El agua es un alimento básico para la vida hasta el punto de que la lucha por el control de los recursos hídricos ha originado a lo largo de la historia una cantidad de conflictos bélicos comparable a los que se han librado para intentar controlar los recursos petrolíferos.

Afortunadamente, los que hemos nacido en este llamado primer mundo, hemos tenido las cosas muy fáciles y, para nosotros, acceder al agua es algo tan simple como acercarnos al grifo y abrirlo. Sí, puede que en algunas zonas haya habido épocas de sequía en las que el agua debía racionarse, pero han sido etapas puntuales que siempre se acaban solucionando.

¿Por qué muchos españoles no beben agua del grifo?

Pero, en esta situación de aparente comodidad, en un estudio realizado por la empresa catalana TAPP Water, cuyos datos se han conocido hoy mismo, resulta que un 40% de los encuestados afirman no beber agua del grifo y de este 40%, solo un 36% consideran que el agua embotellada es más saludable.

La razón principal que alegan para evitar el agua del grifo es el sabor (62%), estado de las tuberías (42%) y cuestiones de salud (31%). Siendo el sabor la principal razón para optar por el agua envasada, tiene sentido que los hogares que más la consumen sean los de la costa mediterránea, pues se trata de localidades en las que el agua del grifo es más dura y lleva más cantidad de cloro.

En el extremo opuesto, son el País Vasco y Madrid las comunidades que consumen más agua del grifo (86% y 84% respectivamente).

El impacto ambiental del agua embotellada

No solo porque se necesita mucha más energía para producir un litro de agua embotellada que para producir un litro de agua del grifo, sino porque las botellas de plástico son un auténtico peligro para el medio ambiente.

Según el estudio comentado anteriormente, los hogares españoles que beben agua embotellada consumen de media aproximadamente 11,34 litros por semana -no indica nada en el estudio acerca de eso, pero con ese valor medio, podría ser que los principales consumidores de agua embotellada sean personas que viven solas-, lo que supone unas 400 botellas de plástico de 1,5 litros al año.

Y, aunque el 85% de los encuestados dice reciclar las botellas, otro estudio, en este caso el Municipal Waste Statistics de Eurostat revela que solo el 30% del residuo plástico producido en España acaba siendo reciclado. Esto viene a decir que a los españoles no se nos acaba de dar bien eso de separar la basura para reciclar y que nos cuesta reconocerlo.

Los filtros, ¿son una solución?

Aunque en el mercado existen varios filtros bien en forma de jarra o diseñados para acoplarse al grifo que prometen ser una alternativa al agua embotellada hay que tener en cuenta que, aunque pueden eliminar gran parte del cloro y de la cal y con ello mejorar un poco el sabor del agua, no hacen milagros. Ahí es cierto que ya no tengo más estudio para confirmarlo que lo que me han contado amigos y conocidos residentes en distintas localidades de la costa mediterránea y, lamentablemente, coinciden en que los filtros no son una buena alternativa al agua embotellada en cuanto a sabor, aunque os animo a todos los que vivís en zonas de aguas duras y muy duras a que nos contéis qué tipo de agua consumís y, si habéis probado algún tipo de filtro, qué resultado os da y cuál es vuestra opinión sobre si realmente merecen la pena.

Eso sí, las botellas de agua, haced el esfuerzo de reciclarlas.

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