Un chef destapa la realidad del salario en la hostelería: "Cobra lo mismo un cocinero de alta cocina que uno del McDonald's"

"¿Cobra lo mismo un chef de alta cocina que uno del McDonald’s? Spoiler: sí". Con esta afirmación, directa y sin anestesia, Pedro Venteo, cocinero profesional y creador de contenido ha publicado un vídeo que se ha viralizado en redes sociales debido a su contenido altamente polémico.

Más allá del impacto inicial, su denuncia apunta a una contradicción estructural dentro del sector de la restauración: el salario medio de muchos cocineros altamente cualificados apenas se diferencia del de los empleados sin experiencia. La afirmación puede parecer exagerada, pero los datos revelan que, en gran medida, es cierta.

En su vídeo, Venteo expone dos realidades paralelas que comparten, sin embargo, un mismo punto de llegada económico.

"Por un lado, tienes a cocineros que han estudiado, se han formado, han hecho prácticas sin cobrar, todo para acabar en cocinas de alta exigencia, muchas veces trabajando más de 12 horas al día bajo una presión constante", explica.

Este perfil responde a una gran parte de los trabajadores que aspiran a desarrollarse en la alta cocina española, una de las más prestigiosas del mundo.

La formación profesional en hostelería, la experiencia en escuelas culinarias y los años de prácticas no remuneradas conforman el itinerario habitual de quienes desean trabajar en restaurantes de estrella Michelin o locales gastronómicos de renombre.

Sin embargo, la recompensa económica para estos profesionales no suele estar a la altura del esfuerzo.

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La Federación de Servicios de UGT respalda esta realidad: los convenios colectivos regionales, que regulan la mayoría de estos empleos, sitúan los sueldos de la categoría de cocinero entre los 1.100 y los 1.300 euros mensuales.

Frente a esta realidad, Venteo contrapone la de los trabajadores de grandes franquicias de comida rápida. "En muchos casos se suele entrar sin una formación previa, con procesos automatizados y jornadas mucho más reguladas", señala.

El dato también tiene respaldo: según el convenio colectivo propio de McDonald’s España, un trabajador base a jornada completa percibe un salario en torno a los 1.200 euros brutos mensuales, al que se suman complementos por nocturnidad, festivos y antigüedad.

Además, estas empresas suelen ofrecer horarios más definidos, descansos pautados y condiciones más fácilmente fiscalizables que las que se viven en los restaurantes independientes o de autor.

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Esta equiparación salarial, pese a las diferencias en formación, experiencia, exigencia y condiciones de trabajo, plantea una pregunta legítima que Venteo lanza al aire: "¿Estamos realmente valorando el esfuerzo, el talento y la formación? ¿O simplemente pagando por cubrir turnos?".

Su crítica no es un ataque al trabajo en franquicias, "todo trabajo es digno", aclara, sino una denuncia al desequilibrio entre lo que exige el sector de la alta cocina y lo que ofrece a cambio.

En palabras de Venteo: "¿Cómo es posible que un chef que sueña con trabajar en restaurantes de estrella Michelin esté ganando lo mismo que alguien que ve este trabajo como algo temporal?".

Es una reflexión que interpela no solo al sector gastronómico, sino al modelo económico que rige muchas industrias creativas y vocacionales, donde el prestigio simbólico parece justificar la precariedad.

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España sigue siendo un país donde la hostelería representa casi el 6% del PIB, pero cuyas condiciones laborales distan mucho de ese peso económico.

Precisamente, el propio Ministerio de Trabajo ha señalado en informes recientes que el sector hostelero concentra algunos de los índices más altos de rotación, temporalidad y fraude en la contratación.

"¿Estamos fallando como industria? ¿Se premia la excelencia o solo la productividad?", reflexiona Venteo al final del vídeo.