En los últimos tiempos se ha expandido la idea de que el azúcar moreno es mejor, o al menos no tan “perjudicial“, que el azúcar blanco. Se habla de que es más sano e incluso más “natural“, pero ¿es cierto? Hemos echado un vistazo a la forma en la que se producen y su composición para averiguarlo.

¿Cómo se crea el azúcar blanco?

Azúcar blanco

En España la inmensa mayoría del azúcar blanco se consigue a partir de la remolacha. Para ello se sigue un complejo proceso que logra extraer la sacarosa de la planta y después la cristaliza. Todo empieza con el lavado, pelado y troceado de la remolacha y acaba con un proceso químico en el que se emplean compuestos como sulfato de calcio, ácido sulfúrico, hidróxido de calcio y dióxido de carbono. Todos ellos cumplen funciones como purificar o evitar el desarrollo de microorganismos y la formación de espumas…

Hay que tener en cuenta que todas estas sustancias químicas no son ingredientes del azúcar blanco, sino compuestos que se emplean con una finalidad tecnológica para después ser retirados. De ahí que o no aparezcan en el producto final o lo hagan en una cantidad tan pequeña que no suponen ningún riesgo para la salud. Si quieres conocer todos los detalles echa un vistazo a este artículo de Gominolas de petróleo

¿Cómo se crea el azúcar moreno?

Azúcar moreno

Como explican en el artículo de Gominolas de petróleo que acabo de mencionar, actualmente existen dos métodos para obtener el azúcar moreno y ninguno se diferencia demasiado del que se usa para el azúcar blanco.

El primero se conoce como mezcla y consiste en mezclar pequeños cristales de azúcar con melaza de caña. Es el más empleado, al ser un proceso fácil de controlar, pero también el más polémico. Popularmente se conoce como azúcar pintado pero lo cierto es que no se usa ningún tipo de colorante si no que se añade el jarabe de caña.

El segundo, que se utiliza principalmente con la caña, se denomina cristalización aunque popularmente se le conoce como el famoso “azúcar natural“. Pero lo cierto es que el proceso es muy similar al que se utiliza con el azúcar blanco. La única diferencia es que no se elimina la melaza de caña pero se mantiene el uso de químicos para eliminar impurezas y compuestos no deseados.

 ¿Hay alguna diferencia?

Como ya te habrás dado cuenta el proceso con el que se consiguen los azúcares blancos y morenos es tan similar que el argumento de que uno es más natural que el otro no se puede sostener. Aún así, si que hay diferencias entre ambos.

La melaza o jarabe de caña con la que cuenta el azúcar moreno no sólo le otorga ese color tan característico si no que también altera otras características. Los granos suelen ser más grandes, pierde parte del poder edulcorante y su sabor es más intenso.

Si nos centramos en la composición, el azúcar blanco está compuesto en un 99% por sacarosa mientras que en el moreno está sobre el 85-95%. En el caso del llamado “azúcar natural” el 5-15% restante está compuesto por agua y minerales como calcio, hierro, potasio y magnesio. Estos últimos aparecen en un porcentaje tan bajo que, teniendo en cuenta el consumo de azúcar diario recomendado, no suponen ninguna diferencia en la práctica.

Esto se debe a que tanto la remolacha como la caña de azúcar no resultan especialmente interesantes desde el punto de vista nutritivo (más allá de la energía que aporta el azúcar) dado que los pocos minerales con los que cuentan aparecen en cantidades muy modestas.

¿Cuál es mejor?

Azúcar

A excepción del sabor el azúcar blanco y el azúcar moreno son prácticamente iguales. El primero es más

Quédate con el que más te guste puesto que el verdadero problema del azúcar no reside en si le echas blanco o moreno al café si no en el azúcar añadido que incluyen refrescos, lácteos, chocolates y demás bollería industrial.

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