Dr. Joseph-Ignace Guillotin

Dr. Joseph-Ignace Guillotin

La Jungla / Social

Dr. Guillotine: el opositor a la pena de muerte que dio nombre a la guillotina

En la Jungla. Joseph Ignace Guillotin pasará por haber dado nombre a una de las máquinas de ejecutar más famosas de la historia. Sin embargo, su intención era hacer la pena de muerte más humana, rápida e indolora.

19 octubre, 2017 21:29

Dr. Guillotin podía haber sido el nombre de un villano de Marvel, y más si tenemos Joseph Ignace Guillotin dio nombre a la guillotina, maquinaria que fue sinónimo de la pena de muerte durante todo el Siglo XVIII. Esto puede dar lugar a malinterpretar la figura del cirujano, que lejos de la imagen de sádico que su nombre y vinculación con la máquina de la muerte puede crear, lo cierto es que él estaba en contra de la pena de muerte. Además, lo cierto es que, en contra de lo que cuenta la leyenda, Guillotin no inventó la guillotina ni murió por ella.

Antes de 1792, cuando la guillotina fue usada por primera vez en Nicolás Jacques Pelletier –un bandido-, la mayoría de reos eran ejecutados en la horca, o la rueda, incluso el desmembramiento, métodos que incluían una buena dosis de sufrimiento y agonía. En Francia, la decapitación por espada o hacha estaba limitada a la nobleza, un método mucho más rápido. Sin embargo, en muchos casos tampoco era más efectivo, ya que cuando te van a decapitar la gente tiende a moverse, dificultando que el verdugo de en el blanco y proporcionando un espectáculo dantesco. Hay que tener en cuenta también que las ejecuciones eran, en aquel momento, un espectáculo público.

Lo que quería Guillotin era, precisamente, cambiar eso.

La guillotina, una muerte más humana 

En 1789 fue nombrado diputado en la Asamblea Constituyente en París, donde se propuso humanizar la pena de muerte. Él era contrario a esta práctica, sin embargo consideraba utópico su abolición en ese momento y veía la minimización del dolor y del sufrimiento de los condenados debía ser el principio del final de estas condenas. Además, luchó por hacer de las ejecuciones eventos privados.

Sin embargo, tardó dos años en lograr que su propuesta de que todos los ejecutados en Francia debían ser decapitados. Guillotin no inventó la guillotina, como muchos creen, sino que propuso su uso y su mejora. Máquinas similares habían sido usadas en Bohemia, Escocia e incluso en la antigua Roma. A propuesta de Guillotin, el secretario de la Academia de Cirugía Antoine Louise, con la ayuda del verdugo de París Charles-Henri Sanson, la perfeccionó, siempre con el objetivo de minimizar el sufrimiento en mente.

La guillotina fue usada en Francia hasta el 10 de septiembre de 1972, cuando Hamida Djandoubi –condenado por secuestrar, torturar y asesinar a su exnovia- fue ejecutado.

Guillotine no murió en la guillotina

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Una de las leyendas acerca de Guillotine es que murió en su propia creación. Sin embargo eso no es, en absoluto, cierto. Pudo haberlo sido, ya que fue uno de los muchos encarcelados en los últimos días de El Terror, después de que encontrasen una carta suya en el domicilio de un noble, el Conde de Mere, que sí fue decapitado. Fue interrogado acerca de la localización de la mujer y los hijos del conde, pero al no tener tal información –o negarse a darla- acabó preso y quizá en la guillotina de no haber sido por la caída de Robespierre.

Murió en 1814 debido al carbunco. La confusión se debe, probablemente a la ejecución en Lyon de un doctor con el que compartía apellido. De hecho, cuando la palabra guillotina comenzó a popularizarse para referirse al letal aparato, la familia pidió al gobierno francés  que cambiase el nombre, pero no lo lograron y, finalmente, fueron ellos quienes tuvieron que cambiar su apellido.