Tony Hidalgo con la botella de aceite contaminado.

Tony Hidalgo con la botella de aceite contaminado.

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Tony Hidalgo destapó la estafa del aceite andaluz contaminado: avisan de que no lo consumas

“Pensé: ‘Madre mía, qué fuerte huele este aceite’, pero mi marido me dijo que a lo mejor era porque era más puro", cuenta esta vecina de Almendralejo a EL ESPAÑOL. 

15 marzo, 2023 02:43

La historia no tiene nada de excepcional, pero podría haber acabado en tragedia, como se ha comprobado en otras ocasiones. Tony Hidalgo, vecina de Almendralejo, en Badajoz, hablaba hace unos días con una conocida sobre cómo había subido el precio del aceite. Su interlocutora le comentó que ella lo compraba en una nave de Aceuchal, una localidad cercana, por algo menos que en el supermercado. La caja con tres garrafas de cinco litros costaba 57 euros. A 3,8 el litro. El ahorro empujó a esta mujer de 44 años con dos hijos a sumarse a la clientela de un aceite que acaba de ser denunciado por fraude por Dirección General de Salud Pública del Servicio Extremeño de Salud (SES).

Ella encargó cinco cajas, incluyendo un pedido de su hermano y su madre. En total, calculó, cada botella de cinco litro le saldría por unos 4 euros más barata. Al recogerlas, aún le quedaba aceite de otra compra. Así que no fue hasta el lunes, 13 de marzo, cuando abrió la primera garrafa y la usó para unas lentejas. “Pensé: ‘Madre mía, qué fuerte huele este aceite’, pero mi marido me dijo que a lo mejor era porque era más puro y se notaba en la sartén”, rememora Hidalgo en conversación telefónica con EL ESPAÑOL y después de hablar con el diario Hoy de Extremadura. 

“Olía mucho, muy fuerte, y eso me hizo dudar”, insiste, “pero luego en la comida no se notaba”. De hecho, ella se dio cuenta de que era un ejemplar fraudulento por lo que le dijeron los demás y lo que fue viendo: la Junta de Extremadura había emitido recientemente una alerta sanitaria sobre el producto, alegando que “presentaba características organolépticas alteradas que no eran compatibles con el procesado de aceite de oliva virgen de calidad”. En principio, podría ser solo un problema de etiquetado: lo que se ofrecía como algo sin ninguna transformación, de mayor calidad, estaba adulterado.

Y no solo ocurría en el caso de Tony Hidalgo, que había adquirido ejemplares de la marca Acebuche. Este presunto fraude se encontraba en otras ocho compañías como ‘Virgen del Guadiana’, ‘Cortijo del Oro’, ‘La Campiña de Andalucía’, ‘Galiaceite 2022’, ‘La Abadía’, ‘Villa de Jerez’, ‘Don Jaén Aceite 2019’ e ‘Imperio Andaluz’. La venta se paralizó y se advirtió a los consumidores de que no utilizaran ninguno de estos aceites. “Me enteré, miré cuál era el mío y, efectivamente, me había tocado. Pero no nos pasó nada. En mi casa habíamos probado muy poco, pero mi hermano y mi madre sí que ya habían tomado media garrafa. Lo que creíamos es que era un problema del nombre, que en lugar de ser ‘virgen extra’ era solo de oliva”, detalla la almendralejense.

Pero este lunes, la alarma se ha ampliado. El SES no solo ha inmovilizado 18.000 litros de estas empresas, sino que en un primer análisis de diferentes muestras ha encontrado una mezcla de “aceite lampante con aceite refinado”. Es decir, que existe una contaminación con otros tipos de menor calidad. “Este resultado supone un delito contra la salud pública y se dará traslado a la justicia”, señalan en un comunicado enviado desde la Junta de Extremadura, donde se aumenta la trampa a dos marcas más, ‘La Esmeralda’ y ‘Vareado’.

Villa de Jerez, uno de los aceites contaminados.

Villa de Jerez, uno de los aceites contaminados.

“Aquí ya hay más gente que me ha preguntado o que había comprado y ahora está viendo qué pasa”, confiesa Hidalgo. Ella ya ha apartado sus garrafas y espera que le devuelvan el dinero: “Consumirlo no lo voy a consumir, pero quiero que me devuelvan el dinero, que son casi 20 euros por 15 botellas”, protesta. En cuanto se enteró, fue al centro de salud y avisó a sus familiares. “La médica nos dijo que no lo tomáramos. Estaba un señor en mi misma situación y explicó que, en su caso, el aceite parecía agua. No tenía consistencia ni nada, pero que no le sabía mal”, arguye.

Hidalgo respira cuando se da cuenta de que ni ella o su marido, ni su madre (con 74 años), ni sus hijos (con 17 y 10) han tenido efectos nocivos. “Ni mi hermano, que también se había tomado bastante”, aduce, hilando algunas pistas: “Lo que sí estamos observando ahora es que, por ejemplo, una sobrina mía se quejaba porque no le gustaba crudo, en tostadas o en la ensalada”. La consumidora alega que no creía que el aceite fuera de peor calidad y achacaba el precio a que se comercializaba en un almacén. “Y mi compañera no me dijo nada raro, ni era de alguien que lo vendiera de repente”, puntualiza.

Su elección se debía al alza del coste en los alimentos y la necesidad de salvar unos cuantos euros. Según ha publicado este martes el Instituto Nacional de Estadística (INE), el Índice de Precios de Consumo (IPC) subió en febrero hasta un 6%. El organismo estima que la cesta de la compra ha aumentado un 16,6%, a pesar de las medidas adoptadas por el Gobierno, como la rebaja del IVA en algunos productos. Los datos también muestran que la inflación se incrementó una décima con respecto a la cifra registrada en enero, llegando al 6,6% y encadenando un segundo mes de ascenso. Su valor es el más alto desde noviembre de 2022, cuando el IPC alcanzó el 6,8%.

A la alerta del servicio de salud extremeño le precedía la de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). Desde las autoridades sanitarias de Andalucía pertenecientes a este organismo nacional se especificó que se estaba envasando aceite sin número de registro sanitario y distribuyéndolo por la Comunidad Autónoma de Extremadura. Estas partidas se situaban “fuera del control oficial”, matizaron, haciéndolo extensible a “cualquier aceite mal etiquetado procedente de las empresas andaluzas”, para que se procediera “a la inmovilización cautelar”. Una orden que paralizó botellas de “establecimientos, almacenes distribuidores, mercadillos, gasolineras, etcétera”, según indican.

Cortijo del oro, uno de los aceites contaminados.

Cortijo del oro, uno de los aceites contaminados.

Desde la Junta de Extremadura, sin embargo, descartan que los ejemplares hayan llegado a grandes superficies. Y algunos medios locales han recogido declaraciones de otros vecinos que compraron alguna de estas botellas a gente de confianza o de consistorios que han solicitado información sobre esos locales y las adquisiciones particulares que podrían estar adulteradas.

Javier Sánchez Perona, científico titular del CSIC, analiza en un artículo de EL ESPAÑOL la peculiaridad del aceite de oliva virgen extra y el porqué de su valor. “Se extrae únicamente por procedimientos mecánicos a partir de la aceituna y no sufre ningún proceso de refinación, lo que le otorga una calidad excepcional”, argumenta. Sánchez añade que los componentes beneficiosos de este tipo de aceite residen en elementos como el ácido oleico, los fenoles como el hidroxitirosol, los esteroles y los tocoferoles, también conocidos como vitamina E. Aparte del escualeno, el β-caroteno, los triterpenos, los pigmentos o los alcoholes grasos.

Ingredientes que han podido ser manipulados en este lote fraudulento. Y que a Tony Hidalgo ahora no le preocupan. Ella está tranquila porque nadie ha sufrido problemas de salud, aunque aún piensa en cómo recuperar el dinero y en qué hacer con la botella que tiene apartada en la cocina, de la que manda una foto. “Menos mal que a nadie le ha pasado nada”, resopla después de esa conversación mundana que no ha terminado en desastre, como aquel envenenamiento con aceite de colza de hace cuatro décadas o la contaminación de más de 200 personas por una carne mechada intoxicada, en 2020.