Sara Sálamo presenta 'En silencio, la resiliencia de Isco Alarcón'.

Sara Sálamo presenta 'En silencio, la resiliencia de Isco Alarcón'. Alejandro Ernesto

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Sara Sálamo: "Comparto con Isco los mismos valores sobre feminismo. Fue el primero en apoyar a Jennifer Hermoso"

La actriz y cineasta presenta 'En silencio', el documental con el que narra la travesía emocional de su marido tras su fractura de peroné.

Más información: Sara Sálamo, sobre el documental de su marido Isco Alarcón: "Jamás haría algo sobre mi vida en pareja"

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Sara Sálamo (Santa Cruz de Tenerife, 1992) ha decidido mirar donde casi nadie mira: el sufrimiento y la frustración del futbolista herido cuyo cuerpo y mente amenazan con no recomponerse jamás.

La actriz y cineasta convierte esa grieta en materia cinematográfica en En silencio, el documental con el que narra la travesía emocional de Isco Alarcón, su marido, tras su fractura de peroné, una lesión que dejó el año pasado en el dique seco al futbolista del Betis durante siete meses y que lo obligó a perderse la Eurocopa. Se recuperó, pero en agosto de este año, a sus 33 años, volvió a romperse.

Así, la actriz y cineasta se adentra en la intimidad de su marido y padre de sus hijos para contar no sólo su rehabilitación física, sino el vértigo emocional y la frustración de un jugador obligado a reconstruirse por segunda vez. Una mirada íntima, honesta, a veces dolorosa, capaz de capturar ese instante en el que el futbolista se niega a seguir grabando ya que no quiere mostrar el dolor anímico latente.

Es ahí, tras la máscara de la épica deportiva, donde la masculinidad frágil, a la que pocos se atreven a poner nombre, adquiere su significado.

"Isco intenta dar a entender que todo está bien, pero realmente está roto por dentro. Por eso me interesaba contar también cómo gestionan los hombres, y más si son futbolistas, los sentimientos por una cuestión completamente patriarcal… parece que se tienen que comer el dolor y no les dejan sufrir a gusto", explica Sálamo en una entrevista con EL ESPAÑOL.

Sara Sálamo, voz activa en feminismo y causas sociales, ha sido acusada de influir negativamente en el rendimiento de Isco. Por ello, ha soportado ataques machistas y etiquetas como "tóxica" o "podemita vegana".

"Lo que más me dolía era el desprecio y ninguneo hacia mi trabajo… parecía que todo mi mérito quedaba relegado a la persona con la que había decidido compartir mi vida", admite, aunque ahora lo vive "como un patio de colegio" donde "cada día toca volcar el odio contra alguien".

Mensajes de odio que la pareja combate de la mano. La cineasta y el futbolista comparten los mismos valores e ideas, quizá porque ambos vienen de raíces que los sostienen.

"No venimos de familias ricas… siempre somos conscientes del mundo real", asegura Sara. Valores de conciencia de clase y feminismo que llevaron a Isco a ser "el primer futbolista en pronunciarse apoyando a Jennifer Hermoso", recuerda Sara. "Si no fue consentido es un abuso de poder. Le mando todo mi apoyo a Jenni", manifestó entonces el ex jugador del Real Madrid.

Un acto de valentía en un mundo, el del fútbol, que juzga cada gesto que se salga de lo establecido. En este sentido, Sálamo recuerda que los futbolistas "tienen un pacto no escrito" que les exige prudencia a la hora de manifestar opiniones sobre temas políticos o sociales: "Detrás de ellos se mueve mucho dinero. Así que tienen que medir mucho lo que dicen. Aún así, por suerte, estamos viendo que cada vez más futbolistas se animan a dar su opinión", comenta.

Sara Sálamo presenta un documental sobre el resurgir de su marido tras una lesión.

Sara Sálamo presenta un documental sobre el resurgir de su marido tras una lesión. Alejandro Ernesto

Pregunta.– ¿En qué momento supo que la historia de la lesión y recuperación de Isco tenía que convertirse en un documental?

Respuesta.– Pues sucede al revés. Es el Betis el que decide hacer una especie de piezas audiovisuales contando la lesión, y a Isco se le ocurre que yo podría dirigirlas. Y yo, que estaba dando mis primeros pasos en la dirección, no lo acababa de ver. Pero lo medité y entendí que podría hacer algo más largo, en formato documental, y con total libertad creativa. Y me dijeron que sí. El Betis ha ayudado mucho a la hora de sacar adelante el proyecto.

P.– Dice que tuvo total libertad, pero, ¿hubo algún límite autoimpuesto a la hora de grabar en un espacio tan íntimo y cotidiano como su casa y a su pareja?

R.– Sí, en ningún momento quería sacar cuestiones morbosas. A nosotros nos han ofrecido hacer realities y siempre nos hemos negado. Ni siquiera hemos hecho un posado juntos ni hemos vendido nada de nuestra vida personal. Entonces, partiendo de esa base, el documental quería hacerlo bajo ese prisma.

P.– Hay una secuencia en la que se ve a Isco negándose a grabar, y se enfada con usted. ¿Le ha resultado complicado gestionar a nivel de pareja la frustración de él?

R.– Sí, bueno y eso está en la película. Hay mucha naturalidad y mucha verdad. Para mí era complicado mezclar las cosas. ¿Dónde está el límite entre lo personal y lo documental? ¿Si yo no tuviera ningún vínculo familiar ni afectivo con él le podría exigir tanto? Si yo no fuera la directora, él no diría que no quiere grabar en algunos momentos tan a las bravas y con tanta confianza. Pero bueno, no deja de ser un acto natural de cualquier matrimonio.

P.– Quizá esa secuencia, que consta como un ejercicio de transparencia total, se erige como un reflejo del momento complicado a nivel anímico que Isco está atravesando por culpa de la lesión.

R.– Sí, y es normal que uno no se quiera dejar grabar en un contexto en el que no estás mostrando lo brillante de ti. Entonces, yo tenía claro que la película que estaba haciendo tenía que mostrar esa otra parte de dolor, frustración… la vida misma.

P.– Dice en la película que Isco necesitaba recuperarse de esa lesión que tanto lo merma psicológicamente para volver a ser el de antes, en todas sus formas. ¿Qué parte de Isco notó que se perdía con la lesión?

R.– Creo que lo peor no está tanto en el dolor físico que se produce con la lesión, sino en el miedo a volver a romperse. Ese es su mayor miedo.

P.– Y lo peor es que ha vuelto a pasar. (En el momento en que se realiza esta entrevista, Isco está de baja tras haber recaído de la misma lesión que lo tuvo apartado siete meses de los terrenos de juego).

R.– Es terrible. Fue en un partido de pretemporada, este verano, contra el Málaga, en su tierra. Y le partieron el peroné de nuevo de una patada. Ha tenido que atravesar otra vez la soledad de estar apartado del grupo, del miedo de no volver a jugar, la frustración de perderse oportunidades como el ir con la selección. Al final, va cumpliendo años. Ahora vuelve a jugar, le quedan un par de semanas. Y a nivel mental y emocional ha sido muy difícil.

P.– ¿Cómo se encuentra él ahora que está a punto de volver a jugar tras lesión por segunda vez?

R.– Ahora está bien, ilusionado. Pero con el miedo de que le vuelva a pasar. Es lógico. Pero ya está recuperado físicamente, aunque anímicamente debe ir cogiendo confianza en sí mismo otra vez.

P.– Rara vez se pone el foco en el miedo y en la inseguridad de un futbolista de élite, ¿por que le interesaba mostrar eso?

R.– Creo que era importante humanizar la figura de Isco. Estamos acostumbrados a ver el día que se lesionan y el día que vuelven. Y no vemos ni somos conscientes de todo el proceso. Y ese miedo de volver a jugar y pensar si le van a volver a dar o le va a pasar lo mismo me parece muy interesante.

Y también me parece interesante el papel que juega aquí la vulnerabilidad masculina y cómo los hombres, y más siendo futbolistas, gestionan los sentimientos por una cuestión completamente patriarcal en la que cuando son niños les enseñan que si te caes no pasa nada porque eres muy fuerte. Desde que nacen, parece que se tienen que comer el dolor y no les dejan sufrir a gusto.

P.– En la película hay una secuencia que refleja perfectamente esto: cuando le comunican si va a ir con la selección o no.

R.– Exacto. Y si le quitas el sonido a esa secuencia, puede parecer que él no está afectado por lo que está pasando.

Sara Sálamo.

Sara Sálamo. Alejandro Ernesto

P.– Es muy sutil. No quiere demostrar lo mal que está.

R.– Sí, lo intenta ocultar debajo de la máscara. Y enseguida ve a sus compañeros y saca una sonrisa falsa. Intenta dar a entender en todo momento que todo está bien, pero realmente está roto por dentro. Imagínate, él llevaba preparándose un año para recuperarse de la lesión y volver a jugar y poder ir con la selección, su gran objetivo e ilusión. Entrenaba de noche, lejos de sus compañeros, con mucho esfuerzo. Y después de todo ese sacrificio le dicen que no va convocado. Y, sin embargo, no expresa el dolor real de ese no.

P.– Y a nivel estilístico, la cámara apenas sitúa la mirada sobre lo que ocurre en el césped, a diferencia de la mayoría de proyectos de este tipo. Eso lleva a pensar que los documentales deportivos no suelen estar dirigidos por mujeres. ¿Hasta qué punto ha marcado una impronta?

R.– En primer lugar, lo que tiene de especial es el vínculo que nos une. Y bueno, creo que he inventado una especie de género nuevo, que es el documental deportivo-romántico (risas). Y sí que me ha parecido curioso cómo las mujeres de los jugadores del Betis, que vinieron a verlo en un pase en Sevilla, me felicitaron y me dieron las gracias por retratar algo que nunca habían visto en otra parte y se vieron reflejadas.

Porque aquí hay algo muy importante también, que es ver cómo la familia y la pareja sostiene al futbolista en momentos complicados. Aún así, esto le puede ocurrir a cualquier persona con cualquier profesión, un abogado, un periodista, un artista... y que no puedan ejercer debido a una enfermedad.

P.– ¿Qué es lo más difícil de sostener en esos momentos?

R.– El malestar, el mal humor, y ver cómo tu pareja se convierte en una persona completamente retraída ya que el luto lo lleva por dentro.

P.– ¿Cree que su mirada feminista incomoda al discurso machista que aún hoy persigue al fútbol?

R.– De momento lo que me ha llegado es la sorpresa de gente que no se esperaba algo así. Y si a alguien no le gusta el enfoque, pues no puedo cambiar nada. Yo sólo pido que lo vean y después juzguen.

P.– Siempre ha sido muy activista. Ha hablado abiertamente de feminismo, de veganismo y de causas sociales. Por ello, la han llegado a acusar de influir negativamente en el rendimiento de Isco. La han llamado "tóxica", "podemita vegana"… ¿Cómo gestiona esos ataques machistas?

R.– Al principio me enfadaba muchísimo. Me parecía absurdo. Y lo que más me dolía era que todo el rato había un desprecio y un ninguneo hacia mi trabajo. Llevo muchos años labrando una carrera, he trabajado mucho, y parecía que todo mi mérito quedaba relegado a la persona con la que había decidido compartir mi vida. Pero bueno, ahora lo tengo asumido y sé que esto es como una especie de patio de colegio y no hay que hacer demasiado caso. Cada día toca volcar el odio contra alguien.

P.– Precisamente los estadios de fútbol son, lamentablemente, donde más odio se puede volcar. Parece que todo vale.

R.– Y es un sitio donde van niños pequeños.

P.– ¿Ha vivido algún episodio desagradable en el que sus hijos han tenido que escuchar barbaridades e insultos hacia su padre o hacia usted?

R.– Contra nosotros directamente no, pero sí que tengo una anécdota en la final de la Champions del Real Madrid en París. Estaba yo con mis hijos en una zona de la grada donde sólo nos encontrábamos los familiares de los jugadores y había un chico joven sentado unas cuantas filas por detrás de nosotros. Y empezó a soltar lo más grande. Y me giro y le digo: "oye, que hay niños". Y entonces me contesta: "pues tápales los oídos". Claro, él no iba a dejar de insultar.

P.– Y cuando le han insultado a usted o la han acusado de influir en el rendimiento de Isco, ¿cómo se lo ha tomado él?

R.– Eso se lo tienes que preguntar a él (ríe).

P.– ¿Pero a usted qué le dice?

R.– No le pregunto sobre eso. Entonces no sabría decirte.

Sara Sálamo durante la entrevista con EL ESPAÑOL.

Sara Sálamo durante la entrevista con EL ESPAÑOL. Alejandro Ernesto

P.– ¿Comparte Isco los mismos valores que usted en cuanto a feminismo y otras cuestiones? Porque imagino que le costará pronunciarse. Los futbolistas no suelen hablar sobre ello.

R.– Bueno, en realidad Isco fue el primero en pronunciarse apoyando a Jennifer Hermoso ("si no fue consentido es un abuso de poder. Le mando todo mi apoyo a Jenni", declaró). Y yo ni me enteré que había dicho eso porque me pilló en Madrid trabajando y en ningún momento me dijo que se iba a pronunciar ni nada. Fue algo que él decidió hacer a la salida de un entrenamiento.

P.– Es decir, ¿comparten los mismos valores?

R.– La verdad es que sí.

P.– ¿Y él se siente cómodo hablando de ciertas cosas teniendo el rol de futbolista que tiene y sabiendo el peso que tiene detrás?

R.– Ellos tienen un pacto no escrito en el que se autoexigen tener cierta prudencia a la hora de hablar según qué temas. Y todo es por una cuestión capitalista. Detrás de ellos y de sus clubes se mueve mucho dinero. Y hay millones de personas afines a un escudo. Entonces, tienen que medir mucho lo que dicen. Aún así, por suerte, estamos viendo que cada vez más futbolistas se animan a dar su opinión.

P.– Héctor Bellerín, Borja Iglesias... Este último incluso no duda en pintarse las uñas.

R.– Sí, a la que falla le atacan con eso.

P.– ¿Qué ha aprendido de Isco, su pareja?

R.– La forma que tiene de sobrellevar el dolor y las malas noticias. Resiliencia parece que es una palabra que está de moda, pero sí que significa algo importante. Y de Isco destaco esa capacidad que tiene para levantarse y luchar. Para ser resiliente.

P.– Y a pesar de luchar, no siempre que uno quiere algo lo consigue. Lo vemos en la historia de Isco. Hace todo lo posible por ir convocado con la selección pero no está en la lista tras su lesión. También hay aprendizaje ahí, ¿no?

R.– Sí, exacto. Está bien decirle a la gente que, a pesar de currárselo mucho y ser muy constante, puedes no conseguir algo. Y también es importante decir que eso no puede ser excusa para no seguir trabajando. El esfuerzo y la capacidad de sacrificio me parecen muy importantes. Sobre todo ahora que vemos como hay una tendencia en redes sociales donde el mensaje es que todo se consigue fácil.

Sara Sálamo.

Sara Sálamo. Alejandro Ernesto

P.– Y si no eres millonario es porque no quieres.

R.– Totalmente, y de ahí salen los OnlyFans y los criptobros. ¿Cómo es posible que no tengas doce pisos y vivas de las rentas? (ríe). Y lo ves y piensas: ¿Qué está pasando?

P.– ¿Dónde nace su conciencia de clase?

R.– Pues tanto Isco como yo no venimos de familias ricas. Nuestros padres son de clase trabajadora. Sí que es verdad que a mí nunca me ha faltado de nada pero mi familia ha sido muy normal, y la de él también. Entonces siempre somos conscientes del mundo real.

P.– ¿Qué valores cree que aprenden vuestros hijos de su padre y de su madre?

R.– Yo creo que sobre todo eso. Ser trabajadores y constantes. Y que aunque algo sea difícil, hay que seguir. Yo trato de explicarles a mis hijos que ser valiente no significa no tener miedo. Ser valiente significa que, a pesar de tener miedo, lo haces.