Salud

Radiografía de la fecundación in vitro en España: la técnica se dispara un 27% desde 2014

Según las cifras de la Sociedad Española de Fertilidad, en los últimos seis años se han realizado 948.913 ciclos en las clínicas de nuestro país. 

17 junio, 2023 03:55

España será el primer país del mundo en el ránking de los más longevos para el 2040, tal y como ha pronosticado la Universidad de Washington. Este futurible liderato se debe, por un lado, a que la esperanza de vida cada vez es mayor; pero también a que, por otro, los nacimientos caerán un 14,2% entre 2022 y 2036, con respecto a los 15 años previos, como apuntan desde el INE en sus Proyecciones de Población 2022-2072. Una caída de la tasa de natalidad que se contrapone a las técnicas de reproducción asistida, que han ido en aumento en nuestro país desde hace 10 años.

El boom de esta técnica en España queda recogido en el Registro Nacional de Actividad en Reproducción Humana Asistida que elabora cada año la Sociedad Española de Fertilidad —en colaboración con el Ministerio de Sanidad— desde 2014. Los registros muestran una tendencia al alza de esta alternativa, a la que acuden cada vez más mujeres debido, en parte, a que deciden retrasar la edad de maternidad. Así, las técnicas de reproducción asistida se han incrementado un 15,2% entre 2014 y 2019.

Por su parte, en 2020, que es el último año del que se tienen cifras oficiales, se produjo el peor registro desde 2013, con un total de 152.236 tratamientos de reproducción asistida. Aunque en aquel año, eso sí, no se recogió la práctica totalidad de los tratamientos que se realizan en todas las clínicas en España, como sí se lleva haciendo desde 2014.

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"El año 2020 fue horrible en todos los sentidos. Y, por supuesto, tuvo una repercusión negativa en las clínicas de reproducción asistida", apunta el doctor Luis Alfonso De la Fuente, especialista en Ginecología y Obstetricia en el Instituto Europeo de Fertilidad. "En nuestro caso, tuvimos que detener la actividad durante dos meses por la seguridad del paciente, en primer lugar; y también porque una parte importante del aparataje lo trasladamos a los centros de atención de pacientes Covid", rememora en declaraciones a este periódico.

La FIV, al alza

En el caso de la fecundación in vitro, el incremento resulta aún mayor. Así, si en 2014 el número de ciclos realizados fue de 116.688, en 2019, fue de 148.165; es decir, un aumento del 26,97% entre ambos años. Junto a las cifras de 2020, que cayeron hasta los 127.420 ciclos, en los últimos seis años registrados se llevaron a cabo un total de 948.913 ciclos de FIV.

La fecundación in vitro aumenta fundamentalmente porque es la técnica que más posibilidades de embarazo ofrece, según De la Fuente. "Dejando a un lado, eso sí, la donación de óvulo, cuyo porcentaje de embarazo alcanza el 60% después de una primera transferencia embrionaria", matiza.

El éxito de esta técnica, que ha crecido hasta un 154% desde 2010 hasta 2019, no es el único motivo que el especialista encuentra: "También influye que se trata de una técnica que es aplicable a un mayor número de los pacientes que acuden a las consultas, porque cada vez vemos más que el principal problema es la edad de la mujer".

Este retraso en la búsqueda de la maternidad, de hecho, provoca que en mujeres mayores de 38 años indiquen directamente la fecundación in vitro. "Cualquier otra técnica más sencilla, como es la inseminación artificial, tendrá muy pocas posibilidades de embarazo en este tipo de pacientes", explica De la Fuente.

Que cada vez sea más aplicable a un mayor número de parejas también se debe a que existen ciertas variantes de la FIV: la FIV con óvulos de donante, la FIV con donante de semen, la FIV con doble donación o el conocido como método ROPA, que suele utilizarse por parejas de mujeres.

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Además, en los ciclos de fecundación in vitro se necesitan una menor cantidad de espermatozoides para conseguir un embarazo. "En cambio, en la inseminación artificial el número que se requiere es mayor y a veces no tenemos suficientes espermatozoides como para poder llevarla a cabo", señala De la Fuente. 

El problema de la edad

La edad media de la maternidad en España ha aumentado casi un 4% en los últimos años, pasando de los 31,44 en 2011 a los 32,61 en 2021, según las cifras del INE. Esta subida, sin embargo, no se percibe en los ciclos de fecundación in vitro. Así, en las pacientes menores de 35 años los ciclos de FIV fueron 15.882 en 2014, mientras que en 2019 fue de 13.523.

El único grupo poblacional en el que la tendencia se mantiene durante el mismo período de tiempo es el de mayores de 40 años, con una diferencia de 91 ciclos. En lo que respecta a las mujeres de entre 35 y 39 años, el descenso no es tan apreciable como en las menores de 35 años, un 10% frente a un 14%, respectivamente. Aun así, las pacientes de entre 35 y 39 años sigue siendo el grupo mayoritario, representando un 47% de los ciclos de fecundación in vitro e inyección intracitoplasmática de espermatozoides que se realizaron en 2020.

"Ahora ha bajado, pero hemos tenido meses en los que la media de edad de las pacientes en la clínica ha sido de 42 años. A esa edad es muy difícil que podamos hacer algo", lamenta De la Fuente. Es por ello por lo que este doctor recomienda la congelación de óvulos: "No quiero agobiar a nadie, pero cuando alguien se plantea diferir su maternidad debe valorar esta posibilidad". En especial, aquellas mujeres que no aceptarían utilizar óvulos de una donante menor de 30 años, que supone la única alternativa para conseguir un embarazo por encima de los 42 años.

De la Fuente también señala que el aumento de la fecundación irá acompañado del diagnóstico genético preimplantacional. Se trata de una técnica complementaria a la FIV con la que realizar el estudio genético de una condición concreta del embrión antes de ser transferido al útero. "Hace años el embarazo era lo principal, ahora ya no lo es. El niño sano se ha convertido en la prioridad", apunta el doctor.

La ausencia del diagnóstico genético preimplantacional es "uno de los errores" que De la Fuente encuentra en la Ley sobre técnicas de reproducción humana asistida aprobada en España en 2006. "Hay que actualizarla, ya que se ha quedado obsoleta. Además de incluir nuevos tratamientos, se deben corregir cuestiones como la equiparación de un óvulo a un embrión", denuncia el especialista en Ginecología y Obstetricia.

Nuevos modelos de familia

Las técnicas de reproducción asistida también suponen un reflejo del cambio de sociedad, como demuestran los ciclos de inseminación artificial que se han realizado en España desde 2014 hasta 2019, los cuales han experimentado una caída del 18%. Sin embargo, en el registro de la SEF se diferencian dos tipos: la inseminación artificial con el semen de la pareja (IAC) y la inseminación artificial con el semen de donante anónimo (IAD).

Este último tipo ha experimentado una subida de 1.591 ciclos, a diferencia de lo que sucede con la inseminación artificial con el semen de la pareja, que ha caído un 38,2% en los últimos seis años registrados, pasando de los 40.177 ciclos de IAC en 2014 a los 24.816 en 2020.

"La inseminación artificial de semen de donante sube porque cada vez más mujeres sin pareja acuden a los centros de reproducción asistida y necesitan un semen de banco", valora De la Fuente. "Sucede igual con las parejas de mujeres. Así, estos dos modelos de familia, relativamente nuevos, hacen que este procedimiento haya aumentado", prosigue.

Y no sólo eso. En la inseminación artificial con semen de pareja las posibilidades de embarazo son menores, en comparación con otras técnicas como la propia FIV. "Cada vez lo indicamos menos porque tenemos en cuenta que el 40% de los casos de fallo de reproducción asistida se deben a la alteración de los espermatozoides". Esto requeriría número de espermatozoides que en muchos casos no se podrían proporcionar, tal y como reclama este doctor.

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De la Fuente descarta que las técnicas de inseminación artificial se vayan a convertir en el bote salvavidas de la natalidad en España. "No sé si podremos llegar a decir eso, pero no cabe duda de que cada vez más el porcentaje de niños que nacen después de una técnica de reproducción asistida es mayor con respecto a los nacimientos en general. Esto contribuye, de una forma más o menos significativa, a que la natalidad se siga manteniendo", concluye el doctor.