Fachada de la sede de Lilly.

Fachada de la sede de Lilly. Reuters

Salud

El 'milagro' de orforglipron: la pastilla que va a cambiar el tratamiento de la obesidad y aspira a romper el mercado

A priori, se trata de una opción más fácil de utilizar y posiblemente más barata, lo que amenaza el reinado de Ozempic.

Más información: El Ozempic más allá de la obesidad: "Es el primer fármaco 'influencer' de la historia"

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Ozempic, Wegovy y Mounjaro son nombres de sobra conocidos en la sociedad actual, ya que se han consolidado como productos líderes para tratar la diabetes y la obesidad.

Sin embargo, la ciencia sigue avanzando y la posibilidad de que tengan un competidor está cada vez más cerca.

Todos estos medicamentos se emplean en forma de inyección, pero la farmacéutica Eli Lilly trabaja en el desarrollo de una pastilla con el mismo efecto: orforglipron.

A priori, se trata de una opción más fácil de utilizar y posiblemente más barata, lo que ha llevado a algunos a plantearse si puede acabar con el reinado de estas inyecciones.

Cristóbal Morales, endocrinólogo del Hospital Vithas Sevilla y miembro de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), prefiere hablar de coexistencia en lugar de competencia porque ambas opciones están destinadas a "perfiles de paciente diferentes".

Aun así, el experto reconoce que la facilidad de administración puede hacer que haya pacientes que prefieran cambiar de las inyecciones a estas pastillas.

Se toma solo un comprimido al día, explica Morales. Ozempic y el resto de fármacos de este tipo se administran mediante una inyección semanal.

Si esta nueva opción llega al mercado, serán los propios pacientes los que puedan elegir el fármaco que les parezca más cómodo de utilizar, cuenta Morales. Otra ventaja de estas pastillas es el mecanismo de acción.

Orforglipron es un agonista de GLP-1, igual que Mounjaro y Ozempic. La diferencia es que utiliza una molécula química, no un péptido (fragmentos de proteínas), por lo que la absorción es más sencilla.

Democratizar los fármacos

Según los últimos resultados publicados por Eli Lilly, en su dosis máxima ofrece una pérdida media del 11,2% del peso corporal. Está por debajo de la potencia de las inyecciones.

Wegovy, de Novo Nordisk, ofrece de media una pérdida de peso alrededor del 17%. Mounjaro, de la propia Eli Lilly, alcanza niveles superiores y los pacientes reducen una media del 21% de su peso, siempre usando la dosis máxima.

Esta diferencia de potencia no implica algo negativo, explica Morales. Él lo ve más como una oportunidad para tener una doble ventana en el tratamiento de la obesidad.

El objetivo es personalizar todo lo posible el tratamiento de cada paciente y algunos pueden no necesitar un fármaco con tanto efecto como Ozempic.

El endocrinólogo lamenta que con estos pacientes "siempre se llega tarde" en diagnóstico y tratamiento. Los comprimidos que está desarrollando la farmacéutica estadounidense pueden ser útiles para tratar a personas en fases más incipientes de la obesidad.

De esta forma, el experto cree que se puede dotar al sistema médico de más herramientas para reducir las tasas de obesidad, que se espera que en 2050 afecten a 3.800 millones de personas en el mundo.

El otro aspecto que pueden facilitar las pastillas es el económico. El endocrinólogo espera que puedan llegar al mercado a un precio más bajo que las inyecciones, ya que el desarrollo de un comprimido es mucho más barato que el de una inyección como Ozempic.

Esto podría ayudar a democratizar el uso de este tipo de fármacos para la obesidad y la diabetes tipo 2, que ahora mismo están muy sujetos a la capacidad económica de cada paciente.

Este aspecto, sumado a la comodidad de uso, puede ser la solución al problema de adherencia que tienen estos medicamentos. Un estudio publicado esta semana ha mostrado que más de la mitad de los pacientes que usan Ozempic lo abandonan en un año. "La principal causa es económica", lamenta Morales.

En España ,estos productos están financiados por el sistema público para su uso contra la diabetes tipo 2, pero no contra la obesidad. "Tengo pacientes que me dicen que ojalá fueran diabéticos para poder costearlo".

Un uso inadecuado

Solo Ozempic está financiado. Wegovy, de Novo Nordisk, y Mounjaro, de Eli Lilly, no cuentan con esa prestación. En el primero, el precio oscila entre los 180 y los 200 euros. El coste del segundo es todavía mayor; hay que pagar entre 271 y 358 euros por cada inyección.

El hecho de que aparezca un competidor podría facilitar que disminuyan los precios de las inyecciones, considera Morales, aunque se mantiene cauto con ello.

En España ya se utiliza una pastilla para tratar la diabetes tipo 2, Rybelsus, de la farmacéutica Novo Nordisk. Es semaglutida, el mismo principio activo de Ozempic y Wegovy, y se vende al mismo precio que las inyecciones, matiza el experto.

Además, su administración es más complicada. Hay que tomarla en ayunas, con agua, y no se puede comer hasta media hora después, como ya contó EL ESPAÑOL en un artículo el pasado abril.

Uno de los mayores temores de Morales es que esa comodidad en la administración del tratamiento y la mayor accesibilidad si se comercializa a un precio más bajo pueda aumentar el riesgo de uso inadecuado.

Es decir, las personas que recurren a estos fármacos, no por necesidades médicas, sino porque lo ven como una solución para bajar de peso de forma fácil. 

"Creo que ahí las pastillas sí van a pegarle un gran bocado en el mercado a las inyecciones", teoriza. El endocrinólogo insiste en que estos tratamientos no son la solución a la obesidad, algo simplemente para bajar de peso. 

Solo es efectivo si se acompaña de hábitos saludables, de ejercicio físico y una nutrición adecuada. Sin eso, no sirven para nada. "No son para hacer una operación bikini. En un uso inadecuado, vas a perder peso, masa muscular y vas a entrar en una dinámica muy peligrosa de 'efecto yo-yo' constante".

¿Qué supone para las farmacéuticas?

En la carrera por encontrar una píldora con el mismo efecto que las inyecciones de Ozempic, Eli Lilly no es la única empresa. También van tras ello compañías como AstraZeneca, Pfizer, Roche y la propia Novo Nordisk, entre otras.

Sin embargo, la compañía estadounidense es la que lleva el trabajo más avanzado, según contó el diario The New York Times hace unos meses. Incluso, parece que Eli Lilly puede adelantar a la empresa danesa, que sacó Ozempic al mercado.

Los títulos de Novo Nordisk se devaluaron un 45% en lo que va 2025, llegando a costar únicamente 47 euros por acción.

A principios de verano, Eli Lilly anunció que esperaba que en 2031 la venta de orforglipron les reportara un beneficio de más de 12.000 millones de euros.

"El primero que sale al mercado siempre tiene una ventaja competitiva", expone Morales, que cree que la salida al mercado de orforglipron puede incentivar al resto de compañías a investigar para sacar una alternativa mejor.

Aun así, el endocrinólogo recuerda la dificultad que supone encontrar moléculas válidas para desarrollar estos fármacos. "Solo llega al mercado 1 de cada 10.000 investigadas"..

Morales hace hincapié también en que ser líder no es tan sencillo. Aunque Eli Lilly consiga lanzar al mercado una molécula "muy buena", las demás empresas siguen investigando, por lo que "puede aparecer una mejor y borrarla del mercado".

Lo positivo de esta competencia es que incita a las compañías a investigar para ofrecer el mejor producto a los pacientes. "El tiempo pone a cada molécula en su sitio".