Javier Carbajal

Reportajes

La catástrofe del cartel de Irene Montero contra la gordofobia: las 4 modelos fueron manipuladas

La diseñadora utilizó la imagen de las influencers y les cambió partes de su cuerpo para la campaña de Igualdad. 

1 agosto, 2022 12:31

El pasado miércoles, Irene Montero, a través de su cuenta de Twitter, daba el pistoletazo de salida de su campaña contra la gordofobia. “Todos los cuerpos son válidos y tenemos derecho a disfrutar de la vida como somos, sin culpa ni vergüenza. ¡El verano es para todas! ¡El verano es nuestro!”. No sabía la ministra, entonces, que ese cartel iba a desatar una polémica que ha coleado durante toda la semana. Y no por el contenido, sino por la poca pericia de la diseñadora para robar las fotografías de cuatro modelos e ilustrar los cinco cuerpos de diferentes tallas y raíces que aparecen en la campaña del ministerio de Igualdad. Algo que ha tenido enorme repercusión internacional. 

Nyome Nicholas-Williams fue la primera en darse cuenta de que su imagen había sido utilizada sin su permiso. La instagramer británica, que cuenta con 79.000 seguidores en la actualidad, criticó la mala praxis del ministerio. “Es horrible. Deberían haberme pedido usar mi imagen y deberían haberme pagado. El consentimiento es importante y no preguntarme es no darme opción a decidir si quiero que se use mi imagen. Cuando usas algo que no es tuyo, lo pides”, escribía en su cuenta de Instagram.

La polémica campaña del Ministerio de Igualdad

“Ya hemos contactado con el ministerio para que me paguen”, reconocía la modelo británica en conversación con EL ESPAÑOL. A sus 30 años, Nyome Nicholas-Williams, de ascendencia dominicana y jamaicana, es uno de los referentes a nivel mundial del movimiento ‘body positive’. De ahí que a través de sus redes promueva hablar de salud mental, de la diversidad de cuerpos, la oposición a la censura de la desnudez y los derechos de las personas racializadas. Es, además, una de las modelos de tallas grandes con más repercusión en el Reino Unido.

A la izquierda, la ilustración de la campaña del Ministerio. A la derecha, la fotografía original.

A la izquierda, la ilustración de la campaña del Ministerio. A la derecha, la fotografía original. E.E

Pero ella no fue la única en darse cuenta del plagio. Sian Green-Lord, modelo que fue atropellada en Nueva York en 2013 y perdió una pierna, también se dio cuenta de que su imagen aparecía en la campaña sin permiso. “Un amigo me ha enviado una campaña en la que se usa mi imagen”, escribía a través de sus redes sociales. Eso sí, la diseñadora le hizo un pequeño retoque la fotografía original: le quitó la prótesis de la pierna y le dibujó vello en las axilas. “No sé ni cómo explicar la rabia que siento ahora mismo. Esto está mucho peor que mal hecho”, reconocía, indignada.

Raissa Galvao, influencer brasileña, también se encontró con la sorpresa al comprobar que habían utilizado sin su permiso dos fotografías. En la primera aparece de pie, con el brazo en alto y los dedos en señal de victoria; en la segunda, sentada. De momento, eso sí, no ha iniciado los trámites para que el ministerio le pague por las imágenes.

Sí lo hará, con casi total seguridad, Juliet FitzPatrick, una mujer con doble mastectomía fotografiada por Ami Barrell, que ha pedido que se le pague ya por su fotografía. En este caso, la diseñadora ha utilizado la cabeza de Juilet y le ha puesto un seno –aunque la mujer no tiene ninguno–.

Disculpas de la diseñadora

Arte Mapache, diseñadora elegida por Igualdad para hacer la campaña, ha reconocido su error y ha aclarado que también utilizó una tipografía con licencia pensando que era libre. Para paliar los daños ha decidido “repartir los beneficios del trabajo a partes iguales entre las protagonistas del cartel”. Aclaró, también, que el diseño no costó 84.000 euros, sino 4.490 €.

“Mi intención jamás fue hacer abuso de su imagen, sino trasladar en mi ilustración la inspiración que suponen para mí mujeres como ellas: Nyome Nicholas, Rissa Galvao… Su trabajo y su imagen deben ser respetados. Gracias por vuestra labor, incluso en este caso. Espero poder solucionar todo esto lo antes posible. Asumo mis errores y por eso ahora estoy intentando reparar el daño causado. Por el momento, voy a apartarme de redes sociales y a tratar de solucionar este asunto con las partes implicadas de forma privada”, sentenció.

Defensa de la ministra

El mismo día que se desató la polémica, Irene Montero y Ángela Rodríguez, secretaria de Estado de Igualdad, defendieron –sin entrar en detalles sobre el plagio– la campaña a través de las redes sociales. “Queremos explicaros por qué hemos hecho esta campaña contra la violencia estética y para que todos, todas y todes seamos felices con nuestro cuerpo y disfrutemos de la playa y la vida”, iniciaba el vídeo la ministra de Igualdad.

La explicación vino a cargo de su número dos, que incidió en que la campaña estaba destinada las personas que tienen cuerpos diversos. “A las que los tienen gordos, pero también muy delgados; a las que tienen pelos donde se supone que no debería haber pelos, a las que siempre hemos tenido miedo a enseñar nuestro cuerpo como es porque se nos había dicho que había una forma de tener un cuerpo correcto y que el nuestro no era ese tipo de cuerpo...”.

Su intención y la de Irene Montero, según sus propias palabras, era “recordar que todos los cuerpos son válidos. Que la belleza se expresa en múltiples formas y todas nos merecemos poder estar en la playa”. Para dejar que terminara la explicación la ministra: “Que tengáis el cuerpo que tengáis, que sepáis que tenéis un ministerio que va a luchar hasta que la playa y la vida sean para todas y sean felices para todas”.

Rectificación del Instituto de las Mujeres

El sábado, el Instituto de las Mujeres reconoció el plagio de las imágenes y pidió disculpas por el error. “Aclarar que en ningún momento tuvimos conocimiento de que eran modelos reales. Estamos resolviendo con la autora y vamos a contactar con las modelos para resolver esta cuestión. Pedimos disculpas por el daño ocasionado”, escribía en su cuenta de Twitter.

Este domingo, el propio ministerio –aunque no la ministra de Igualdad– borraba el tuit en el que promocionaba la campaña, cerrando así la polémica de un cartel que ha demostrado ser totalmente plagiado por la diseñadora.