Begoña Villacís saluda a Martínez Camino, obispo auxiliar de Madrid, este viernes en la procesión de San Blas de la capital.

Begoña Villacís saluda a Martínez Camino, obispo auxiliar de Madrid, este viernes en la procesión de San Blas de la capital. Eduardo Parra EP

Reportajes

El 'cuentaCiudadanos' del PP llega ya a 167 y Villacís se encomienda al Altísimo en San Blas

El PP podría anunciar en los próximos días los fichajes de los vicealcaldes naranjas en Oviedo, Zaragoza y Alicante. "No quieren que lleguemos vivos a las generales", sospechan en Ciudadanos.

4 febrero, 2023 02:26

Begoña Villacís practicó la penitencia este viernes. Fue en el madrileño barrio de Canillas, donde San Blas es sacado en procesión cada 3 febrero. No fue un paseo electoral: lució un gesto sobrio. Aunque la devoción de la estampa invite a pensarlo, nada dijo sobre la posibilidad de que aquello fuera un acto de contricción con Ciudadanos. La vicealcaldesa de Madrid apuró los penúltimos selfies con la cara de a quien le puede quedar poco como vicealcaldesa. Está la cosa como para sacar más de 80.000 votos.

Villacís se encomendó al santo de los canilleros para cerrar una semana, la más trascendental de su carrera política, saldada de una manera engorrosa. Frenada personalmente su entrada en el PP por Isabel Díaz Ayuso, los compañeros de partido le desaparecen como en Los Soprano los personajes secundarios.

Todos corren en desbandada. Y en Génova han instalado un contador que cada día suma las disidencias de quienes amenazaron con el sorpasso hace sólo cuatro años. "Todos no tendrán hueco", tal es el furor. Tras el fichaje de Ruth Merino, ex portavoz naranja en las Cortes Valencianas, son 167 los cargos con perfil "medio o medio-alto" captados por el PP desde la llegada de Alberto Núñez Feijóo.

[Ayuso frenó con una frase en Génova la 'operación Villacís' que Bendodo comenzó hace cinco meses]

Los territorios notifican las incorporaciones y Elías Bendodo los suma a un documento interno guardado a buen racaudo en la sala de máquinas. Feijóo optó por la estrategia de exhibir los números, pero no los informes de sus fontaneros. Son tantos que los concejales o militantes en municipios más pequeños no están contabilizados. Puntualizan en la dirección nacional de los populares que no se trata de un OPA hostil, sino que son ellos los que llaman.

Es la última gran evasión de Ciudadanos al PP. El congreso de refundación y la proximidad de las elecciones municipales y autonómicas no ha hecho sino acelerar el proceso. "En las próximas semanas va a haber una desbandada a lo bestia", augura a EL ESPAÑOL alguien que ya cambió el naranja por el azul. "Pinta muy mal", se lamenta un diputado que, como los violinistas del Titanic, se hundirá con sus siglas.

Inés Arrimadas junto a Begoña Villacís, el pasado 13 de enero.

Inés Arrimadas junto a Begoña Villacís, el pasado 13 de enero. Jesús Hellín EP

El PP podría anunciar en los próximos días las incorporaciones de Sara Fernández, vicealcaldesa de Zaragoza; Nacho Cuesta, vicealcalde de Oviedo; Mari Carmen Sánchez, vicealcaldesa de Alicante; Esteban Paños, portavoz de Ciudadanos en Toledo; o de Isabel Albás, teniente de alcalde en Córdoba. 

168... 169... 170... 171... 172...

Se trata de figuras municipales de la máxima importancia que, reconocen fuentes de la dirección liberal, apenas mostraron interés en la refundación del partido. "Todos esos que dices están sonando todo el rato dentro del partido. Cuando los llamaron en las primarias parecía que les daba igual lo que les estaban contando". 

La predisposición es máxima en muchas ocasiones. Más de 30 de los 176 fichajes que Feijóo ha pescado en el caladero naranja provienen de la victoria en Andalucía. Juanma Moreno integró en la Junta a las principales figuras de un partido absolutamente fagocitado. Juan Marín, su líder y vicepresidente autonómico, el primero. Aterrizó de la mano, entre otros, de Marta Bosquet, presidenta del Parlamento andaluz en la primera legislatura andaluza del PP. 

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Fuentes de la anterior dirección del PP aseguran que la incorporación de Marín se comenzó a fraguar en Málaga, todavía en diciembre de 2020. Quizás sea esa, la capacidad de frenar a Ciudadanos tras la embestida de abril de 2019 y la ambición desmesurada de Albert Rivera, el mayor éxito político de Pablo Casado. La intención de la nueva dirección es absorber lo que ya consideran un voto cautivo, un en torno al 3% del electorado que todavía vota a Ciudadanos.

Una sangría imparable

¿Cuál es el estado de ánimo entre los supervivientes? "El PP no quiere que lleguemos vivos a las generales", sostiene un alto dirigente naranja. Los partidarios de Edmundo Bal, la candidatura perdedora en la VI Asamblea General, celebrada hace tan sólo tres semanas, ven apuntaladas sus tesis frente a la opción oficialista que ganó. "Era la única opción de no ser un partido subalterno", estiman fuentes de su entorno. No es una opinión que lo predicho por el abogado del Estado se está cumpliendo. A Bal lo llaman a menudo militantes arrepentidos.

Porque la sugerencia lanzada por Begoña Villacís de ser una "corriente interna dentro del PP" ya fue uno de los runrunes aquel fin de semana de enero donde el partido, en un claro guiño a la UCD de Adolfo Suárez, incorporó el verde oscuro a sus señas. Un lavado de cara que parece un amortajamiento. O una reencarnación de los estertores del CDS.

Foto de familia de la nueva ejecutiva de Ciudadanos tras su VI Asamblea General, el pasado 14 de febrero, en Madrid.

Foto de familia de la nueva ejecutiva de Ciudadanos tras su VI Asamblea General, el pasado 14 de febrero, en Madrid. Jesús Hellín EP

El "miedo", reconocen, acecha ante una tendencia casi imposible de frenar. Saben que son pocos quienes, en caso de querer seguir en política, de ver todavía las vías por delante y no el humo por detrás, resistirían una propuesta del PP para integrarse en sus listas. En Génova sacan pecho de la inercia: "Los militantes de Ciudadanos encuentran un mayor referente en Feijóo que en Patricia Guasp".

La procedencia de los fichajes, además, sustenta el discurso moderado y centrista al que aspira el líder del PP. Ni Vox ni Ciudadanos son relevantes en Galicia, donde gobernó con mayoría absoluta durante cuatro legislaturas. "El PP es un partido de centro reformista y Ciudadanos también lo era", recordó, en pasado, Feijóo esta semana en Ondacero

[Feijóo: "Sin un pacto entre los constitucionalistas, nunca vamos a acabar con el independentismo"]

El líder del PP desempolvó la etiqueta acuñada por José María Aznar -centro reformista- en las vísperas de la 25 Interparlamentaria Popular que el partido celebra este fin de semana en Valencia. Feijóo se fotografiará entre Aznar y Mariano Rajoy, una imagen inédita durante la última década.

El puesto "es del partido"

Aunque, en contra del relato de Génova, no todos los fichajes llaman. Es el caso de Ruth Merino, que reconoció que fue Mazón quien la "llamó por teléfono" para convencerla. "Soy liberal, moderada y con talante negociador. Pero creo que estas características ahora solo encajan en el PP si el objetivo es que no haya cuatro años más de Gobierno de la izquierda", expuso Merino este jueves, durante su puesta de largo con el PP. 

¿Cómo se lo toman? Aseguran en Ciudadanos que respetan la decisión de quien decide fichar por el PP siempre y cuando se haga de manera adecuada. "La gente puede tener sus propios proyectos personales, pero no te puedes aprovechar del puesto que el partido te ha dado porque no es tuyo, es del partido", defienden. "Merino lo hizo bien: entregó su acta de diputada, volvió a la Inspección de Hacienda y fichó por el Partido Popular. Eso no se puede criticar, como en su día hizo Marta Rivera de la Cruz [consejera de Cultura de la Comunidad de Madrid]".

De ahí el gran malestar con Ignacio Gragera, alcalde electo de Ciudadanos en Badajoz, presentado como candidato popular para el próximo 28 de mayo. Gragera posó como uno más el pasado 22 de enero, durante la presentación de los candidatos del PP a las alcaldías de las capitales de provincia. "Lo sabíamos desde hace un año", se lamentan en Cs. 

Arrimadas, Villacís y Garicano

Son, o han sido, los mayores objetos de deseo. El futuro de Inés Arrimadas es otra de las X a despejar en el proceso de absorción. La diputada catalana se garantizó la permanencia como portavoz en el Congreso tras la victoria de Guasp aunque, entre los diputados naranjas, tan sólo el malagueño Guillermo Díaz la apoyo durante el proceso de primarias. Los otros seis diputados se sumaron a la candidatura del noveno: Edmundo Bal.

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El PP no esconde las ganas de ficharla. "Ella ha dicho que Ciudadanos o nada, pero si llaman a la puerta miraremos por la mirilla", tercian en Génova. Fuentes que conocen bien a la dirigente de Cs estiman que "se lo está pensando". Uno de sus compañeros en el Congreso no sabe qué va a hacer. Como Villacís, podría seguir teniendo las puertas abiertas de la "política nacional". "Las puertas abiertas al talento", según dicen en la dirección nacional del PP. 

Carlos Mazón, líder del PP valenciano, junto a Ruth Merino, ex portavoz autonómica de Cs, este jueves en Valencia.

Carlos Mazón, líder del PP valenciano, junto a Ruth Merino, ex portavoz autonómica de Cs, este jueves en Valencia. Jorge Gil EP

En el caso de Luis Garicano, quien fuera gurú económico de Rivera, su futuro más inmediato está ligado a la norteamericana Universidad de Columbia. Sólo una vez finalizada su relación laboral, el economista sería fichado por Feijóo, especialmente interesado.

Para el resto, advierten en Génova, su procedencia no será un fast past hacia una buena posición en las papeletas el próximo 28 de mayo. "No es lo mismo incorporarte al PP que incorporarte a las listas: al PP puede venir quien quiera a buscar inspiración política". A otros, como a la vicealcaldesa, no le quedan sino encomedarse a San Blas.