Luchadores rusos Wagner saliendo de Rostov-on-Don.

Luchadores rusos Wagner saliendo de Rostov-on-Don. Alexander Ermochenko Reuters

Europa

Rusia recurre de nuevo al Grupo Wagner para evitar el "embolsamiento ucraniano" en Bakhmut

Mientras el ejército ucraniano avanza por los flancos, Rusia vuelve a recurrir al grupo de mercenarios para intentar mantener el único enclave que consiguió en su campaña de invierno.

28 septiembre, 2023 03:22

“Los de Wagner andan por aquí. Han cambiado rápidamente a sus jefes y les han mandado de vuelta”. Con estas palabras desde el frente de Bakhmut, recogidas por la cadena estadounidense CNN, explica un soldado ucraniano el regreso del ejército privado al lugar que le hizo famoso en todo el mundo.

La noticia da pie a varias interpretaciones: las internas tienen que ver con el hecho de que el Ministerio de Defensa parece estar consiguiendo domar a los fieles de Prigozhin y que, después de alejarlos del frente en Ucrania, cree que es fiable contar con ellos de nuevo para proteger la ciudad que conquistaron allá por el mes de mayo.

No es poca cosa, desde luego. Tras la muerte del líder y fundador de la estructura paramilitar, junto a la de toda su cúpula de mando, había dudas legítimas sobre la capacidad de integrar a Wagner dentro de las fuerzas armadas rusas. Sin duda, al Kremlin le habrá costado su dinero, pero ahí están de nuevo, defendiendo la ciudad y lanzando tímidos contraataques en las inmediaciones de Klishchiivka y Andriivka, las dos localidades del sur liberadas recientemente por el ejército de Zelenski y Zaluzhnyi.

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Ahora bien, en clave externa, este movimiento revela algo que ya intuíamos: Rusia no tiene fuerzas propias suficientes para frenar la ofensiva ucraniana en el este. Las perspectivas, según el bloguero prorruso Rybar, son muy poco halagüeñas: Ucrania se habría lanzado ya a por la vía de ferrocarril que une Bakhmut con el sur y estaría cerca de cortar la carretera T0513 a la altura de Optyne. Eso supondría rodear la ciudad por tres flancos, dejando solo la salida al sudeste como vía de suministro y remplazo de tropas.

El orgullo desmedido

De hecho, la duda ahora mismo es cuánto está en disposición de aguantar Rusia en esas posiciones tan desventajosas. Seguir enviando tropas y blindados para defender una ciudad imposible de defender no parece la idea más sensata.

Cuando durante el pasado invierno se criticaba a Ucrania por no abandonar Bakhmut ante un riesgo de embolsamiento que era incluso menor que el actual, se ignoraba el hecho de que el combate urbano le beneficiaba, como demuestran los 20.000 soldados del Grupo Wagner fallecidos, y que todo lo que enviara Rusia a ese punto del frente era material humano y armamentístico que no podía enviarse a otros lugares más peligrosos.

Ahora, sin embargo, ni hay combate urbano ni tiene pinta de que lo vaya a haber. Ucrania sigue avanzando por los flancos y solo espera a la rendición de la ciudad. No tiene sentido aventurarse entre las ruinas y convertir a tus propios hombres en carne de cañón.

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En ese sentido, los hombres de Wagner y de los distintos regimientos rusos quedan ahí fijados sin que su presencia sea del todo activa. Se limitan a estar ahí por si acaso, por una cuestión casi propagandística: Bakhmut fue lo único que consiguieron los rusos en su campaña de invierno, ¿se imaginan las reacciones si se retiran ahora sin necesidad de ser atacados?

El orgullo ruso y su propia doctrina militar impiden tal decisión, pero lo cierto es que, como Ucrania consiga avanzar por el norte hasta Soledar, la retirada va a ser aún más complicada y sangrienta. Rusia corre el riesgo no solo de perder la ciudad emblema, sino de hacerlo con miles de hombres dentro. Todo eso, además, sin conseguir el objetivo de desviar tropas. Ucrania no ha enviado a Bakhmut refuerzos de otros lugares del frente y le basta con lo previsto para seguir avanzando. Lentamente, pero sin pausa.

Unidades diezmadas

Y es que la ofensiva ucraniana sigue en marcha tanto en Zaporiyia como en el oeste de la provincia de Donetsk. El presidente Zelenski afirmó este mismo miércoles que se habían producido avances en dirección a la gran capital del Donbás, aunque, como es habitual, no quiso entrar en más detalles.

El Institute for the Study of War planteaba en su último informe serias dudas acerca de los daños sufridos por las unidades aerotransportadas de élite (VDV) en el frente sur, pues observaba un movimiento constante de regimientos compatible con un desgaste excesivo de las tropas.

La lucha por los emplazamientos en alto es clave en las inmediaciones de Robotyne, donde se intenta formar un eje que vaya de Verbove a Kopani. Cada colina es más importante casi que las distintas poblaciones que van cambiando de manos. El objetivo en esa zona es llegar a Tokmak, aunque tal vez se pueda flanquear la ciudad también, como se está haciendo con Bakhmut, para llegar cuanto antes a Melitopol y a Berdiansk, los dos grandes puertos, junto a Odesa y Mariúpol, del Mar Negro.

Esto dependerá básicamente de la capacidad de las tropas rusas para defender de forma organizada y cohesiva. Durante demasiados meses, la presencia de Wagner sobre el terreno ha supuesto más una distracción que otra cosa, pues solo obedecían sus propias órdenes y criticaban abiertamente al alto mando. Rusia necesita a su ejército privado, pero lo necesita dentro de un marco común de actuación. De lo contrario, los errores del pasado se repetirían sin margen de recuperación.