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Aprende a cocinar

Las mejores formas de colocar la comida en la nevera

Unos cuantos consejos para que sepas cómo colocar la comida en la nevera para que se conserve en perfectas condiciones de manera eficiente.

8 junio, 2015 16:34

Las prisas y el saber que no se debe romper la cadena de frío hacen que muchas veces al llegar a casa con la compra nos apresuremos a guardarlo todo en la nevera metiendo las cosas en el primer hueco que vemos libre, muchas veces con la intención de volver al poco tiempo a colocarlo todo bien y otras, simplemente ahí queda el yogur que estaba a punto de caducar detrás de los 18 que caducan dentro de un mes pero que te acabas comiendo antes porque están más a mano, o el jamón York que acabó oculto por el pack de cervezas y después de bebernos la última está ya mohoso.

Y siempre es por pereza, porque no será por qué los fabricantes de neveras no nos lo pongan fácil, que las modernas están llenas de dibujitos de los alimentos que van en cada zona, pero ni con esas. Pero como servidora es un poco cabezota y siempre quiere lo mejor para vosotros, hoy os voy a contar cómo colocar la comida en la nevera y por qué es importante hacerlo bien.

Cómo colocar la comida en la nevera

Saber cómo colocar la comida en la nevera nos ayuda a evitar alimentos olvidados que se acaben estropeando, ayuda a ahorrar energía -luego veréis por qué- y evita que unos alimentos contaminen a otros.

Aunque una nevera que hace eco puede parecer un poco triste, una nevera abarrotada de cosas tampoco es recomendable, pues los alimentos deben tener separación entre ellos para permitir la circulación del aire frío y que se mantengan correctamente refrigerados. Una nevera demasiado llena consumirá más ya que el motor trabajará más para intentar mantener la temperatura de servicio que, en el caso de la nevera será de unos 5ºC y en el caso del congelador de unos -18ºC.

Por otro lado, da mucha más pereza limpiar una nevera que esté muy llena porque nos echaremos un buen rato sacando cosas que una en la que haya solo lo necesario. Y es que, aunque la nevera no sea un electrodoméstico que tengamos que estar desinfectando a diario, sí conviene hacerlo al menos una vez al mes vaciándola y pasando un paño con algún desinfectante. Por supuesto, si algo se derrama, hay que limpiarlo de inmediato.

Colocar los alimentos en la nevera en el sitio que les corresponde

El aire de la nevera está más frío en la parte superior -cerca del motor- y algo menos frío en la parte inferior y en la puerta. Esto es algo que hay que tener en cuenta a la hora de colocar la comida en ella.

  • Estante superior: Ahí colocaremos las sobras de alimentos ya cocinados, que han de estar en túpers cerrados convenientemente.
  • Estante central: Productos lácteos como yogures, quesos o natas, huevos -si no hay hueveras en la puerta- , botes de mayonesa abiertos y embutidos. En general todos aquellos productos que vamos a consumir sin cocinarlos.
  • Estante inferior: Alimentos crudos como carnes y pescados, correctamente envasados para que no suelten líquidos. En general, colocaremos en esta zona alimentos que vayamos a someter a una cocción en la que se alcance la temperatura suficiente para destruir cualquier microorganismo.
  • En el cajón de las verduras, las frutas y verduras sin lavar que puedan tener restos de tierra y suciedad.
  • En la parte inferior de la puerta, botellas, mermeladas, encurtidos… y en la superior, leche, mantequilla, huevos.

Recordad también que hay alimentos frescos que no deben ir a la nevera como las patatas, ajos o cebollas o los tomates.

Cómo colocar la comida en el congelador

  • Siempre en porciones pequeñas, en bolsas con cierre hermético o bien envueltas en papel film o en túpers de tamaño adecuado, siempre indicando la fecha de congelación y, preferiblemente, también el contenido del paquete.

Tanto para la zona de nevera como para el congelador, la regla de oro que nunca se debe saltar es que son un almacén FIFO –First In, First Out-, es decir, que lo primero que entra es lo primero que sale y para eso lo mejor es ir moviendo las cosas siempre que sea necesario cuando guardemos nuevos alimentos para que siempre nos queden más a mano los que están más próximos a caducar.

Imagen portada | Richard Kelland