Tripulaciones de tanques ucranianos asisten a un ejercicio militar, el pasado 8 de septiembre.

Tripulaciones de tanques ucranianos asisten a un ejercicio militar, el pasado 8 de septiembre. Reuters

Europa

Ucrania libera 30 km2 en solo una semana en Zaporiyia y prepara los Abrams para ir a por el sur

Por increíble que parezca, se pretendía que Ucrania condujera con éxito una contraofensiva pese a no contar con todos sus recursos disponibles.

26 septiembre, 2023 02:52

¿Se trata de una ruptura o de una simple brecha? Los expertos dudan sobre qué está pasando exactamente en el sur de Zaporiyia, a la altura de la ciudad de Robotyne. Para algunos, por ejemplo el Institute for the Study of War, el avance de treinta y dos kilómetros cuadrados en tan solo una semana se ajusta a la primera definición. Otros, en cambio, piden algo más. Entienden que sí, que se ha encontrado un hueco en la defensa rusa y que se está capitalizando, pero que la resistencia sigue siendo activa y no hay signos de derrumbe, con lo que el segundo término les parece más adecuado.

Disputas escolásticas al margen, el caso es que Ucrania ha conseguido superar las tres barreras de la primera Línea Surovikin y sus tropas no solo se encuentran ahora mismo a las puertas de Novoprokopivka sino que han llegado a entrar en Verbove, un poco más al este. Como es habitual, la niebla de la guerra no permite ser demasiado precisos al respecto: hay imágenes de un blindado ucraniano saliendo del pueblo, justo antes de recibir un impacto de la artillería rusa, pero mientras algunos canales de Telegram hablan del dominio parcial de la parte oeste del asentamiento, otros aseguran que sigue por completo en manos rusas.

Esto responde a otro de los grandes problemas mediáticos del conflicto: Ucrania no informa del desarrollo de sus acciones. Solo hace oficiales las conquistas, pero no filtra imágenes de los procesos. Todo lo que se sabe desde el frente tiene que venir de geolocalizaciones por satélite o de imágenes de canales prorrusos, obviamente interesadas y que hay que saber leer con mucho cuidado. A su vez, estas imágenes suelen tener días de retraso, con lo que nos vemos obligados a transmitir como novedad algo que tal vez ocurrió la semana pasada.

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Sea como fuere, lo que sabemos es que la ofensiva sigue en Zaporiyia y que, si Ucrania consigue hacerse con Verbove, un pueblo de pocos habitantes, pero un tamaño considerable (cinco kilómetros de oeste a este), quedará a un paso de la carretera T0401, cuyo control le permitiría intentar tomar Tokmak desde el este, es decir, por donde no le esperan los rusos. Esa carretera no debería estar minada ni debería haber trincheras de ningún tipo pues está en funcionamiento y es clave para el suministro de las distintas unidades rusas. Su toma sería un paso decisivo adelante.

Llegan los Abrams

También lo sería conseguir cortar la comunicación entre el 56º regimiento de tropas aerotransportadas (VDV), en la citada Verbove, y el resto de la 7ª división, que protege Novofedorivka, un asentamiento algo más al noreste. Aislar a dicho regimiento, aunque no se consiguiera embolsar completamente a sus tropas, sería un éxito para las tropas ucranianas, que tendrían más fácil el avance hacia el sur sin refuerzos que pudieran entorpecer su camino.

Todas estas maniobras serán más sencillas, en cualquier caso, cuando lleguen a la primera línea del frente los prometidos tanques ABRAMS estadounidenses. Hay quien cree que Ucrania ya está en posesión de todo el armamento cuya entrega ha ido anunciando Occidente a lo largo del año, pero no es así. Ni están todos los Bradleys, ni están todos los Leopards, ni están, por supuesto, los F16, que no llegarán hasta la próxima primavera. 

Tampoco han estado hasta ahora los ABRAMS, los blindados más modernos del ejército estadounidense. Para hacerse una idea del retraso, Joe Biden oficializó la entrega de los 31 tanques el 30 de enero. En otras palabras, han pasado casi ocho meses entre el anuncio y la llegada de los mismos, que se produjo este lunes según confirmó el propio Volodimir Zelenski. 

Por increíble que parezca, se pretendía que Ucrania condujera con éxito una contraofensiva pese a no contar con todos sus recursos disponibles frente al supuesto segundo ejército del planeta. La llegada de los ABRAMS y pronto de los misiles ATACMS facilitará las operaciones y hará que sea más sencillo ampliar la brecha de Zaporiyia y amenazar, por fin, Tokmak.

Más malas noticias para Rusia

La noticia de la llegada de los ABRAMS ha coincidido en el tiempo con la oficialización de la muerte de Viktor Solokov, el comandante en jefe de la flota rusa en el Mar Negro. Solokov habría fallecido en el ataque del pasado viernes sobre Sebastopol, en el que también quedó derruido el cuartel general. Junto a Solokov, Ucrania ha anunciado la muerte de otros 34 oficiales, otro palo durísimo para la defensa del frente sur. Recordemos que Crimea es un espacio clave para la retaguardia rusa, donde se guardan arsenales y tropas que sirven de refuerzo y suministro para las tropas desplegadas en Zaporiyia y Jersón.

Con los Storm Shadows británicos, los misiles de crucero Neptuno y los drones de combate funcionando a pleno pulmón, la península ha dejado de ser un lugar seguro y los bombardeos son constantes. Al principio de la guerra, la propaganda rusa insistió en que un ataque sobre Crimea podía ser el inicio de un conflicto nuclear, una línea roja que mejor haría Ucrania en no rebasar. El tiempo ha dado la razón a los prudentes y la línea se ha cruzado sin mayor represalia que la habitual: ataques indiscriminados a civiles, como los producidos este lunes en la ciudad de Odesa.