tenedores y con un cacillo lleno de aceite muy caliente en el fuego ir friendo las bolitas de calabacín y queso rebozadas en la masa que suflarán dentro del aceite. Darles la vuelta poco a poco para que se doren uniformemente. La primera siempre es la que sale peor, hasta que le cogemos el punto a la temperatura del aceite. 

Paso 5

Con la ayuda de una espumadera sacar los buñuelos ya dorados a un plato con papel de cocina y que así chupe el exceso de grasa. 

Paso 6

Servir solos o acompañados de un poco de salsa sriracha, de mahonesa de lima o lo que a cada uno le guste.