Esta es una receta fácil y rápida, perfecta para preparar con los peques de la casa pues con un par de trucos con los que conseguirás un fantástico resultado.

Ingredientes para 30-40 galletas (según el tamaño)

  • Harina, 285 g
  • Huevo, 1
  • Mantequilla a temperatura ambiente, 150 g
  • Azúcar glass, 80 g
  • Pizca de sal
  • Esencia de vainilla, ½ cucharadita
  • Opcional : canela, jenjibre molido, nuez moscada
  • Opcional : lápices pasteleros de glasa de colores para decorar

Preparación de las galletas de Navidad

1: Mezclar los ingredientes

En un cuenco batimos con unas varillas la mantequilla y el azúcar. Agregamos el huevo, la sal, la vainilla y las especias, y seguimos batiendo hasta que quede una mezcla homogénea.

Finalmente añadimos la harina tamizada en 4 o 5 veces, mezclando con una cuchara de madera hasta que esté totalmente incorporada de cada vez.

2: Formar bolitas y refrigerar

Hacemos bolitas con la masa del tamaño de una nuez  y las ponemos en una bandeja cubierta con papel de hornear. Utiliza una bandeja o tabla que te quepa en la nevera, pues vamos a refrigerarlas media hora. Yo las pongo sobre una tabla de madera, porque mi nevera no es muy grande, y además el constructor tuvo la fantástica idea de poner la nevera de una forma que es imposible abrir la puerta más de 90º. No hace falta que sea una bandeja de horno de momento porque cuando las cortemos y sellemos ya las pasaremos a la bandeja de hornear.

Al cabo de media hora la masa se habrá vuelto un poco más compacta y será más fácil utilizar los sellos, conseguiremos que no se pegue y que mantengan la forma mucho mejor. No las podemos dejar enfriar mucho más si no se pondrían demasiado duras y sería difícil marcarlas con el sello.

Los sellos los tendremos además enharinados, yo los pongo en un cuenquito con un poco de harina, pasándolos por ella de cada vez.

3: Precalentar el horno y dar forma a las galletas

Precalentamos el horno a 180ºC.

Estos sellos de Navidad sellan y cortan, por lo que aplastaremos las bolitas con ellos, apretamos el sello, y retiramos la masa sobrante. Si tienes unos sellos más grandes, aplasta las bolas con el sello y después corta con un cortapastas un pelín más grande para que los bordes queden perfectos. Las vamos colocando en una bandeja de horno cubierta con papel vegetal. Con la masa sobrante de todas las galletas, hacemos una bola y repetimos la operación hasta acabar, en este punto ya no estará muy fría así que también podemos estirarla con el rodillo y usar un cortapastas, o los peques pueden darles formas originales con las manos como si se tratara de plastilina, este momento creativo les encanta.

4: Hornear y dejar enfriar

Horneamos las galletas 14 minutos aproximadamente, o hasta que empiecen a dorarse muy ligeramente.

Sacamos la bandeja del horno, dejamos reposar un par de minutos y las pasamos a una rejilla para que acaben de enfriarse.

5: Decorar y empaquetar

Quedan preciosas así tal cual, porque los dibujos de los sellos ya tienen muchos detalles y con este procedimiento tan sencillo hemos conseguido que se vean muy claramente, pero si tienes un poco de paciencia puedes decorar con un poco de glasa de colores, yo he utilizado unos lápices pasteleros especiales para decorar , muy fáciles de usar para darles un toque de color a nuestras galletas.

Notas

Hace años que tengo algún sello para galletas en casa pero no conseguía que quedara el dibujo bien marcado, al cortar la masa y retirarla perdía su forma redonda y al final acababa por hacerlas sin sello ni forma ni nada, riquísimas, pero no con el resultado que yo esperaba…

Hay mil recetas y mil formas distintas de hacerlas, pero he encontrado un par de trucos con los que al fin lo he conseguido, o por lo menos vamos en el camino, con la práctica iremos perfeccionando.  Uno de los trucos es formar bolitas con la masa, y otro es refrigerar estas bolitas antes de ponerles la forma. Eso sí, lo más importante, a ¡los niños les han encantado, lo han pasado pipa haciéndolas y les parecen las galletas más bonitas y más ricas del mundo!