Hace menos de dos meses, en un informe publicado por la asociación agraria COAG, la Mesa Nacional de Frutos Secos estimaba la producción de almendra durante la campaña 2023 en 120 633 toneladas, un valor que se situaba un 49 % por encima de la media de los tres últimos años que fueron de los más catastróficos para el sector.

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Lo que parecía que iban a ser buenas noticias, no ha terminado por hacerse realidad y, hace tan solo unos días, la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (ASAJA), la mayor organización de profesionales de la agricultura en España, publicaba en la web de su sede almeriense -provincia que aglutina un alto porcentaje de la producción- un comunicado constatando una reducción del 40 % de la cosecha de almendra en la provincia de Almería.

Caída de la producción por tercer año consecutivo

Las dos últimas campañas fueron muy difíciles en lo que a producción se refiere, por lo que había una gran necesidad de obtener una buena cosecha en 2023. El gran enemigo de la almendra son los descensos prolongados de las temperaturas y, en este caso, a principios del mes de abril muchas zonas del norte de la provincia almeriense llegaron a los -5 ºC, esto afectó sobre todo a las plantaciones que se encuentran ubicadas en las partes más hondas.

Otro factor que arruina la producción es la sequía que llevamos sufriendo desde hace meses en muchas zonas de España. La escasez de lluvias durante los primeros meses del año mermó la capacidad productiva de los almendros causando el aborto de la flor en las zonas más secas donde hoy se pueden observar deformaciones en los frutos en los casos más graves.

Cotización a la baja, el otro drama para los productores

La semana pasada, las alhóndigas marcaban un precio de 5,90 €/kg para la almendra común de producción ecológica, un 25 % por debajo del precio de hace un año y 3.39 €/kg para la procedente de agricultura convencional, un 9 % menos que en 2022. Almería es la principal productora de almendra ecológica y, por tanto, la zona más afectada por esta caída de los precios.

Según palabras de Miguel Ángel Serrano, secretario técnico de ASAJA Almería, «en otras campañas, los buenos precios de la almendra han compensado la falta de producción, pero como no mejore la situación, será un año muy difícil para este sector». 

Una fuente de nutrientes

Aparte de ser uno de los frutos secos más consumidos en España, según explica la Fundación Española de la Nutrición, «la almendra dulce es un fruto seco que presenta un alto contenido en grasas —sobre todo monoinsaturadas—, fuente de proteínas vegetales, y en menor medida, aporta hidratos de carbono. Su valor calórico es bastante elevado debido a su alto aporte de grasas y a la escasa cantidad de agua que presentan. El contenido en fibra de la almendra destaca sobre el resto de los frutos secos».

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«Entre los minerales es fuente de calcio, hierro, cinc, potasio, magnesio y fósforo. Una ración de 25 g de almendras sin cáscara aporta el 18 % de las ingestas diarias recomendadas de fósforo para la población de estudio. En cuanto a las vitaminas, la almendra es fuente de vitamina E, riboflavina, tiamina, niacina y folatos. Una ración de 25 g de almendras sin cáscara aporta el 42 % de las ingestas diarias recomendadas de vitamina E».