Un bote de garbanzos

Un bote de garbanzos zia_shusha iStock

Aprende a cocinar

Ni echar especias ni un sofrito: esto tienes que hacer siempre con los garbanzos de bote para que estén mucho más ricos

Son una conserva de las más socorridas, pero hay un pequeño truco imprescindible para que los garbanzos de bote queden riquísimos siempre

Más información: En 20 minutos y con un bote de garbanzos: el guiso ligero, barato y rico en proteínas que queda siempre delicioso

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Desde el desayuno hasta la cena, un bote de garbanzos en la despensa puede ser el salvavidas en forma de proteínas que nos rescate en esos días en los que las obligaciones nos desbordan. Su versatilidad permite incorporarlos a tostadas matinales, convertirlos en una crema rápida para untar a media mañana o integrarlos en un guiso sencillo a la hora de la cena, todo con un solo ingrediente como punto de partida.

Solo hace falta una pizca de imaginación para transformarlos en un riquísimo hummus, unas suculentas y saciantes hamburguesas vegetales, un salteado con especias lleno de sabor o incluso un desayuno salado en una ensalada con huevo y espinacas.

Son ricos en fibra, saciantes, aportan proteínas vegetales y son muy fáciles de combinar. Los garbanzos cocidos nos permiten improvisar platos equilibrados sin renunciar al sabor ni a la nutrición, incluso cuando no tenemos una receta muy detallada.

Haz esto para que los garbanzos de bote queden exquisitos

No se necesita mucho, apenas unas especias y un sofrito, para que se conviertan en un plato delicioso. Pero si queremos ir a por nota y buscamos un resultado excelente, consiguiendo que nuestros platos con garbanzos de bote parezcan un guiso de abuela cocinado durante horas o una receta preparada por un chef, entonces necesitamos recurrir a algunos trucos que te contamos a continuación:

  • Enjuagar bien los garbanzos con agua fría. Al sacar los garbanzos del bote, es importante que los enjuaguemos bajo el grifo durante unos segundos. Esto elimina el líquido espeso de conservación, que suele contener sal, almidones y algunos conservantes que afectan tanto el sabor como la textura. El líquido puede aprovecharse para otras preparaciones como mayonesas o merengues vegetales.
  • Escurrirlos bien. Después de lavarlos, debemos escurrirlos bien y, si es posible, secarlos ligeramente con un paño limpio o papel de cocina. Eliminar el exceso de agua evita que se diluyan los sabores del guiso o salteado. Este paso sencillo contribuye a una mejor textura del plato final.
  • Guisarlos con el resto de los ingredientes. Este es el truco que lo cambia todo. Aunque los garbanzos en conserva ya están cocidos, no basta con añadirlos al final del guiso solo para calentarlos. Cocinarlos junto al resto de los ingredientes durante al menos 10 a 15 minutos les permite absorber los sabores del sofrito, el caldo y las especias, logrando una textura más untuosa y un sabor mucho más rico. De este modo, dejan de ser un añadido y se convierten en los protagonistas del guiso.
  • Saltearlos durante unos minutos. Antes de incorporarlos a una ensalada templada, podemos saltear los garbanzos durante unos minutos en una sartén con unas gotas de aceite de oliva. Esto crea una capa dorada y ligeramente crujiente en su superficie, potenciando el sabor y mejorando la textura.
  • Segunda cocción con bicarbonato. Si queremos usar los garbanzos en preparaciones como hummus o purés y queremos que queden cremosísimos, debemos cocerlos durante 8-10 minutos en agua con una pizca de bicarbonato. Esto actúa sobre las paredes celulares del garbanzo, facilitando su ablandamiento y logrando una textura más cremosa. Además, permite retirar las pieles con suma facilidad.

Como recomendación adicional, aunque no afecta a la textura, conviene recordar que algunas especias con propiedades carminativas, como el comino, el laurel y el hinojo no solo aportan aroma y sabor a los platos de garbanzos y de legumbres en general, sino que además ayudan a mejorar la digestión de todos ellos. Incorporarlas a los guisos ayuda a reducir la producción de gases y evita molestias intestinales, sobre todo en personas sensibles a las legumbres. Son un recurso tradicional muy eficaz y fácil de aplicar.