La farmacéutica Eli Lilly avanza en el desarrollo de una píldora con un efecto similar al Ozempic.

La farmacéutica Eli Lilly avanza en el desarrollo de una píldora con un efecto similar al Ozempic.

Salud

La pastilla para perder peso que puede destronar a Ozempic: consigue pérdidas de hasta 20 kilos en unos meses

El compuesto orforglipron muestra resultados prometedores, aunque no alcanza la potencia de inyecciones como Ozempic y Mounjaro.

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El concepto de agonistas de GLP-1 puede resultar raro cuando se menciona y sonar casi a terapia desconocida. Sin embargo, las palabras Mounjaro, Ozempic o Wegovy ya forman parte completamente del imaginario colectivo y son utilizadas por cada vez más personas.

No obstante, puede que pronto les aparezca un competidor. La carrera por lograr el mismo efecto a través de comprimidos se está librando y parece que ya hay un candidato aventajado. Un ensayo con una pastilla diaria para bajar de peso ha mostrado su eficacia para reducir hasta un 20% el peso corporal.

Se trata del compuesto orforglipron, de la farmacéutica Eli Lilly. En un ensayo en el que participaron 3.127 adultos, casi el 20% de quienes lo tomaron en su dosis más alta perdió una quinta parte de su peso tras 72 semanas de uso.

"Ninguna terapia oral previamente había tenido tan buenos resultados", celebra Cristóbal Morales, endocrinólogo del Hospital Vithas Sevilla y miembro de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO).

Los autores también destacan beneficios del tratamiento en parámetros cardiometabólicos: mejoró la presión arterial y se redujeron la circunferencia de la cintura, los niveles de colesterol malo y los triglicéridos.

Por otro lado, la mayoría de los participantes que tenían prediabetes al inicio del ensayo normalizaron sus niveles de glucemia después de finalizar el periodo de estudio, comentan los autores en el texto.

Al igual que las inyecciones, como Ozempic y Mounjaro, orforglipron es un fármaco agonista de GLP-1, una hormona que ayuda a controlar los niveles de glucosa en la sangre. Ayuda a regular los niveles de glucosa, reduce el apetito y aumenta la saciedad, explica el experto sevillano.

En el ensayo participaron 3.127 adultos de nueve países distintos que se dividieron en varios grupos, según la dosis del medicamento que tomaban: 6, 12 o 36 miligramos como máximo. También había un cuarto grupo que recibió un placebo para poder hacer una comparación más amplia.

Todos los participantes contaban con un Índice de Masa Corporal mayor de 30, considerado obesidad. Los resultados se han publicado esta misma semana en la revista New England Journal of Medicine. Además, se han presentado en la reunión anual de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes en Viena, Austria.

Tras esas 72 semanas, la reducción media de peso para cada grupo fue del 7,5%, 8,4% y 11,2%, respectivamente, para cada dosis de orforglipron. El grupo del placebo solo obtuvo una disminución del 2,1%.

Morales señala que la pérdida del 20% puede corresponderse más con pacientes que obtienen una hiperrespuesta (un resultado bastante superior a la media). Aun así, el endocrinólogo resalta que los porcentajes de reducción que se han logrado de media no son nada desdeñables.

Cuestión de potencia

La efectividad de estas píldoras todavía no alcanza la de las inyecciones. En dosis máximas, Wegovy, de Novo Nordisk, ofrece de media una pérdida de peso de entre el 16% y el 17%. Mounjaro, de la propia Eli Lilly, alcanza niveles superiores y los pacientes reducen una media del 21% de su peso.

Sin embargo, Morales destaca que en esta cuestión "no todo es potencia". El endocrinólogo expone que hay que valorar la situación de cada paciente y que algunos pueden no necesitar fármacos con tanto efecto. "Una pérdida de peso del 10 al 12% a muchas personas les puede venir bien".

En este sentido, cree que orforglipron puede ser muy útil para personas con una obesidad incipiente, que justo comienzan a ganar peso y que todavía no han desarrollado un exceso muy alto de grasa. "Ahí no hace falta tanta potencia".

Por otro lado, el compuesto desarrollado por Eli Lilly no es un péptido (una proteína), sino una molécula química, lo que favorece su absorción en el cuerpo, una ventaja frente a las inyecciones.

Además, por lo general, las pastillas son más cómodas que las inyecciones, ya que no necesitan frío para su conservación. Asimismo, el desarrollo de un comprimido es mucho más barato que el de una inyección como Ozempic, por lo que cabría esperar que su precio de venta fuera inferior.

Venderlo a un precio más bajo también puede ayudar a "democratizar su uso" y favorecer el acceso para los pacientes que pueden necesitarlo, pero que no lo emplean porque no pueden costear el tratamiento.

Morales también hace hincapié en que tomarse una pastilla resulta más cómodo, ya que un estudio publicado esta semana ha mostrado que más de la mitad de los pacientes que usan Ozempic lo abandona en un año. Utilizar una píldora puede ser una buena forma de mantener esa asiduidad en el uso.

Estas pastillas todavía no han sido aprobadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) ni por la Agencia Europea del Medicamento (EMA). Sin embargo, la farmacéutica ya dijo hace meses que estaba guardando reservas del fármaco, ante la enorme demanda que esperan que tenga cuando consigan sacarlo al mercado.