Brócoli congelado.

Brócoli congelado. iStock

Aprende a cocinar

Ni echar especias ni hornear: haz este sencillo truco para que el brócoli congelado esté mucho más bueno

Un método muy fácil para que esta verdura parezca casi como recién cosechada.

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Cuando se habla de vegetales congelados, el brócoli suele tener mala prensa (que si se aguachina, que si pierde el color, que si huele raro...), pero este humilde vegetal tiene mucho que ofrecer incluso desde el congelador.

La clave es cambiar la técnica de cocinado: hervir el brócoli congelado puede resultar en una textura blanda y un sabor diluido y puede provocar la pérdida de nutrientes hidrosolubles.

En su lugar, técnicas como el salteado permiten conservar mejor sus propiedades y su sabor.

Cómo mejorar el brócoli congelado

Como decimos, una técnica efectiva es saltear el brócoli sin descongelar, poniéndolo directamente en una sartén caliente con aceite de oliva (el salteado carameliza los bordes y potencia el sabor natural del brócoli).

Otro aspecto clave es distribuir bien las piezas de brócoli de forma que no se amontonen. Esto favorece una cocción uniforme y permite que se evapore la humedad.

Pasos para saltear brócoli congelado:
1. Precalienta una sartén grande a fuego medio-alto (el fuego alto evapora el agua que suelta al descongelarse y crea una textura más firme y dorada) y añade 1-2 cucharadas de aceite de oliva.
2. Agrega el brócoli congelado directamente a la sartén, sin descongelar previamente, y distribúyelo de manera uniforme.
3. Evita moverlo durante los primeros minutos para permitir que se dore ligeramente.
4. Remueve ocasionalmente y cocina durante unos 7 o 10 minutos, hasta que esté tierno por dentro, pero aún firme por fuera.
5. Si quieres, añade condimentos al gusto, como ajo picado, sal, pimienta o unas gotas de limón.
Brócoli en una sartén.

Brócoli en una sartén. iStock

Otras opciones para mejorar el brócoli congelado

Otras alternativas son hornear el brócoli, saltearlo al estilo asiático o gratinarlo.

Horneado

1. Coloca el brócoli (aún congelado) en una bandeja apta para horno con papel vegetal.

2. Rocíalo con aceite de oliva y tus especias favoritas.

3. Hornea a 200 ºC durante 15 o 20 minutos, dándoles la vuelta a mitad de cocción. Esto intensifica el sabor natural y les da un toque crujiente. ¡Quedan como chips de brócoli!

Brócoli en una bandeja de horno.

Brócoli en una bandeja de horno. iStock

Salteado asiático

Saltea el brócoli congelado en un wok o sartén con un poco de aceite de sésamo o de oliva, ajo picado, salsa de soja baja en sal y un chorrito de limón o vinagre de arroz.

(Opcional: jengibre rallado o unas semillas de sésamo). Esto es ideal como acompañamiento de arroz, noodles, tofu o pollo.

Gratinado

1. Cocina el brócoli sin descongelar en la sartén.

2. Hecho esto, ponlo en una fuente apta para horno con un poco de bechamel o yogur griego y queso rallado.

3. Gratina al horno unos 10 minutos y, ¡listo!

Esta fórmula es perfecta para hacerlo más apetecible a los niños o para quienes no aman mucho las verduras.